Capítulo 14

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Hera se puso a reunir a los dioses para celebrar el nacimiento del hijo de Hades, Ilitia daría una bendición al niño y a la madre, Zeus presintió que su esposa tramaba algo. Quizá sería desenmascarar el falso embarazo. Él lo supo desde el principio. Afrodita no desprendía ningún tipo de aura de embarazo.
Cuando tuvieron esa infructuosa audiencia con su hermano Poseidon, no podía desmentirlo porque no estaba seguro, pero con el correr de los días y el comportamiento tan extraño de Afrodita y Hades escondiendo el embarazo, estuvo totalmente seguro de que había sido mentira.

Afrodita le prometió poner a Poseidon de su lado aún casada con Hades y le creía, ella tenía sus maneras y dejarla ir por primera vez con quien ella quería, era un pago por su ayuda siempre que la necesitó.

Su esposa debió enterarse también y estaría planeando dejar en evidencia a la pareja, seguro quería chantajear a Hades y de paso a Afrodita
Sería una buena oportunidad para que Hera fuera aplastada en su propio juego. La dejó actuar, su hija podía con ella, conociendo a su hermano, no escatimaría en recursos para ayudar a Afrodita.
Sonrió sintiendo que podía ver un buen espectáculo.

La noticia del banquete llegó por medio de Iris al inframundo y también les dijo lo que su madre le ordenó, aquellas amenazas les parecieron poco a Hades y Afrodita, pero aparentaron pensarlo.
Iris se fue pensando que habían logrado su cometido, tenían en sus manos a Hades, pronto Zeus tendría que entregarles el trono por las buenas o atenerse a las consecuencias.
Algunas ninfas estuvieron entusiasmadas y fueron con Afrodita para recibir su bendición, querían obtener pareja pronto o alguna aventura de una noche que valiera la pena.
Vieron su vientre abultado y sintieron la presencia de otro dios, se emocionaron, era estimulante saber que habría ahí otro dios que cuidar, sobre todo, un niño. Si fuera niña también sería lindo, le harían muchos vestidos y coronas de flores.
Afrodita se mostró muy amigable con ellas y las ayudó con lo que querían.
Anteros apareció tras de su madre, estaba en su forma infantil, aún así, era muy cautivador. El pequeño rubio, parecido a su madre, llevaba algunas frutas para compartir con ella.

—Madre, aquí tienes, encontré granadas, dijiste que querías comerlas, también hallé fresas.

—Eres un niño muy bueno. Gracias por encontrarlas, tu hermano estará agradecido también contigo.

—¿Puedo tocarlo?

—Si, pero ten cuidado, es un poco voluble.

Hades se acercó a ellos y tomó una mano de la diosa, al hacer contacto, hubo unas pequeñas chispas.

—Tócalo, haré lo posible para calmarlo y que no te dé una descarga.

Las ninfas se quedaron mirando atentamente, no entendían bien que era todo eso. Pero se decía que el feto provocaba daños a quien tocara a su madre sin cuidado. Anteros era su hermano pero parecía que también debía acercarse con cuidado.
Anteros puso su mano en el vientre de su madre, hubo chispas, pero no le pasó nada. Todas respiraron de nuevo, habían estado tensas porque era la primera vez que veían de cerca a Afrodita embarazada.

—Está moviéndose. Creo que quiere saber que haré.

—Te está probando Anteros. Pero no sé por qué lo hace.

Hades pensaba que su hijo estaba alerta, ya que cuando lo crearon, fue por necesidad. Los sentimientos que tenían en ese entonces se le pudieron haber transmitido y por eso se comportaba tímido con los que se le acercaban a su madre.
A él le gustó, ese niño cuidaba a su madre e impedía que la tocaran. Los hijos de Afrodita estaban bien, ellos podían acercarse a ella, pero sus ex parejas no.

Hades estaba desarrollando más celos, porque ahora era definitivo, tenía una familia, una novia que lo amaba y un hijo en camino, no quería que se lo robaran otros, por lo que él estaba bien con su hijo electrocutando a cualquier atrevido que se les acercara.

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