Capítulo 5

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-Vale, ¿Ahora qué sucedió en tu sesión de estudios de hoy? -preguntó Verónica, divertida.

Esa tarde, después de que Camila llegará de la biblioteca, había estado murmurando para sí misma y cada tanto decía en voz baja: Eres una idiota, Cabello.

Camila negó con la cabeza sonriendo forzadamente, Vero alzó una ceja dándole a entender que no le creía nada.

-Ya, bueno-soltó el aire rendida, la chica de ojos miel era muy insistente -. Algo qué sucedió hoy, una tontería mía, nada más.

Vero sabía, por el tono que utilizó Camila , que debía se der algo vergonzoso. Por esa razón no la obligaría a contárselo si ella no quería, Verónica respetaba su privacidad. ¡Basta! Eres la mejor amiga más perfecta del mundo, Verónica Iglesias. Se elogió a ella misma sonriendo con triunfo. Suerte que nadie sabía lo que cruzaba por su mente. Pero, Vero estaba un poco preocupada por su amiga, ¿Qué había sucedido tan vergonzoso de lo que Camila se arrepintiera tanto?

Se le quedó viendo, Camila estaba un segundo concentrada en su cuaderno y al siguiente pegaba la frente contra la mesa murmurando: Idiota, idiota. Verónica no comprendía su extraña actitud, pero esperaba que durara unos días más así, era sumamente divertido verla alterada. Al día siguiente Vero se levantó temprano, fue de puntillas hasta la puerta de su mamá, iba a tocar,pero entonces escuchó unos leves sollozos.

Las lágrimas ahogadas de su mamá le rompían el corazón,con el pasar de los meses había comenzado a ver a su papá como el culpable de todo esto. Su mamá y ella eran infelices por ese desgraciado, si quedaba alguna pizca de amor de Verónica hacia su padre debía de estar en lo más profundo de su ser. Después de estar arreglada y desayunada fue a la casa de Mila, tardaron un poco más en llegar al instituto porque Camila no encontraba un lazo que combinara con su blusa.

-¿Ya hoy no te sientes tan idiota?-preguntó burlonamente mientras veían a su amiga en el pasillo.

Camila pisó su pie antes de irse con Ally y sonreírle con cariño, Vero rió internamente adolorida. Estaban las tres, al igual que siempre, caminando cuando Lucy muy feliz captó la atención de la latina. Ella y sus dos compañeritas de juego estaban caminando hacia el lado contrario que Verónica, cuando pasaron junto a ella la chica de ojos miel decidió fastidiarla dándole un empujón que envío a la castaña contra los casilleros.

-Aww perdón - se disculpó falsamente la latina mientras observaba fijamente a Lucy, que estaba recuperándose del susto.

La Dina Jirafa Jansen estuvo a punto de lanzarse hacia ella, la ojiverde la detuvo rodeándola con sus brazos para que así no alcanzara a la latina. La rubia extendía las manos como si fuera un gato a punto de aruñarla, a Vero se le hacía divertido.

-¡Déjame, Lo! La voy a matar-le decía furiosa y al escuchar sus palabras, Vero no pudo evitar reír, enojando más a la rubia.

-Claro niñita, quiero ver eso-se burló cuando Ally, trás suyo rió junto a ella. Al igual que siempre, Camila las observaba mientras reía disimuladamente, a la ojiverde no parecía gustarle ni un poco.

Parecía querer darle un golpe a Camila, la latina que seguía riéndose estaba ya preparándose para colocarse en el medio de ellas dos.

-Te debería dar un... -comenzó la ojiverde soltando a Jansen y avanzando dispuesta a atacar a la chica de ojos chocolate, Vero estaba a punto de hacer algo, pero todos observaron cómo Lucy se le colgó del brazo a la pelinegra.

De inmediato la sonrisa burlona desapareció de sus labios y tensó la mandíbula, Camila al igual que ella ya no veía la situación divertida.

