Mis padres trabajaban para la comisión Yashiro, así que desde muy pequeño recuerdo haber ido con mi madre a la mansión Kamisato para acompañarla en el trabajo y de paso aprender lo que probablemente a futuro sería también mi labor. Ayudaba a mi madre a fregar los pisos de la hacienda cuando vimos pasar al líder del clan, me recordó a Spindragon; Alto, imponente y frio, tenia unos ojos severos como el hielo, con su solo pasar se sentía una ventisca helada pero fue contenida inmediatamente en la presencia que le seguía por detrás, era la luna llena, que cargaba con unos ojos celestes que te tragaban como el abismo, paso de largo con su padre y tan hipnotizado me encontraba que no note cuando mi madre se postro en el suelo para mostrar respetos ni mucho menos cuando me arrastro con ella inclinándome la cabeza para que me reverenciara, incluso hasta el ultimo momento luché por seguirlo con la mirada hasta verlo desparecer en la esquina, mi madre me dio una reprimenda por no presentar los respetos que debía pero en mi mente solo pasaba una cosa, él en ningún momento me miro.
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La señorita Kamisato empezaría con sus estudios para ser una dama en sociedad y se me había dejado la tarea de supervisarla, a pesar de tener casi la misma edad mi madre ya me había instruido para asistirla durante su aprendizaje, nos veíamos en la terraza para practicar la ceremonia del té todas las tardes. Era una niña lago tímida pero con gran determinación, se aprecia bastante a su hermano y aunque su cabello no fuera tan blanco como el de él, ni hiciera que el tiempo se detuviera a su alrededor, si tenían un gran parecido. Fue una de las tantas tardes de ceremonias que nuestra rutina se vio interrumpida, llevaba el kimono amarrado a la cadera y una espada en su funda lo acompañaba en sus pasos hacia la terraza.
- ¡Hermano Ayato!- la señorita se adelantó al encuentro con su hermano para guiarlo de la mano hacia el asiento que estaba entre nosotros dos y retomó su lugar en la ceremonia del té, me encontraba haciendo una reverencia hacia él mientras se sentaba a mi lado cuando lo escuché - Buenos días hermana y buenos días a usted también- levante la cabeza solo para ver como él voltea la suya hacia su hermana para entablar una conversación. Él me había mirado y yo me lo perdí, me sentí decepcionado al ver que no me dirigía la palabra durante la conversación, toda su atención iba dirigida a su hermana quien ahora le servia una taza de té, pero sinceramente era mejor así, cada vez que él entraba en mi campo visual mi acto se volvía un desastre mientras que él siempre se remarcaba en su elegante figura, era como el reflejo de perlas sumergidas en el agua más cristalina, casi reflejando incluso el mismo cielo en sus ojos. La tarde se me paso volando entre sus charlas y mirando su rostro hasta que mi madre llego a buscarme para volver a casa, me levante e hice una reverencia, escuche sus despedidas pero cuando alcé la vista había perdido de nuevo su atención.
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El tranquilo ritmo de vida que se llavaba el la comisión Yashiro se derrumbó, la señorita Ayaka con quien trabajaba diario se sumergío tan a fondo en sus estudios que ya casi no la veía de no ser porque aun teníamos que practicar ceremonias un par de veces a la semana, el trabajo se multiplicó para los funcionarios al punto en que empezaron a tomar sirvientes para hacer trabajo burocrático dentro de los cuales estaba yo y la sombra del Líder Kamisato casi ni aparecía en la hacienda entre estar encerrado en el estudio o fuera por alguna reunión del triunvirato.
¿La razón de esto?
El antiguo líder Kamisato y la señora Kamisato Kayo habían fallecido.
Todo el peso del liderazgo había caído en Ayato quien luchaba por que los demás participantes de la comisión no le quitaran el mando al clan Kamisato mientras que la señorita Ayaka se esforzaba por adelantar y perfeccionar sus estudios para serle de ayuda a su hermano.
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"Vaporización" (Thoma x Ayato - fanfic) GENSHIN IMPACT
Fiksi PenggemarNo era un príncipe pero tampoco era algo muy distinto, era mucho más joven y mucho más impresionable la vez que lo conocí pero se sigue sintiendo igual. Su pelo largo y brillante, blanco como las perlas de la isla Watatsumi, flotando por el aire con...