⁸ [👔-/-♂️]

132 28 10
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


No me gusta el dolor, así que no era masoquista. Tengo un cerebro, así que no era estúpido tampoco; y nada de eso tiene que sonar como un chiste, porque no lo es.

Lo único que yo sabía que si tenía eran: las fuerzas por seguir, esas fuerzas que se me contagiaban de ti.

Un día en la mañana me habías dado una espada antes de irte, era muy pesada, me costó mucho acostumbrarme a ella, y mantener el equilibrio mucho peor, pero tenía que poder al menos hacer un buen ataque con ella al finalizar y caer el amanecer. Invictor tubo que irse contigo ese mismo día, así que estaba yo y la mujer en casa.

Salí hacia el bosque y me adentre un poco en él, allí pase horas con esa espada pesada, pero muy buena para hacer cortes fácilmente. Mientras estaba concentrado en el tronco del siguiente árbol que sería mi víctima, aparecieron un grupo grande de hombres a mis espaldas. No había escuchado pisadas así que asumí que era un ataque sorpresa.

Mi adrenalina se incrementó a niveles muy elevados cuando sentí el primer golpe que me tiró al piso bajo mis pies, yo ya no era alguien debilucho, antes hubiera huido solo ver a los hombres con armas, o simplemente quedarme petrificado y con miedo, pero no permitiría nada de eso ahora, no mientras tu papá me estuvieras enseñando a pelear con valentía.

Me sentía un poderoso guerrero cuando había conseguido matar a ocho sujetos, cinco de ellos con arcos y lanzas, a esos ataque primero para que me sea todo más fácil y no me estuvieran molestando, sus muertes significaban que tenía esperanza de poder ganar si seguía. Y aunque me faltaban muchos más y ya me sentía agotado, me animé.

Esa arma que tenía era agotadora de sostener por momentos, y recibí muchos golpes y heridas graves por eso, pero me esforzaba por seguir en pie y la cabeza en alto ante el enemigo, siempre me dejabas en claro que no tenía que dejarme avergonzar bajando la mirada, aunque estuviera perdiendo y a punto de morir.

Papá, sabes que llegué a un punto que para mí no importaba que el mundo ardiera en fuego mientras tú no estuvieras cerca del peligro, yo no me preocuparía por nada más, y como en ese momento no estabas allí no tenía nada que perder o arriesgar.

La sangre me hervía y viajaba tan rápido en mis venas que cuando termine con todo me fue difícil calmarme, todo mi cuerpo se sentía hormiguear del dolor infernal, los brazos y piernas se comenzaban a entumecer por cada respiración que daba, y de mis dedos ni hablar, ya ni los sentía, me deje caer en el mismo lugar en el que estaba, intentando no dormirme en ese segundo, porque si lo hacía podría morir.

Pase minutos allí en el suelo, era consciente que no tenía todo el tiempo del mundo para quedarme allí mucho más. Ya cuando sentía todo mi cuerpo comenzando a sentir frío por la perdida de sangre decidí que no me podía permitir perder toda, ya era de noche y los animales depredadores podrían olfatear toda la sangre y no tenía ganas de encargarme de ellos con las pocas fuerzas que tenía.

٥:。- Lo que yo tanto anhele || Mateo, el hijo querido de Spartor || Terminada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora