❝Cuentos Corruptos❞ Yandere GB Disney X Female Reader

•|♔Cuento uno: Caperucito Rojo•|♔

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╰╮· •「╎❝ Capitulo 1:  Aquí comenzo❞╎」• · .
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Su dulce voz, esa azucarada voz podía encantar a todos, era como escuchar la voz de hermosos ángeles recitando un poema de esperanza. O al menos, eso creía una joven [• • •]. Cuando la pequeña Peli [Color] escuchaba a su madre hablar, se sentía segura y a salvo. Nada del mundo de afuera les podía hacer daño por que sabia que esa mujer la protegería a cualquier costo. No importaba nada mas. 

—Y Ricitos de Oro se asustó tanto que escapó de la casa de los ositos.

La mujer cerró el libro con suavidad al terminar de leer la ultima pagina del cuento que, le había pedido la única hija que amaba. Acarició la portada con ternura, como si fuera un bebe recién nacido. Su madre era una amante de la lectura. A veces, [• • •] creía que su madre amaba mas a sus libros, que a ella. Pero eso no le importaba.

—¡Mamá, mami, jefecita! Me encantó el cuento —se acercó a la mayor que estaba sentada en un sillón morado—. ¿Podrías volver a leer el de Caperucita Roja?

Pregunto sentándose en el suelo, con las piernas cruzadas. No le importo que el suelo estuviera frio como un cubo de hielo. Ella ya estaba acostumbrada al clima raro que regalaba la ciudad de su madre.

—Pero [• • •] ya leí ese cuento como ¿doce veces? —Comento sin mucha energía. Por mas que amara a su hija, no quería abrir ese libro por cuestiones personales—. ¿No te gustaría otro? —Ofreció con una expresión suave, sin ninguna sonrisa maternal.

La pequeña Peli [Color] pensó, descansado su dedo índice sobre sus labios congelados. Pensó en todos los cuentos que podían leer, pero sabia que tenia que elegir rápido. Su madre era una persona ocupada y no le gustaba perder tiempo. La pequeña niña se esforzó por conseguir unos minutos de su madre, no quería perderla de nuevo.

Se le ocurrió una brillante idea.

—¿Puedes leerme este? —se acerco a una mesa y agarro, un libro marrón oscuro—. La abuela me lo dio —dijo poniendo el libro sobre las piernas de su madre. Tal vez el diseño del libro no era muy bonito como sus otros cuentos pero, no hay que juzgar un libro por su portada. 

Además su querida abuela parecía estar tan emocionada cuando le dio ese libro. Le pidió que lo leyera sola pero. . .

Los ojos de la mujer se agrandaron y le arrebato el libro a la menor. Sus manos temblaban de ira al sostener ese libro, sus uñas se estaban pintando de un blanco pálido por la fuerza ejercida. La pequeña niña no se asombro mucho, pues sabia de los enojos raros de su madre. Ya estaba acostumbrada hasta cierto punto. Pero aun así, le daba cierto temor, no le gustaba estar presente cuando su dulce madre estaba en ese estado tan amargo.

—¿La abuela te lo dio? —pregunta entrecerrando los ojos con angustia, la pequeña [• • •] asiente un poco asustada—. Iré a hablar con ella, no toques ese libro NUNCA.