Onírico

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-Mi nombre es Celestia Togata.- Dije presentándome frente a todos en el salón. -Tengo 6 años, nací el 3 de enero.- el día de hoy estoy ingresando a mi nueva clase, era compañera de Bakugou Katsuki.

-Celess, puedes pasar a tomar asiento.- Escuche a la maestra decir y con emoción asentí, llendome a sentar feliz a una de las mesitas libres.

Desde pequeña fui un prodigio, era buena en todo, leer, escribir, redactar, dibujar, manualidades, deportes, memoria fotografica, lo tenia todo. Quizás porque era buena en todo, fue que las personas comenzaron a asumir que podía hacer grandes cosas, sin necesidad de un Don.






Yo tenia 6 años y no había manifestado ningun don.







Mi madre, mi padre, mi hermano y mis abuelos, ya habían aceptado que yo jamás podría despertar uno, creían que al igual que mi madre no tenía ningun don.

Yo también llegue a creerlo, creí que habia hecho algo mal, hasta "ese" dia.



Primavera del penultimo año de primaria.

Habia confesado mis sentimientos hacía Bakugou Katsuki hacía unos meses, él solo se río de mi, manifestando que era yo "una molestia", y estaba en todo lo cierto, una niña ruidosa, positiva y extrovertida, que lo seguía a todos lados.

-Celestia y Katsuki ustedes iran juntos, así que tómense de las manos.- Oí decir a la profesora, Hoy habiamos venido a un dia muestra en un campamento que ayudaba a los niños a desarrollar sus Dones y ver en que podrían usarlos, aunque yo no tuviese un don insistí mucho en venir.

-Katsuki toma mi mano para que no nos perdamos.- Estire mi mano hacia la del rubio, él inmediatamente la apartó con molestia permaneciendo a mi lado sin decir nada.

Nos hicieron un recorrido por todo el campamento, nos explicaron y nos mostraron que hacían, fascinada veía todo con ansias de despertar lo más pronto posible mi don, sabía que lo tenía, lo sabía.

Cuando nos dieron la hora de almorzar como de costumbre me sente con Katsu y sus amigos, incluso si me ignoraban o me decian que me fuese de ahi, yo siempre me quedaba y permanecía ahi en silencio como solía hacerlo desde el primer año, era una chica sociable pero no tenía amigos, en la primaria entendí qué los niños podían ser más crueles que los adultos.

Mi devoción hacía Katsuki quien siempre aspiro a ser él #1 me aislo del mundo.

-Niños, les hemos organizado una busqueda del tesoro, así que tomen a su pareja y los primeros en completar la lista podrán ganar un premio.- Decía la maestra, mientras la escuchaba, observaba como Bakugou distraido buscaba su botella de agua con la mano, asi que la empujé con cuidado hacía él para que la alcanzara.

Antes creía que no importaba que estuviera sola, si me insultaban o ignoraban, mientras pudiese serle de utilidad a Katsuki, si lo ayudaba a llegar a ser el #1, si podía verlo crecer y cruzar la meta, tal vez él podria fijarse en mi.

Lentamente nos adentramos en el bosque a buscar las cosas, nos dieron permiso de usar nuestros dones, asi que Katsu se la paso alardeando del como era afortunada por tenerlo a él conmigo, poco a poco ibamos llenando la lista, el atardecer se iba acercando, mientras mas nos adentrabamos en aquel gran sitió, el miedo me iba dominando pues sin un don no podía defenderme.

De entre los arbustos comenzamos a escuchar un ruido e inevitablemente como cualquier niño, nos asustamos, Bakugou quien no esperaba eso dio un paso hacía atras y aunque el miedo me consumía, no pude evitar moverme y colocarme frente a él, ¿Que era lo peor que podia salir de aqui?, ¿Un oso?. -Tranquilo Katsu, ¡Yo te protejo!.- Le grite algo asustada.

De entre los arbustos varios conejos salieron saltando, suspire aliviada. -Katsu, solo son conejos.- Dije girandome a verlo, cuando fui empujada cosa que me hizo caer al suelo.

