5

997 125 45
                                    

— Dices que por alguna razón quieres cuidarlo pero no sabes el porqué — comento con toques de curiosidad Kazutora.

Hanemiya tenía una sonrisa en sus labios, le divertía ver a su amigo en ese estado de confusión por querer saber por lo que pasaba, la verdad es que Kazutora tampoco sabía mucho sobre esos temas.

— Si, es raro.

— Parece esas novelas románticas en donde los protagonistas se chocaban y se enamoraban.

Silencio fue lo que reinó después de eso.

— Te confundes, yo solo quiero cuidarlo. No me gusta — aseguró con completa seguridad, el solo quería ayudar en lo que necesite Chifuyu.

Hablando de Chifuyu..

¿Que estaría haciendo Chifuyu en este momento? Era la pregunta que rondaba por la cabeza de Baji, hubiera querido seguir cuidando del menor pero ya había llamado a Takemichi para que haga eso y por esa razón ahora estaba en la casa de Hanemiya.
Hanagaki le había agradecido un montón de veces y le había hablado sobre lo descuidado que podría llegar a ser Matsuno. Chifuyu en todo ese pequeño tiempo había estado soltando un montón de quejas para que Takemichi deje de ponerlo en ridículo frente a Baji.

— Quiero conocerlo — fueron las palabras que sacaron a Baji de sus pensamientos.

Baji suspiro y asintió, era incapaz de negarle algo a Kazutora.

— Recuerda Kazutora, el no te podrá ver.

— ¿Por qué? ¿Debo conocerlo de lejos?— lo miro extrañado — No creo que le pase algo por verme.

Cierto, Baji se olvidó de comentarle ese pequeño detalle de Matsuno a Kazutora. Se había olvidado de decirle sobre la discapacidad del menor.

— No es eso, él no puede ver.

Kazutora no entendió rápido pero cuando lo hizo, abrió los ojos con sorpresa. En todo ese tiempo que Baji había estado hablando, no llegó a escuchar sobre el problema de Matsuno o puede que Keisuke si lo dijera y el no le presto atención.

La primera opción era la acertada.

— ¿Es de nacimiento? — Hanemiya miraba fijamente a Keisuke.

— No lo sé. Sería muy irrespetuoso de mi parte preguntarle eso — un ligero golpe fue dado en la cabeza de Kazutora — Podre golpear a cualquier idiota que se cruce por mi camino pero nunca le faltaría el respeto a alguien.

— ¿Golpear a alguien no es una falta de respeto? — diversión reflejaba el rostro de Hanemiya.

— No, son cosas completamente distintas.

Fuertes carcajadas fueron dadas por el ojiambar, golpes fueron dejados en la espalda de Baji. Kazutora se reía tan escandaloso como siempre y eso alegraba a Baji aunque sabia que se estaba burlando de él.

— Bien, acaba con tu escena.

— Ahora quiero saber más de Chifuyu Matsuno — hablo secándose las lágrimas.

— Te conté todo lo que sé.

Sabia que Kazutora no quedaría contento con esa respuesta pero por el momento era todo lo que podía decir. Baji tampoco sabía mucho sobre Chifuyu, quien si sabía era Takemichi por ser el mejor amigo de Matsuno.

Baji se quedaría este día a dormir en la casa de Kazutora, ya había pedido permiso a su mamá y ella gustosa le dejó quedarse. Conocía a Kazutora desde hace tiempo y por esas razones su mamá le permitía pasar tiempo con Hanemiya y viceversa.
Hoy el ojiambar tenía la casa sola y eso solo significaba que podrían quedarse despiertos hasta tarde, bueno lo intentarían porque ya estaban acostumbrados a dormirse antes de las once de la noche.

Así pasaron las horas, jugando videojuegos en el PlayStation cuatro que tenía Kazutora, jugaban diversos videojuegos y discutían con las personas que se atrevían a insultarlos en el videojuego.

— ¡Kazutora! — reprocho Baji al ver como su amigo hacia la señal de amistad a sus enemigos, el típico arriba y abajo. Hanemiya solía hacer eso para molestar a Keisuke — Tienes que matarlos, no ser su amigo.

