✿3 - La hora del té✿

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El conejo blanco se incorporó en su asiento con inquietud y acto seguido fijó su mirad en ______.
-Ahí está - le dijo al hombre del extravagante sombrero.
El hombre la miró y este sonrió. Se levantó de su asiento y se dirigió a ______.
-Querida, debe vestir de gala para asistir a esta ceremonia, como veo que mis invitados no la han avisado, permítame cederle un traje.
Hablaba de forma muy cortés y su mirada tenía un matiz precioso.
______ se miró el vestido que llevaba de la fiesta de su madre, era elegante pero quizás no lo suficiente para estar aquí.
Asintió y el hombre la condujo al interior de una casa que estaba ahí mismo.
-Escoge el vestido que quieras, estoy seguro de que cualquiera te quedará bien.
Abandonó la sala para reunirse con el resto de invitados mientras que ______ examinaba todos los vestidos.
Eran muy extravagantes y llenos de patrones curiosos, todos excepto un par.
Decidió escoger un vestido rojo con un estampado de corazones blancos que le llegaba por las rodillas. Al lado se encontraban unos tacones no muy altos que combinaban perfectamente con el vestido así que se los puso también.
Salió al patio de nuevo y los comensales guardaron silencio. Todo aquello era muy extraño, pero puesto que era un sueño, según ella, no le dió mucha importancia.
-Por favor, toma asiento.
Se sentó en frente del conejo blanco y a un lado del hombre del sombrero.
-Conejo, ¿qué es todo esto? - preguntó.
El conejo pensó durante unos segundos su respuesta.
-Estás lejos de casa, niña, primero descansa, luego pregunta.
-¿Lejos de casa? Estoy durmiendo en mi cama ahora mismo, esto es un sueño.
El conejo negó con la cabeza.
-Donde tú estás, - dijo mientras miraba a su alrededor - es en el País de las maravillas.
______ no podía creerlo. Ese lugar lo había escuchado por la televisión o en libros, pero nunca había soñado con él.
-Me estás diciendo, - hizo una pausa para reirse - ¿que estoy en un lugar ficticio? ¿Y cómo esperas que te crea?
-No hace falta que me creas, pero hasta que no lo entiendas, tampoco podrás volver.
-¿Qué quieres decir?
El conejo guardó silencio.
-Bueno, - dijo el hombre del sombrero - es la hora del té.
-La hora del té, la hora del té - repitieron las dos liebres que se encontraban ahí.
Empezaron a subirse a la mesa y a interpretar un número musical.
______ estaba fascinada con el espectáculo y no se percató de que el hombre la miraba con una sonrisa.
-Me alegro de que estés disfrutando, ______.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Oh, perdona, que descortés por mi parte. Todos aquí me llaman Sombrerero - se quitó el sombrero e hizo una reverencia.
-Muy bien, Sombrerero, ¿cómo sabes mi nombre? - insistió.
-Todos aquí lo saben - sonrió.
Su sonrisa era de esas de las que no puedes enfadarte, solo maravillarte.
______ no dijo nada pero se reservó las preguntas para más adelante.
Sirvieron el té y todos los invitados empezaron a charlar sobre el tiempo, sus vidas, etc. Pero ______ solo podía pensar en qué hacía ahí y cómo podría encontrar el camino para volver, si al final esto no se trataba de un sueño.

El país de los sombreros (Johnny Depp y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora