truth

410 45 5
                                    

-¿En serio vamos a tener está conversación?- dije, con una ceja levantada.

-Ya te dije que puedo solo.- reclamó Gil.

-Y ya te dije que ya lo sé, pero quiero ayudarte igual.- terminé y le quité de la mano la masa que me había quitado unos segundos antes. -Por favor, no me ves hace siglos, mientras que intento pasar un poco de tiempo más contigo porque no me cuentas hace cuánto Thena y tú formalizaron.-Solté con suavidad mientras estiraba la masa sobre la mesa.

Gilgamesh abrió su boca del asombro. Sonreí ante su reacción.

Sabía de sus sentimientos por Thena desde que bajamos del domo por primera vez. Era demasiado obvio por como la miraba. Y mi mentora no se había quedado atrás, a pesar de lo fría y distante que se mostraba nunca la veía sonreír con nadie como lo hacía con Gil.

-Lo primero que hizo Thena luego de recuperarse fue quitarse ese anillo de forma disimulada.- Aclaré, y Gil sonrió nervioso.

-La verdad es que no recuerdo muy bien la fecha, digo, no nos importa mucho eso tampoco. Cuando estás con alguien por tanto tiempo, importa más el día a día, no las medidas de tiempo que tienen aquí.- Dijo dándome la espalda.- Pero, ¿por qué no me hablas mejor de tu chica? La foto que me enviaste de ustedes dos frente a tu negocio era muy tierna.

Desde que nos separamos aquella vez, con el único de mis compañeros con el cuál había mantenido contacto eran Gil y Thena. Solía visitarlos cada década unos días, pero cuando llegó la correspondencia Gil quiso que nos contactáramos así para que yo no viajara tanto, más aún cuando le conté que planeaba mudarme a América. Y así fue, cada tanto nos enviábamos cartas cada vez que nos queríamos contar algo.

Por lo cuál, Gil y Thena fueron los primeros en conocer acerca de Gracie. Gil ni siquiera la conocía, pero se notaba que la apreciaba. Le parecía gracioso que estuviera en pareja, pero me notaba feliz y eso era lo único que le importaba.

-Todo lo que había que decir ya te lo dije en la ultima carta. Pero está bien, últimamente pinta mucho más que antes.-Gil sonrió levemente- Cuando le conté que era una eterna le conté que ese abuelo australiano al que le enviaba cartas en realidad eras tú y le pareció muy gracioso.

Y como si la hubiera llamado con el pensamiento, mi teléfono vibró.

"No puedo creerlo. ¿Es posible que tú seas Afrodita? Estuve investigando ya que mencionaste que tú "Abuela" Thena era Atenea, y creo que llegue a esa conclusión. ¿Me enamoré de la misma Afrodita?"

Comencé a reír y Gilgamesh me miró extrañado, pero cuando le enseñé el teléfono rió de igual forma.

"Si y no, la historia es larga. Por cierto, estoy con tu suegro."

Respondí, y luego procedí a amenazar a Gil con que le diría a todos lo de Thena y él para que se tomara un selfie conmigo. Cedió, y le envíe esa selfie a Gracie, quien respondió con muchos emojis de corazones.

Estaba tan sumergida en nuestra conversación que no me di cuanta que Gil estaba leyendo todo por encima de mi hombro.

-¿¡Por qué no me dijiste que era para ella!? -Gritó, asustándome. - Me hubiera esforzado por salir mejor.

-Hey, grandote, tú ya tienes una, no mires a la mía.- Bromeé.

-Oh por dios, vamos, debe estar muriendo de hambre.- Se apresuró, tomando los platos de comida e ingresando a la casa correteando.

Reí ante su reacción, y no me había dado cuanta hasta ese momento la catarata de sentimientos que había tenido en tan poco tiempo. Pasé de estar todos los días en casa de mi novia, concentrada en mi local a enterarme lo de Ajak estar de vuelta con mi familia.

𝒉𝒆𝒓. | Druig Donde viven las historias. Descúbrelo ahora