— Le quitas lo divertido a la vida — con eso dicho, mato a sus "amigos" del juego 

Siguieron de ese modo, Kazutora se reía cuando mataban a Baji y recibía golpes de su parte, así era su amistad. Los dos se querían de ese modo, para las demás personas podría ser curioso el como se trataban, golpes y por momentos insultos pero no lo hacían con el fin de lastimar al otro, no, no, ellos nunca se llegarían a lastimar.

— ¿Podemos pedir pizza para comer? — pregunto Hanemiya y recibió un asentimiento por parte de Baji — Bien, pide la pizza — le extendió el celular.

Baji se quería negar pero Kazutora le estaba haciendo ojitos de cachorro para convencerlo y lo hizo. Agarro el celular y marco a la pizzería.

— Buenas noches ¿Tiene pizzas? — pregunto Baji y su pregunta fue contestada con un si.

Kazutora empezó a soltar leves risitas.

— Quiero una pizza de peperoni y una pizza hawaiana, las dos que sean grandes y una Coca-cola — realizo su pedido con tranquilidad y escuchando las respuesta del chico que contesto la llamada. — Gracias, eso sería todo — colgó.

— ¿Tienen pizzas? — imitó con burla el ojiambar.

— Debía preguntar, estamos llamando a las diez de la noche ¿Quien pide pizzas a estas horas?

— Nosotros — miro con obviedad a Baji.

Keisuke dejó de lado ese tema y presto a tencion a la pantalla, ignoraria a Kazutora por unos minutos.

— ¿Podemos invitar a Chifuyu? ¿Crees que podría venir a quedarse?

Un tik en el ojo del pelinegro empezó a darse, joder, no sabía si su amigo era normal ¿Quien invita a alguien a quedarse en su casa a estas horas?, empezó a contar mentalmente hasta el número veinte, su mamá le había dicho que contar números puede hacerle pasar el enojo.

— ¿Eso es un no?

Veintiuno, veintidós, veintitrés. Parecía que no contaría hasta el veinte.

— Ya entendí — le lanzo una almohada — Deja de ignorarme.

— ¡Ya! ¡Kazutora! — Baji se cubrió con sus brazos, Hanemiya estaba golpeándolo con una almohada.

— Esto es por ignorarme — dejo un fuerte golpe con la almohada en la cabeza de Keisuke, luego dejo la almohada de nuevo en su lugar — ¿Ya llegará la pizza? — pregunto como si minutos atrás no hubiera estado golpeando a Baji.

— Dijo que el repartidor vendría dentro de unos treinta minutos — vio la hora en su celular — falta diez minutos, es poco.

— Ya tengo hambre — se quejó.

— Respondiendo a tu anterior pregunta — comenzó a apagar el PlayStation — Podríamos invitar a Chifuyu a quedarse un día, pero deberíamos decírselo temprano.

— Seria como una pijamada — dijo con entusiasmo, viendo con ilusión a Baji.

Kazutora actuaba como un niño pequeño en presencia de Baji y eso era algo normal para el.
Lo hacia porque maduro a una temprana edad, su infancia no fue de las más bonitas, solía ver como su padre agredía a su mamá y cuando Kazutora en algún momento se metía a defenderla, recibía las palizas que solían ser de su progenitora. Vivieron así por un largo tiempo hasta que aparecieron sus amigos y lo ayudaron a salir de ese infierno en el que vivía.

— Hablamos toda la tarde sobre mi, te toca contarme algo.

Cuando Hanemiya estaba por hablar fue interrumpido por el timbre de la casa, eso solo significaba que el repartidor ya había llegado con las pizzas. Se levantó de la cama y se dirigió corriendo a abrir la puerta, Baji lo seguía de atrás y vio como Hanemiya recibía las dos cajas de pizza junto al refresco.
Pago y el repartidor se fue.

— Comamos.

— No te salvaras de mis preguntas.

— Solo siéntate a comer de una vez.

𝗔𝗨𝗚𝗘𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora