Ojos Esmeraldas. Sus sueños siempre estaban repletos de ellos, la risa de Lauren y ella tomando su mano.
-Kaki...-escuchaba una voz, pero la castaña la ignoraba, el sueño estaba muy agradable.
Lauren le daba un beso, Camila sentía como si estuviera flotando y un hormigueo hasta en los pies. Sus labios eran cálidos y sus lenguas se encontraban, enviándole choques eléctricos.
-Kaki.
¿Qué haría ahora? Después la ojiverde se apartaba, la castaña la veía como tonta antes de que Lauren le mirara inexpresiva. Se estaba burlando de ella, todo por lo que seguro le había hecho en la cafetería. Lauren se alejó de ella, la Castaña la veía retroceder, las dos sin dejar de verse, Camila mirándola como si todo lo que entendiera sobre el amor que nunca ha sentido por Austin fuera la ojiverde. Pero siempre se arruinaba, sentía un vacío al verla irse por el pasillo dejándola sola, mezclándose entre el mar de personas. Quedando Camila completamente sola.
- ¡KAKI! -la castaña abrió los ojos asustada, intentando ubicarse.
Estaba en su cama, envuelta en Miles de mantas y por esa razón sudaba tanto. Que horror ¿Quién había gritado?
-Ya despertaste- volteó el rostro y allí estaba su dulce hermanita, arrodillada junto a la cama, viéndola.
-No me grites en la oreja, enana- sonrió mientras abría sus brazos para que la pequeña castaña se lanzará sobre ella.
-Le diré a mamá- hizo un puchero, pero a pesar de todo se deslizó a los brazos de su hermana.
Estuvieron unos segundos mirando al techo tranquilamente, Camila intentaba calmar los latidos acelerados de su corazón. Siempre despertaba sonriendo como tonta al soñar con Lauren, pero desde hace unos días que sentía un gran temor, el temor de no ser correspondida por la ojiverde.
- ¿Estas bien kaki? - la niña jugaba con los cabellos de la frente de Camila, la mayor sonrió.
-Claro Sofi ¿Por qué? - apretó su naricita con el dedo, Sofía le sacó la lengua.
- Parecías muy triste, al despertar - dijo muy bajito, como si fuera algo incorrecto.
Camila sonrió, su hermanita podía ser muy suspicaz.
-Pero ahora estoy feliz, enana - la pequeña comenzó a reír y fue suficiente para subirle el ánimo a Camila -. Ahora, vamos a comer que más tarde tenemos que buscar a la exiliada.Sofi abrió sus ojos brillantes, mientras saltaba en la cama, emocionada.
- !Vamos a buscar a Andy! - de un salto aterrizó sobre sus piecitos mientras llevaba a Camila de la mano -. ¡Kaki, apúrate! Si comemos más rápido podemos ir a buscar a Andy antes.
La niña tenía un punto, Camila negó con la cabeza riendo mientras se inclinaba para darle un beso en la frente a su hermanita.
-Primero tengo que hacer algunas cosas, enana. Ve bajando tú - le dio un empujón cariñoso por la espalda, la niña asintió riendo mientras bajaba.
Camila intentó hacerlo todo rápido, también estaba ansiosa. Ya llevaba casi tres semanas de vacaciones y al fin su hermana mayor vendría a la casa. Se enjuagó el rostro, cambió su pijama por una falda y una blusa de seda antes de maquillarse ligeramente y colocar un lazo en su cabello.
Camila siempre se preguntaba, pero nunca se había atrevido a hacerlo en voz alta, si a Lauren le gustaban sus lazos. Ella antes pensaba que eran muy infantiles pero Vero le decía que tenía que sentirse cómoda con ella misma y Camila se sentía cómoda con lazos, siempre fue así. Así de simple.
Pero la idea de que a Lauren no le gustaran le hacía sentirse deprimida. Aunque también podrían gustarles...y esa opción le hacía sentir diferente, pensar en aquello ahora le provocaban mariposas y una sonrisa boba en sus labios. Camila nunca entendería estos cambio de humor, antes pensaba que era por el periodo o que tenía hambre (Hace dos años era la respuesta más lógica) Pero ahora sabía que era por mucho más, su mamá le había dicho que estar enamorada era una montaña rusa ¡Y vaya que lo era! (A pesar de todo, Camila igual siempre vivía con hambre)
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Rivales (Vercy)
FanficVerónica Iglesias tiene que comenzar la secundaria, junto a su mejor amiga Camila Cabello, después del divorcio de sus padres que supuso una etapa difícil en su vida. Ella no creía en el amor, hasta que conoció a Lucy Vives, la mejor forma de huir d...