This Inconvenient Fireworks

CAPITULO 25 (FINAL)

CAPITULO 25

LOUIS

—¿Se ve? —pregunta Louis, encaramado en lo alto de una escalera colocando una cadena de luces en la esquina.

—No sabría decirlo. ¿Qué piensas?

Estira el cuello.

—Haz un esfuerzo, es tu fiesta también.

—Esta no es mi fiesta. Ni siquiera pretendas que esto gira a mi alrededor.

—Bueno, es tu piso también, de todos modos —dice Louis, renunciando a la fijación de las luces. Se da vuelta, con las manos en las caderas y mira a Harry fijamente—. No ayudas en absoluto.

—Disculpa —dice, moviéndose hacia adelante para levantar a Louis de la escalera y ponerlo en el suelo—. ¿Quién ha comprado todos los refrescos? Yo soy de lo más útil.

Louis suspira, dando un paso atrás para inspeccionar las luces. No están donde deberían, pero sólo por unos centímetros y cree que nadie más que él se dará cuenta. Encuentra que no le importa mucho, posiblemente porque estas luces son de una de las últimas cajas de Harry, el mismo parpadeo, las mismas luces multicolores de su antiguo piso. A Louis le gusta el aspecto que tienen en el techo de su sala de estar, torcidas y alegres. Le gusta mucho, en realidad. De hecho las dejará por un tiempo.

Aunque no piensa decírselo a Harry.

—Tienes suerte de que el tema de la decoración de este año deje espacio para la imperfección —dice Louis empujando su nariz-. ¿Puedes poner el resto de las luces? Eres más alto.

—Lo único que quieres es comerte con los ojos mi culo mientras las coloco —responde un Harry burlón.

—Me has descubierto, amor.

Harry sonríe y luego se da la vuelta, haciendo gala de su buena educación.

—Cualquier cosa por el cumpleañero, supongo.

Se vuelve a subir a la escalera y Louis no puede dejar de tomar distancia y observar, no sólo la forma en que se ve en esos pantalones vaqueros, aunque eso es muy bueno también, sino la forma en que se ve en su piso. En SU piso. Sólo se mudó hace una semana, recién salido de Londres, listo para comenzar su nuevo trabajo en Manchester en enero, pero ya está cambiando las cosas de una manera notable.

Por un lado, hay todo tipo de nuevos aparatos de cocina que Louis ni siquiera sabe cómo usar y después de un percance con un soplete de postre, no se le permite tocar nada sin supervisión. El mostrador del baño está dos veces más desordenado. La cama es mucho más cálida. Es agradable, todo lo que ha cambiado.

A Louis le gusta la manera en que se están entremezclando sus vidas, pero no va a decir que es siempre fácil. Está creciendo y está cambiando, pero no puede fingir que no tiene todavía momentos de “oh Dios lo que estoy haciendo” cuando hace balance de todas las formas en que le ha dado espacio en su vida y en su cabeza y en su corazón. La noche en que se mudó, tuvo que salir a dar un paseo para dar vueltas por las calles él solo y hablar consigo mismo antes de poder volver a un lugar que ya no era sólo suyo. Pero Harry lo comprendió y no insistió. De pie en su sala de estar, viéndolo casi en la punta de la escalera, no siente ni siquiera una pizca de arrepentimiento.

Así que es bueno y es feliz, y a veces le encanta tanto que no puede respirar, pero eso es mucho mejor que las cosas que utilizaba antes para asfixiarse. Hay una caja o dos en la sala de Louis que aún deben ser desempacadas, pero en su mayor aparte, todos los pequeños pedazos de la vida de Harry se han integrado en el piso. Mezclan sus trastos, una pequeña estatua de Buda de madera de Harry junto a un conjunto de guiones de Louis en la estantería, un Gandalf de pie delante de las temporadas de One Tree Hill en DVD. Escogieron juntos sus fotos favoritas y luego las enmarcó como regalo adelantado de Navidad y Harry se hizo cargo de la organización en las paredes de todo el piso ya que él  es el que tiene ojo para la composición. Trabajan bien juntos, lo tiene que admitir, el sexo de cumpleaños que es aún mejor que el de no-puedo-creer-que-haya-conseguido-tenerte-aquí-todo-el-tiempo. Han rebautizado todas las habitaciones de la vivienda y la mayoría de las superficies planas, también, sólo para estar seguros.