Se lanzó al peligro sin pensar que podría morir en la guerra... y solo para salvar a aquellos que se convirtieron en sus padres.
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Te agachaste frente y me asuste, tú no tenías que hacer eso por mí, yo te podía ver desde abajo, te lo iba a decir antes de quedarme viendo tus ojos. Esos de color tan oscuros en ellos, Tu expresión era decidida, dura, sería y sobria, lo que la hacía aterradora... recordé otra vez a Sparta y la mirada que ponía cuando posaba su atención en tu rostro... Cambio mucho desde hace más de un año.
Pero no te preocupes papá yo sería igual de valiente como mi héroe Sparta y sostendría tu mirada todo el tiempo en el cual me mirarás.
Cuando agarraste mis manitas y tu agarre se hizo firme en ellas, sabía lo que me propondrías, yo era un niño pequeño pero también tan inteligente como para poder ver y saber tus intenciones. Solo que estuvieras sosteniendo mis manos entre las tuyas e hicieras que encajaran muy bien era lo suficiente como para que obedeciera tus órdenes y accediera a todo lo que me pidas.
- Yo sé que sabes por qué estoy aquí - afirmaste afilando tu mirada, y yo solamente asentí - ¿Si te digo lo que tengo planeado pensarías si acceder o no a ayudarme? -
No preguntaste si estaba bien como la primera vez, pero si tuviste la consideración de no ser tan seco con tus palabras.
- Te ayudaré -
No lo pensé al responderte eso, pero al final daba igual, terminaría ayudando en lo que me pidieras, solamente porque eras tú.
Me miraste con más intensidad y entrecerraste los ojos intentando ver algún rastro de mentira o arrepentimiento, a mí no me importa que no me hallas creído al instante, así eras tú con toda la gente. Después ya seguro me comenzaste a decir todo.
Tu plan era simple de entender para mí, al final de cuentas se dice que un loco entiende a otro loco.
Volveríamos atrás con la ayuda de una maga, matar al traidor del reino, y acabaríamos con todo el reino de aquellos enemigos de una de las tierras lejanas. Dijiste que necesitabas de alguien el cual te ayudará asta el final del plan, y yo accedí ser ese alguien... por lo menos podría ser alguien en la vida.
Yo descubrí las palabras no dichas que me dijiste las cuales me hacían saber que no estabas prometiendo tratarme especial, que simplemente me tomarías para ser algo parecido a un esclavo, en pocas palabras solo me usarías para que el plan se llevará a cabo. No me prometiste las mismas cosas que el hombre Sparta. No. No prometías darme la atención y amor que él sí estaba dispuesto a brindarme. Pero a cambio de todo y que si al final todo iba bien me darías algo como una ofrenda. Algo como un agradecimiento.
Nunca hubo algún tipo de chantaje o manipulación de tu parte, nada que me obligará a si o si hacer lo que me decías, yo fui consiente en lo que estaba haciendo, y tú también sabías que ya estaba decidido para comenzar con todo, que no sería como aquellos niños miedosos al no irme contigo.
