Thoma.exe ha dejado de funcionar
No recuerdo con exactitud en que momento llegué a mi casa pero tampoco me sorprende no recordarlo, el señor Ayato me había dado un beso y ahí mi mente voló por las nubes, volando vaporosas como su pelo hasta llegar a mi hogar ¿Ahora? Ahora estoy echado sobre mi cama con la cara roja y el corazón hecho un desastre ¿Le gusto? ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto, hacer un festival porque yo se lo comenté, verstirse tan guapo, el paseo, los fuegos artificiales y ese maravilloso roce de labios que aun cosquillea al recordarlo, maldita sea le gusto, él me gusta, incluso me pidió que lo llamara por su nombre. Su nombre.
¿Cómo lo miro a la cara mañana sabiendo eso?
¿Me besará de nuevo? Eso espero.
¡¿Ay, Thoma en que estas pensando?!
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La bandeja en mis manos tiembla en conjunto con todas las tazas y cosas que van sobre ella, ni la primera vez que entre a servirle té estaba así de nervioso, entré tras tocar la puerta y al llegar frente a él me incliné para saludar -Buenas tardes, señor Ayato- Esperé una respuesta pero me recibió el silencio, alcé la cabeza un poco para verlo, tenia la mirada fija en los documentos que ocupaban el escritorio y su cabello cubría su rostro pero aun así sabía que no me estaba mirando, volví a insistir y ni siquiera me miró, mierda, me esta ignorando, sentí el pánico y la tristeza hacer un nudo y apretar mi garganta ¿Será porque no le gustó el beso de ayer? Trate de llamarlo -Ayato- Levantó la cabeza de inmediato y me miró con una dulzura desconocida.
-¿Qué pasa, amor?- ¿Estaba triste? No lo recuerdo, en mi cabeza solo suenan tres palabras y una dulce voz - Vamos ven, siéntate junto a mi- se hizo a un lado en el tatami para que me sentara y mientras servia el té él ordenaba algunos de los papeles para hacer espacio, me incliné para dejarle su taza frente a él cuando aprovechó la cercanía para rodearme con uno de sus brazos -¿Y cómo dormiste?-
-Bien ¿Y tú?- Tantos años mirándolo, rogando por una mirada y solo me tomó servirle té para poder estar entre sus brazos, Ayato, pídemelo y te serviría lo que sea.
-Maravilloso- tenía su mano en mi cintura y la acariciaba tranquilamente con el pulgar como si fuera su terreno, su mirada no se alejaba de la mía ¿Será otro beso? Cuando noté que disminuía la distancia cerré los ojos esperando el beso, aunque no fue exactamente lo que esperaba no me quejo. Beso primero mi frente, se detuvo un poco antes de separarse y seguir con mi ceja, iba dejando un camino de suaves roces, cuando llego a mis mejillas sostuvo mi mentón para seguir con todo mi rostro, es como si no quisiera dejar un rincón si recorrer, abrí los ojos para poder verlo, pero tan pronto notó que los había abierto me besó en los labios, fue más largo y aunque haya sido de nuevo solo un toque, este volvió a llevarme hasta la luna y de vuelta.
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-Estaba pensando en que apodo te queda mejor- Estábamos tomando té, llevábamos un par de días en esta extraña relación y en ese poco tiempo había logrado llamarme de mil formas posibles, todas y cada una más melosa que la anterior, no diré que me molestaba, la verdad es que ademas de ser tierno era divertido ver hasta donde llegaba su creatividad, aunque no se si todos esos nombres sean aptos para llamarme en publico, ya me había hecho escupir el té un per de veces con sus ocurrencias -Dime ¿Cuál te gusta más?-
-No estoy seguro, tu eres el creativo, deberías escogerlo tu- Ya había superado un poco llamarlo de "tu" y hablábamos con más soltura.
-Pues a mí me gustaría llamar-
-¡Hermano, salí temprano de mis tareas!- llevo sirviéndole por poco más de una década pero que se me olvido por completo que Ayato tenía una hermana que dé por cierto es mi mejor amiga.
-Ayaka, bienvenida ¿Cómo fue tu entrenamiento?- Ayato y Ayaka se sumergieron en su propia conversación mientras yo me hundía en una sola idea
¿Cómo le digo que me estoy comiendo a su hermano?
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Era de mañana y estaba limpiando, las barandas, pisos y habitaciones, sacudiendo con el plumero cuanta mota de polvo se me cruzase cuando lo único que en realidad quería sacudir era la culpa de no haberle contado nada a Ayaka sino hasta este punto, hoy me tocaba practicar modales y ceremonias con ella, tendría que sacar el tema pero no hay forma de hacerlo naturalmente.
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Las practicas de modales habían acabado y nos encontrábamos conversando, había tratado de sacar el tema pero al final siempre terminaba desviándolo a otra cosa -Oye Thoma, te encuentras bien hoy, siento que has tratado de decirme algo pero no te animas, sabes que puedes decirme lo que sea, soy tu amiga- Se que suena amable pero justo ahora tiene esa mirada, esa mirada que comparte con su hermano cuando quiere que diga algo el ya sabe, tétrico.
-La verdad, Ayaka, desde hace algún tiempo hay alguien que me ha estado gustando ¡Todo ha sido platónico por supuesto! pero resulta que este ultimo tiempo nos hemos estado viendo y creo que ahora tenemos algo- su expresión inquisitiva seguía ahí rondándome.
-Muy bien Thoma, y dime ¿Quién es?- Dulce, amable y tímida, siempre creí que podría describir a Ayaka de esa forma, pero ahora solo tengo miedo, tome aire como si en él encontrara valor y lo escupí.
-Ayato-
Silencio.
-Oh, así que ahora lo llamas por su nombre, me alegro que la cosas entre los dos avanzaran bien- No había enojo ni sorpresa ¿Esto está bien?
-Ayaka... ¿No estás enojada?- por su mirada se que quiere burlase de mí pero sus modales la restringen a un corto pero certero.
-Thoma, no soy estúpida-
-Okey-
{Nota de autora}
Quería contar que esta historia es el error feliz más grande que cometí en mi vida.
Todo comenzó como una broma de que como nadie leía mis otras obras debería dedicarme al yaoi (Idea de mi amiga a la cual por cierto le gusta mucho el genero), con eso en mente y a broma saque los primeros dos capitulo, de ahí la cantidad de lecturas supero tanto a las de mis otras obras como mis expectativas. Jamás creí que se sentía tan lindo recibir halagos de desconocidos sobre tu trabajo, espero que les guste este error feliz y que sigan comentando (Me hace muy feliz)
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"Vaporización" (Thoma x Ayato - fanfic) GENSHIN IMPACT
FanficNo era un príncipe pero tampoco era algo muy distinto, era mucho más joven y mucho más impresionable la vez que lo conocí pero se sigue sintiendo igual. Su pelo largo y brillante, blanco como las perlas de la isla Watatsumi, flotando por el aire con...