This Inconvenient Fireworks

CAPITULO 16

CAPITULO 16

LOUIS

Harry se va a principios de julio.

Su pasantía no comienza hasta mediados de mes, pero quiere ir a Londres un par de semanas antes para tener tiempo para establecerse. Va a estar trabajando en el centro, por lo que espera encontrar un piso en algún lugar cerca de una parada de metro que no sea muy caro con un poco de ayuda de sus padres. No necesitará un coche, así que envía la mayoría de sus cosas a su madre y su hermana vendrá a recoger su coche a Manchester y se lo guardará en Holmes Chapel.

Louis sabe toda esta información clínicamente, sólo que su cabeza decide no procesarla. Harry intenta hablar pero él se limita a empujarlo sobre su espalda y hacer caso omiso de todo el asunto por completo.

Ese es el único tipo de sexo que tienen y también la única clase de conversación. No es nada definitivo. No es como la primera vez que le da un beso cuando le habla de las prácticas. No hay un momento en el que Louis sepa a ciencia cierta que se está cayendo en pedazos. Sólo sigue a la deriva.

Harry no duerme con él y no está seguro de si había sido una buena idea. Se imagina que no debe haberse sentido particularmente bienvenido en las últimas semanas, inmediatamente rodando fuera de Harry al lado opuesto de la cama tan pronto como ambos terminan. Así que bueno, tal vez él lo empezó, pero aun así. ¿Qué se suponía que debía hacer, dejar que lo abrazara cuando ambos saben que están simplemente matando el tiempo? No está dispuesto a jugar a hacer creer. Se acuerda de la primera vez que Harry volvió a su propio piso en meses, dos dedos en su espalda tensa durante medio segundo y luego el sonido de Harry poniéndose sus pantalones vaqueros de nuevo, marchándose y el dolor sordo en la parte posterior de su garganta.

Odia lo mucho que echa de menos las pequeñas cosas de Harry. Echa de menos a sus manos alrededor de su cintura y sus labios contra el costado de su cuello en las mañanas cuando está haciendo té. Echa de menos la estúpida tontería de Harry murmurando sobre música pop, arte y discos de vinilo a todas horas del día y de la noche. Echa de menos las luces de Navidad en el techo y cómo se sentía cuando todo iba bien. Desea no haber perdido nada de eso.

Sobre todo, desea no haberse permitido acostumbrarse a él. O al menos no haberse dado cuenta. Ahora eso significa que no tiene ni siquiera el derecho a estar molesto, porque él trajo todo este maldito desastre sobre sí mismo. Si no lo hubiera sabido, por lo menos no sentiría náuseas cada vez que se recordaba su auto-indulgencia aun sabiendo que aquello no iba a durar.

Y esto es lo que quería, ¿no? Él quería que las cosas se extinguieran, él quería que Harry se fuera. Quería seguir adelante, ¿no?

Mierda. No importa lo que echase de menos o lo que quisiese. Nunca importaba. Él era un idiota para pensar que sí lo hacía.

Harry va a la caza de un piso en Londres y no se lo menciona a Louis hasta que ya está ahí, sólo un mensaje desde la estación de Victoria para avisar de su ausencia ese fin de semana. Así que eso es todo. Hay oficialmente un futuro para Harry en otro lugar, en otro piso y él no está invitado. No es un rechazo total, pero es suficiente. Seguro que no es una invitación. Es suficiente para picar, y es suficiente para que sea ineludiblemente real.

Lo que sea. Ha dormido solo durante veintiséis años, puede hacerlo otra vez.

Calcula que debería empezar a prepararse tanto como le sea posible. El primer paso, escomenzar la limpieza de su piso. No tiene que deshacerse de todo lo que le recuerda a Harry. Lo único que necesita para deshacerse de las cosas que le recuerdan a él.

No hay una cantidad enorme de cosas físicas, gracias a Dios. Lo único importantes el oso. Todavía tiene el oso de peluche que Harry ganó para él en esa feria de hace un millón de años escondido lejos en el fondo de su armario, no puede soportar sus ojos de cristal mirándolo. No se atreve a tirarlo. Lo intenta, pero simplemente lo mira con tono acusador desde la basura.