Katsuki bastante sonrojado y molesto comenzó a gritarme. -¡Ya dejame en paz!, ¡Siempre estas detras mio!, ¡Eres muy molesta!, ¡Consiguete amigos!, Rarita...- Sus palabras habían atravesado mi pecho como filosos cuchillos.

-¡Eres un tonto Katsuki!.- Le conteste levantandome y saliendo corriendo de ahi, refugiandome y llorando detras de unos arbustos, los minutos pasaron y una gran luz anaranjada ilumino el bosque estaba atardeciendo por fin, cayendo en cuenta que estaba por llegar la noche, escuché pisadas y me asomé, de entre los arbustos visualice a Katsuki quien también lucia perdido, maliciosa y con aquel enojó ya superado, salte de entre los arbustos buscando asustar a Bakugou. -¡Katsu!.-

Estando más cerca de lo que creíamos Bakugou estiro su mano y creo una explosión a mis espaldas, pero al haber estado tan cerca de mi comencé a escuchar un pitido y la claridad de los sonidos se hizo ausenté, lleve mi mano a mi oído izquierdo cubriendolo sintiendo un calido liquido salir de él, Katsuki nisiquiera se movía se habia quedado ahi, pasmado.

Los profesores no tardaron en llegar gracias a la explosión y horrorizados nos vieron a ambos, todos se acercaron y comenzaron a hacer preguntas, preguntas que no entendia con claridad, lo unico que podia pensar era "Katsu me reventó los timpanos", los docentes me tomaron en brazos y me llevaron al hospital, el dolor de cabeza y oídos no me dejaba concentrarme, recuerdo haber visto hacía una esquina de la ambulancia en la que era trasportada y ver como la misma se doblaba ligeramente hacía adentro.

Recuerdo haber tomado medicamentos y ser revisada, mi hermano mayor siempre sostuvo mi mano.

Ya en brazos de mi madre, escuchaba al doctor decir. -Debemos esperar un poco, ya que no sabemos que tanto le haya afectdo la explosión y necesitamos saber si realmente podra recuperar el 100% de su audición o la perdera solo del lado izquierdo.-

En casa se armó un lió, mis abuelos viajaron de inglaterra a Japón para venir a verme, todo eran platicas serías sobre demandar a la escuela, Mirio solía encargarse de que sus comentarios no me afectaran.

El día que volví a la primaria, las niñas se acercaron a mí y comenzaron a cuidarme de Katsuki, intente acercarme a él en varías ocasiones pero siempre me evitaba o ignoraba.

Pasado el tiempo, llegó mi consulta para ver mis resultados, resultó que yo escuchaba perfectamente del lado derecho, pero el izquierdo era como si estuviese tapado.

"Porfavor que esto no la afecte en el futuro dios mío." escuche la voz de mi madre, "Mi pequeña." oi la voz de mi padre, "Sé que saldrás adelante." Oí la voz de Mirio, ese día oí la voz de mi familia sin que ellos hablaran.

Era la mañana de un viernes cuando Katsuki se giró a verme en el patio de la escuela. -¿Como está tú oido?.- Me preguntó, después de tanto tiempo hoy porfin me había dirigido la palabra.

-Él doctor me dio de alta, mi oído porfin se recuperó por completó.- Dije con una sonrisa y él rubio me sonrio.

-Que bueno... - Lo oi decir, ese semblante de Katsuki tan brillante y alegré se robo mi corazón.

-¡Katsuki!, ¡¿Quieres ser mi novio?!.- Solté de inmediato y de imprevisto.

-¿Eh?, ¿Que es eso?.- Me preguntó con desinteres, "Todo fue mi culpa", oi la voz de bakugou en mi mente, abrí la boca para poder explicarle y él se dio la vuelta. -Si bueno, como sea, supongo que es lo minimo que puedo hacer por ti.- Contesto arrogante y comenzó a caminar hasta que se giro a verme. - Ah, por cierto si vas a estar conmigo, almenos camina a mi lado.- Dijo mientras el sol volvia a iluminar su silueta.



























En aquel entonces, creía que Katsuki era el mejor aspirante a ser el #1, me pregunto ¿Cuando fue qué toda mi visión de él cambió?.

Boku No Hero Academia: Things of kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora