•|♔Cuento uno: Caperucito Rojo [4]•|♔

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╰╮· •「╎❝ Capitulo 4: Galletas, chocolate y mar ❞╎」• · .
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Este capitulo será un poquito largo, es una especie de regalo hacia ustedes por hacerlos esperar tanto. Les pido que cuando miren el emoji del conejo comiendo una planta 🌾🐇, tomen un descanso visual y protejan sus ojitos. 

Vayan a tomar agua, estírense, reflexionen sobre lo que acaban de leer y piensen: ¿Por que la leche de hipopótamo es rosa? Los quiero. Me preocupo por ustedes 🤧❤👌

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Su figura es alta, un poco más que la de Rojo, su contextura es un poco robusta y lleva un vestido sencillo de color celeste pastel. Tiene una sonrisa pacífica, ni muy alegre pero tampoco como una patata. Para finalizar, usa un delantal color crema dulce. Su aroma es peculiar, un aroma que te recordó a cierto perfume de tu abuela, pero no recuerdas la marca.

Los observa a ustedes dos en silencio. O al menos eso crees, ya que sus lentes tienen un brillo particular y no puedes apreciar sus ojos o lo que transmiten. Pero después de unos segundos para nada incómodos, la anciana se inclina hacia adelante para ver quien esta en la puerta de su hogar. Una suave respiración escapa de sus arrugados labios.

—¡Caperucito! —La abuela acomoda sus lentes circulares, con la punta de sus dedos—. ¡Qué bueno es verte niño! —exclama dejando en paz sus lentes y coloca las manos en sus caderas.

—¡Abuelita! Ya no estás enferma —comenta tu compañero acercándose a la mujer, para darle un abrazo inmediato.

La mujer limpia sus manos en su delantal y envuelve sus cálidos brazos alrededor de Rui para transmitir el cariño que solo ella podía darle, la mayor acaricia la cabeza pelinegra de Rojo con dulzura después de bajar el gorro de la capucha. Ambos tienen los ojos cerrados, disfrutando del momento, ignorándote por completo.

Te sientes como una planta ahora mismo. En momentos así, sacabas tu teléfono tostadora y te ponías a jugar el juego de la serpiente que comía bolitas.

Tu corazón se retuerce de diabetes y conmoción al ver una escena tan amorosa, tu abuela era así cuando eras pequeña, y cuando solías traerle cosas raras de la ciudad de tu madre. Tu abuela tenia y tiene prohibido poner un pie en la ciudad, no después del incidente de los mapaches y los cupcakes. Larga historia.

Al ver algo así, titubeas; la abuela de Rui parece ser ella y no un lobo sediento de sangre como tu familiar más viejo lo había descrito. Ese animal tramposo no puede fingir una escena así. . . ¿Verdad? Soplas un mechón de tu cabello, buscando algo peculiar en la ancianita. Intentas ver si tiene pelo en los brazos o algo furro, pero su vestido humilde tiene mangas largas.

Por fin, se separan.

—¡Estás tan grande! —Aprieta las mejillas de Caperucito con un toque de brusquedad. El menor infla los cachetes enrojecidos. No le dolía los gestos demasiado salvajes de su abuela.

—Pero me viste hace dos semanas. No crecí nada.

Pone sus manos sobre las de su abuela intentando apartarse, pero la anciana aun no lo suelta y solo aplasta más sus mejillas, haciéndolo parecer un pez globo. Rui murmura algo por lo bajo e intenta separarse pero le es imposible.

❝Cuentos Corruptos❞ Yandere GB Disney X Female ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora