Capítulo VI: "No, no y no. Ni de puta coña."

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Reunidos en el comedor, Cio se colocó frente a la gran mesa donde destacaban las dos grandes pantallas de ordenador. Mientras él jugueteaba con el teclado, Adriel se sentaba en una de las sillas del comedor. Yo, por mi parte me tumbe boca arriba en el gran sofá. 

Siempre vaga, nunca invaga. 

Adriel me dedicó una mirada de desaprobación. 

Señoras y señores, acaba de aparecer Smith dos. 

Le respondí sacando mi lengua en forma de burla. A ver quién de los dos es más infantil. 

A ver Kay, si el te mira como un padre echando bronca a un niño y tu le respondes sacándole la lengua, la niña eres tú uh.

¿Desde cuando estas tan activa vocecita?

- El bar Mohu fue el último sitio donde se vió a uno de los negociadores de Goliat. - Explico Cio mirando la pantalla. - Probablemente se reúnan ahí esta noche para cerrar el trato. 

- ¿Qué tipo de bar es?- Pregunto el pelinegro poniéndose de pie y cruzándose de brazos. 

- Es un bar de copas, poco más de gente joven de fiesta, motoristas haciendo paradas y algún que otro borracho. - Cio giró la pantalla enseñándonos un local con luces neón rojas. 

- Parece un prostíbulo. - Dije incorporándome levemente del sofá para ver la imagen. 

- Es un lugar frecuente en cuanto a eso...- Dijo Cio mirando a la segunda pantalla. - Han tenido diferentes denuncias por prostitutas que rondaban el local. 

Cio calló de golpe subiendo la mirada hacia Adriel, que lo miraba de la misma manera. Ambos me miraron a la vez.

No se que significa esa mirada, pero creo que no me gusta. 

- ¿Qué?- Pregunté alternando la mirada entre ambos.

Cio me sonrío con inocencia, mientras que Adriel me miraba con cierta maldad. 

Ahí fue cuando un interruptor de mi cabeza decidió encenderse.

Click. 

- No, no y no, ni de puta coña.- Negué con la cabeza levantándome, ahora si del sofá.- ¿Qué coño os habéis fumado?

- Piénsalo preciosa, sería la manera perfecta de colarte y acercarte al comprador. - Dijo Cio.

- Además, yo estaré en la puerta. Entraré poco después de ti. - Adriel asintió conforme con el plan. 

- Del no, ¿que no habéis entendido?- Proteste enfadada. 

...

Me miré en el espejo del recibidor, llevaba un corto (por no decir inexistente) vestido negro que no dejaba nada a la imaginación, unos tacones negros más altos que los de la Barbie y una peluca rubia. 

Sumándole que no sabía si llevaba maquillaje o una suma de potingues. 

- Te dije que estarías tremenda de rubia, preciosa.- Cio me miraba des del final del pasillo con las manos metidas en los bolsillos. 

Mi cabeza voló hacia el castaño, con una mirada de odio. 

- Voy a volver a tirarte al suelo como no te calles, y esta vez no dejaré de presionarte la garganta hasta que te vea morado. 

Trago saliva y se alejo por el pasillo. 

- Adriel, la rubia no esta muy contenta.- Lo escuché gritar. 

- Te voy a matar pedazo de mierda andante.- Grité yo de vuelta cabreada. 

- Relájate fiera. - Adriel apareció por el final el pasillo. 

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