-Laur...déjalas...no, no valen la pena-los ojos cafés miraban con preocupación a la ojiverde, logrando una acidez en el estómago de la latina.

Sus ojos se encontraron, debió de ser tan afilada la mirada que había en el rostro de Verónica que Lucy se separó de Lauren rápidamente. La latina ahora observaba con fastidio a la ojiverde pero pronto sus atención fue a la chica de ojos marrones. Le gustaba mucho cuando Lucy se sonrojaba de esa forma, más si era por ella, le dió una sonrisa de muerte que no hizo más que aumentar el color rojo en las mejillas de la castaña.

-No...no vuelvas a empujarme-dijo Lucy un poco nerviosa y con la mirada en el suelo, la ojiverde para calmarle sujetó su mano y las dos se dieron un leve apretón antes de sonreír.

Verónica ahora mismo podía muy bien estar asesinando a la tal Lauren con sus ojos, ¿Se llamaba así? Pero un enojo, del que no sabía de dónde había salido, surgió en ella, rió falsamente atravesándolas con la mirada.

-¡Claro! ¿Y yo te voy a hacer caso? -si la ojiverde no soltaba a Lucy la latina muy bien podía darle un golpe en la nariz.

Contrólate, Iglesias, no tienes ningún derecho para estar molesta. Si le vas a dar un golpe a la rarita está, es porque quieres, no por Lucy. A veces su conciencia era mejor que un psicólogo, siempre le daba respuestas lógicas cuando ella estaba confundida.

-¡Si!-Lucy se atrevió a responderle pero al ver los ojos miel su seguridad comenzó a flaquear -. Por favor... Dijo un poco más bajo y con voz suave, Vero volvió a sentir mariposas en el estómago al escucharla hablar así.

¡Di algo idiota, no te quedes callada! Verónica debía hablar, cuando ya estaba por hacerlo su mejor amiga la interrumpió.

No parecía ni un poquito feliz.

-Esto es una ridículez, sólo no te atravieses más en nuestro camino y ya-dijo exasperada y mirando a la ojiverde con aparente disgusto antes de darse la vuelta e irse.

Ally, un poco confundida también por la actitud de Camila, la siguió haciéndole señas a Verónica para que la imitara. La latina aún estaba procesando lo que acababa de ocurrir, sentía como si fuera una retirada y el grupo de las raritas hubiera ganado. Miró feo a las tres chicas, deteniéndose más tiempo en Lucy, antes de seguir a sus amigas por el pasillo.

-Okay, Camila, ¿Qué fue eso? -fueron las primeras palabras que salieron de la latina cuando entraron al salón.

Camila tranquilamente ocupó su asiento, sacando los libros mientras Ally se ubicaba tras ella y Verónica a su derecha.

-¿De qué hablas exactamente?-se hizo la que no sabía nada.

Vero resopló irritada, Camila sabia exactamente a lo que se refería.

-De como perdiste los estribos frente a la rarita y terminamos huyendo-su voz se escuchaba como un reproche.

-En primera: no estamos en una batalla como para huir o ganar, Vero-dijo anotando la fecha en la primera página de su cuaderno -. Segundo: no perdí los estribos, sólo quería cerrarle la boca de una buena vez al fenómeno.

Vero volvió a abrir los labios para luego cerrarlos.

-¿Laura?-preguntó un poco insegura, por como hablaba Camila creía que se refería a la ojiverde.

Camila negó con la cabeza mientras reía un poco.

-Casi, Vero, vas mejorando-admitió mientras seguía escribiendo -. Es Lauren.

-Bueno no me importa, el caso es que me dejaron como tonta y ni siquiera pude contestarles-se cruzó de brazos hundiéndose en su asiento.

Camila se encogió de hombros sin importarle mucho lo que creyera. Claro, no fue ella la que quedó en ridículo frente a Lucy. Vero quería pensar que no le importaba la opinión de Vives, pero en estos momentos no estaba muy segura de eso.

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Rivales (Vercy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora