caida al infierno

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Cap. 4.2

-Pov narrador-

El despertador de Ciel sonó avisándole que ya era el día tan esperado, por fin lo solucionaría todo con Sebastian. Ciel abrió los ojos y con torpeza apago el reloj y se incorporó de la cama entre un bostezo, te estirazo y tomo aire. Miró el reloj, eran las nueve, sus amigos ya tendrían que estar dando clase, por suerte su madre entraba a trabajar a las seis y con suerte no lo pillaría haciendo pellas.

Desayunó y se preparó para ir al sitio acordado. Estaba nervioso y tenía muchas preguntas en mente. Cuando llego se encontró a Sebastian con su habitual vestimenta negra, no había muchas variaciones, un polo gris y un vaquero ajustado negro junto con las converse  negras.

-          Hola.- le saludo un poco jadeante, pues tuvo que aligerar el paso para no llegar tarde

-          Hola.- lo saludo Sebastian, estaba serio y parecía nervioso

-          Bueno, me vas a explicar ahora todo.- Ciel fue al grano

Sebastian no dijo nada y lo tomo de la mano y lo adentro al bosque. Ciel notaba que las manos de Sebastian eran frías, pero muy agradables, en ese momento se percató de que también las llevaba pintadas de negro, la verdad es que siempre las llevaba pintadas de negro. Ciel se puso algo rojo al tener la mano de Sebastian en contacto con la suya.

-          O-oye baka ¿a dónde me llevas?

Sebastian se detuvo en ese momento

-          Aquí.- contesto

Ciel alzo la mirada y vio una pequeña cabaña encima de un árbol. Entonces abrió los ojos desmesuradamente

-          Esto es…

-Pov Ciel-

Entonces recordé algo. Recordé cuando murió mi padre en un accidente que tuvo la fábrica, el día que lo enterramos yo estaba tan triste que me escape en mitad del cementerio y hui al bosque. Allí encontré una casa de árbol y me metí en ella, me acurruque en un rincón y llore desconsoladamente por largo tiempo. De repente noté algo, al subir mi mirada vi a un chico tres años mayor que yo (entonces Ciel tenía 5 y Sebas 8)

-          ¿Qué haces aquí?- pregunto el chico de ojos rojos  pelo negro

-          Mi papá ya no está y me siento muy solo y triste.- dije entre sollozos 

El chico entro y sentó a mi lado

-          Vaya lo siento, pero esta cabaña es mía, me temo que te tendrás que ir

-          …ya nadie jugara conmigo.- decía sin prestarle atención al chico

-          ¿por?- se interesó acercándose a mí y  rodeando con su brazo mi cuello 

-          Mi papá siempre jugaba conmigo pero ya no esta

-          ¡Tengo una idea!...juguemos juntos.- dijo el moreno levantándose y tendiéndome la mano, yo lo mire confuso y asentí alegre

-fin del Flashback-

     -      juguemos juntos…Ciel.- me susurro Sebastian al oído, yo estaba perplejo

     -     entonces…tú eras aquel chico

     -     así es mi querido Ciel

- pero… ¿por qué no te volví a ver desde aquel día?

- justo ese día nos fuimos mi familia y yo al extranjero, mi padre empezaría a trabajar allí, ahora hemos vuelto, he vuelto Ciel y no pienso alejarme nunca más de ti

Entonces cogió mi cintura y me arrastro hasta chocar con su cuerpo, mientras me abrazaba me seguía explicando todo

-          Pero ¿por qué?

-          ¿Que por qué? Porque me enamore de aquel precioso niño que lloraba en una esquinita de mi cabaña, me enamore de sus lágrimas, de sus ojos azul cielo, de su piel de porcelana y de su sonrisa que solo yo logre sacar. Y ahora me he enamorado aún más, de tu sexy cuerpo y tu sexy carácter, dios nene me tienes al limite

Entonces me beso, un beso brusco, necesitado y ansiado, pero que poco a poco se tornó lento y cariñoso ¿Qué iba a hacer? Sentía que todo me daba vueltas, intentaba asimilar toda la información pero aún me costaba diferenciar si aquello era un sueño o algo real. Al sentir su lengua contactar con la mía y sus palabras de amor sentí que todo el odio tristeza, dolor y soledad acumulados por la muerte de mi padre en estos años se desvanecía. De repente sentí que mis pies dejaban de tocar el suelo, Sebastian me tenía en brazos y me estaba llevando a la cabaña. Una vez dentro me posiciono contra la  pared y empezó a morder mi cuello

-          Ngh Sebastian para, creo que aún no es el momento

-          Lo siento nene pero me has tenido esperando 7 años, no me voy a detener ahora

-          Pero que solo tengo 12 años, aun no debería…

Intente seguir hablando pero Sebastian me callo con un beso

-          Vamos Ciel una pequeña travesura más

Se llevó el dedo índice de su mano izquierda a los labios y me guiño el ojo de forma picaresca. Maldición no me podía negar a esa cara

-          E…está bien, haz lo que quieras.- dije rodeando con mis brazos su cuello y mirando a otro lado completamente rojo

-          Ese es mi chico

En ese momento sentencie mi futuro. Había caído en su hilo de araña que me llevaría directamente al infierno y del que me sería difícil salir. A partir de ahora me metería en grandes problemas que me cambiarían por completo, pero no puedo decir que me arrepienta completamente de alguno de ellos.  

Lo odio tanto que incluso lo quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora