This Inconvenient Fireworks

CAPITULO 15

CAPITULO 15

LOUIS

Louis hace esta cosa. Es un pequeño truco para cuando está acostado en cama y no quiere levantarse, pero sabe que tiene que hacerlo, al igual que casi todas las mañanas de su vida. Escoge un número y luego se deja saborear la sensación de estar acurrucado caliente en la cama todo el tiempo que le lleva contar hacia atrás hasta cero, y entonces se arrastra fuera y no mira hacia atrás.

Se deja un pequeño momento. Obviamente quedarse no es una opción. A los pocos segundos siente los labios de Harry en su pelo cuando está haciendo una lista mental de la compra. La voz de Harry cantando baja y ronca junto a la música de la radio. Tan sólo pequeños trozos, cada vez más cortos, cada vez que antes de que lo corta. Él cree que de esta manera se va a capacitar a sí mismo para no perderse en absoluto. Recordará lo que es no necesitar nada de esto. Se va a trabajar.

Ayuda el hecho de que Harry no se está enterando de lo que está pasando. Solo se da cuenta cuando Louis se aleja de él antes de lo que lo haría normalmente, o cuando no lo invita automáticamente después del trabajo, o cuando no responde a una de sus bromas. Louis sabe que se está dando cuenta, porque refleja todo lo que siente en su cara, y hay confusión y dolor, pero no acusación, lo cual es bueno. Cuanto más tiempo pueda apartarlo hacia el camino de salida, más fácil será.

Al principio Louis odia esos momentos en que la cara de Harry cae y trata de evitar el contacto con sus ojos cada vez que hace algo que piensa que va a herirlo. No haciendo caso a un toque y luego mirar hacia otro lado. Haciendo una broma y luego mirando hacia otro lado. Empieza a sentir como si estuviera pasando la mitad de su tiempo con Harry tratando de no mirarlo.

Se siente mal. Se siente como un cobarde y Louis no quiere serlo, así que empieza a hacer lo contrario, empieza a buscar a Harry mirándolo directamente a los ojos mientras lo empuja para llegar lejos. Le duele, Dios, le duele como el infierno, pero es lo correcto. No se avergüenza de lo que está haciendo. No lo hace para castigar a Harry, lo hace para salvarse a sí mismo. Harry va a estar bien. Y es importante ver el efecto que está teniendo. Recibe una pequeña voz en la parte posterior de su cabeza, cada vez que ve una sonrisa en su cara, que le susurra: mira, te gusta un poco menos ahora, ¿ves lo fácil que es? ¿Ves lo fácil que será que se vaya?

Sí. Esto va a funcionar. Ya está funcionando.

A veces se jode, lo cual no es sorprendente, ya que Louis no puede pensar en otra cosa. A veces, si está cansado o borracho, o simplemente débil, siente que lo necesita para respirar. Hay momentos robados, horas, tardes en las que se deja engañar. Harry lo lleva a casa después de que el equipo de fútbol gane un partido, y se deja tocar durante horas antes de despertarse sudando en medio de la noche y llamar a un taxi que lo lleve a casa. Una mañana se despierta en su apartamento, hace un poco de té de la forma en que el otro lo toma y lo lleva a la escuela, dándole un beso rápido y furtivo yéndose sin una explicación. Recordando por el camino la sonrisa que Harry le dio en un lugar secreto del pecho. Una vez, se queda dormido en su sofá, y Louis le hace una foto con su teléfono antes de despertarlo y decirle que se vaya. Se siente como una recaída cada vez.

Nota que el tiempo comienza a pasar más rápido. Los días se derraman como plumas contando cuánto falta para dejar de oír la voz de Harry, cuánto tiempo va a dejar que el teléfono suene antes de responder, ¿Cuánto tiempo le va a permitir quedarse después del sexo antes de que pretenda recordar algo que tiene que hacer? Es una diapositiva tranquila y lenta, como ahogarse en paz. Si pone la música a todo volumen en el  coche casi no nota el ensordecedor silencio del camino al trabajo y de regreso cuando está solo.