La orden del little lord.

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Capitulo 5

Pov Ciel

Sebastian empezó a desabotonar mi camisa mientras besaba mi cuerpo. Yo estaba muy nervioso y no sabía qué hacer, solo me quedaba estático respondiendo a las acciones de Sebastian con gemidos y escalofríos. Una vez que mi cuerpo quedo despojado de la camisa Sebastian se acercó lamiendo desde mi cuello a mis pezones pasando por la clavícula. Agarro una con los dientes y pellizco suavemente, yo me estremecí al segundo

-          Ah…seb-sebastian.- ni siquiera sabía para que lo llamaba, pero era la única palabra que salía de mi boca ahora mismo

Sebastian siguió jugueteando con mis pezones mientras acariciaba mi espalda con sus suaves y frías manos, lo que provoco un escalofrió en todo mi cuerpo.

-          Que sensible eres Ciel

-          Ca-cállate

Sebastian sonrió pervertido, algo malo iba a hacer, entonces note una suave presión en mi miembro, al momento me di cuenta de que era la mano de Sebas.

-          Hmm.- me mordí lo labios tan fuerte como cerraba mis ojos, sin dejar escapar gemido alguno

-          Muy mal Ciel.- me recrimino él.- quiero escuchar tus reacciones a cada una de mis acciones

Entonces Sebastian presiono un poquito más en mi miembro, haciéndome sentir una sensación muy placentera, pero insuficiente para dejarme gemir, aunque era lo que más deseaba ahora. Él me miro restante y divertido,  bajo su cabeza y siguió jugando con mis pezones y volvió a apretar en mi miembro. Ya no pude aguantar más

-          Ah.- gemí

-          Así me gusta Ciel

Siguió masajeando mi miembro, yo me sentía tan excitado, ¿por el placer? No, porque eran sus manos las que me provocaban ese placer, si no era él me sentiría muy asqueado, lo sé.  

En un momento de locura máxima y con el clímax en el aire pronuncie unas palabras que creí que nunca diría

-          Sebastian hmmm metete ya

-          Pero Ciel ni siquiera te he preparado aun

-          ¡Me da igual! Te quiero dentro ya.- demande

-          Yes, my lord.- sonrió complacido y se preparó para penetrarme

Respire hondo y cerré los ojos, tenía miedo, pero también ganas. De repente sentí un inmenso dolor en mi parte trasera, no pude evitar gritar de dolor

-          AAH

-          ¿Te duele?- sonaba preocupado

-          …si.- casi no pude ni decirlo

El me abrazo y se estuvo quieto un rato, al poco dejo de doler, entonces mecí levemente mis caderas para indicarle que siguiera. El empezó a envestirme, primero lentamente, luego más rápido y profundo hasta que al final me corrí yo primero y él después. Nos desplomamos en el suelo de la cabaña, una vez recuperada nuestra respiración, nos limpiamos y nos vestimos.

Mire la hora en mi reloj

-          Son las 15:00, debería irme ya o mi madre me descubrirá

-          Vale

Antes de irme Sebastian me cogió de la barbilla y me dio un tierno beso en los labios

-          Adiós Bochan

-          ¿Qué te dije de los motes?

-          Vamos, ese no esta tan mal.- se quejo

-          Está bien.- dije entre un suspiro.- adiós

Le dedique una sonrisa y me fui corriendo a mi casa. Cuando llegue entre por la puerta y salude

-          Hola mama

-          Hola Ciel.- su tono mostraba enfado

Esta vino hacia mí y poniéndose en frente mío se cruzó de brazos y siguió hablando

-          Hoy me han llamado del instituto

-          ¿ah sí?- intente disimular, aunque estaba muy nervioso

-          Sí, me dijeron que porque habías faltado, yo les dije que no habías faltado y ellos me dijeron que si

-          Etto…- intente buscar una excusa

-          Ciel ¿has hecho pellas?

-          …Si…- era inútil mentir, me habían pillado

-          ESTO ES INCREIBLE, CIEL NO ME PENSABA QUE HARIAS ALGO  ASI, SUBE A TU CUARTO AHORA MISMO, TE QUEDAS SIN MOBIL Y SIN SALIR TODA LA SEMANA

-          Pero mama…

-          A CALLAR Y OBEDECEME

-          Si…

Subí a mi cuarto  cabizbajo y me eche en la cama, mi madre estaba histérica y eso que se contuvo, pero no tardara en darme “la charla”.

Mirando al techo recordé lo antes sucedido con Sebastian y me puse súper rojo y nervioso. ¿¡Por dios que había hecho?! ¡Había hecho eso con un chico! Tengo 12 años joder, encima lo disfrute un montón.

Eche mi cabeza sobre la almohada

-argh quiero morirme.- me dije

Entonces sentí un ruido en mi ventana y me gire para ver quién era.

  

Lo odio tanto que incluso lo quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora