Capítulo 1

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Ese día no era particularmente malo pero tampoco podemos llamarlo el mejor, vagar por las calles de Duskwood seguramente era relajante, en especial al admirar el hermoso paisaje que se le presentaba, pero al recordar su situación, ese sentimiento de tranquilidad se disolvería lentamente en una pequeña amargura.

Decir que desde el incidente con su familia su vida se había vuelto una lucha interminable por sobrevivir era un eufemismo, no la malinterpretes su vida siempre había sido una mentira que sabía que en algún momento desaparecería, y estaba preparado para las consecuencias, ahora sin embargo estaba seriamente reconsiderando dicha decisión.

Las calles solitarias y uno que otro gato callejero eran su única compañía, la noche había llegado antes de lo esperado y debía llegar a su refugio antes de que cualquier cosa pudiera suceder. Quien fuera que la viera pensaría que estaba loca al dirigirse al bosque, lamentablemente su hogar (si así podría llamarlo) se encontró en aquella dirección, sin embargo, no le importaba, dejó de prestarle atención a detalles como este, además le agradaba la tranquilidad que el bosque le sostiene.

Al llegar a la puerta de la pequeña cabaña se tomó un momento para admirarla. Era modesta, a simple vista parecía que un simple viento derrumbaría la estructura entera, la madera, llena de moho debido a la humedad que había estado absorbiendo con los años, el techo y las ventanas eran decoradas con blancas y grandes telarañas y las sombras que proyectaba la luz de la luna le daba una apariencia espeluznante, sinceramente lo prefería así, aquella vista ayudaba a alejar a los valientes que motivaban por la curiosidad se atrevían a llegar hasta aquella ubicación.

No era lo mejor pero tampoco podía quejarse. Terminando con aquel breve momento se adentró a la oscuridad de la cabaña, cerrando la puerta detrás de ella, se dirigió a las escaleras que daban a un pequeño ático, no confiaba en la planta baja para dormir y mucho menos para guardar las pocas cosas que tenía. Aquel ático la resguardaba del frío y de los ojos curiosos que acechaban algunas veces por la cabaña, los cuales no pasaban del solitario umbral, si es que no huían antes de ni siquiera acercarse a una ventana.

Se recostó en la esquina más alejada de aquel lugar, tomo una pequeña mochila negra desgastada y sacó un pequeño móvil, la historia de cómo lo había conseguido pese a no tener dinero siempre le traería recuerdos agridulces.

El aparato era pequeño pero funcional, además, el tamaño siempre le ayudó a que este pasara desapercibido, es por ello que el dueño de la tienda de celulares jamás notó cuando lo tomó del escaparate y lo escondía entre su ropa.

Saliendo del recuerdo que el móvil había traído consigo reviso la hora y decidiendo que era lo suficientemente tarde cerrado sus ojos esperando que Morfeo la tomara entre sus brazos.

Al día siguiente, esperaba que su día seria como de costumbre, seguramente no esperaba recibir un mensaje de un número desconocido cuando iba a comprar su desayuno. Restándole importancia a aquel mensaje, guardo el móvil en el bolsillo de su sudadera, lo dejaría para cuando volviera a la seguridad de la cabaña.

"Ahhh, siento que hoy será diferente" MC para sí mismo mientras esperaba su turno en la fila de la caja para pagar por sus cosas.

Cuando Thomas recibió un mensaje de Hannah, quien llevaba días desaparecido, esperaba que le dijera que estaba bien y en donde se encontró, pero no fue así, el mensaje fue simple y su contenido aún más, con solo un número de teléfono en él.

Meditó durante unos minutos lo que podría significar pero fue inútil, no sabía quién era el dueño de dicho número ni mucho menos por qué Hannah lo enviaría, así que hizo lo único que se le ocurrió en ese momento, mandar un mensaje a aquel desconocido.

Detrás de la máscara (Duskwood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora