Después de que la fiesta se calmara y todos se fueron a sus casas, los pequeños que ocasionaron esto fueron interrogados por mí.
—¿Ya me dicen por qué hicieron eso? Pudo ser peligroso— los cuestione esperando que respondieran con los brazos en la cintura.
—Lo hicimos porque sabíamos que tú lo dirías— respondió Brice tocándose los dedos.
—Las ratas nos contaron todo— Añadió Mals.
—Si algo salía mal, nosotros tendríamos la culpa y tú no volverías a estar triste— siguió Brice con voz baja moviendo el pie de un lado a otro.
—Solo nos dirías que las cosas pasan por algo y que no fue nuestra culpa— dijo levantando ligeramente la mirada el menor de mis hermanos.
—No puedo creer que ustedes siendo tan pequeños piensen en cuidarme— resople extendiendo los brazos en señal de abrazo.
—¿Eso significa que nos ayudaras con Alex? — suplicaron los dos con ojos de cachorro.
—No abusen— respondí abrazándolos más fuerte.
—No podemos respirar— dijeron los dos forcejeando.
Ya pasaron algunos meses y para mí sorpresa todos lo tomaron muy bien no había día que pasara por el pueblo y que los niños quisieran que usará mi habilidad para ver mi cabello cambiar de color, era algo muy entretenido de ver supongo.
—Es tan bonito, y tus ojos son igual de bonitos que tú —dijo Luis, un niño pequeño que me miraba embobado sin darse cuenta de lo que acababa de decir.
—Creo que ya tenemos una pareja— se burló el señor López que estaba cerca.
—Señor López, como cree — murmure algo avergonzada.
—Solo espera unos años y listo —continuó mientras observaba cómo los demás niños empujaban al pequeño Luis hacia mí.
No sabía qué decir. No quería herir al pequeño que me miraba con tanto cariño. Su madre, que estaba cerca, soltó una pequeña risa.
— ¿Quieres ser mi novia? —me preguntó con una voz claramente infantil.
Me agaché para recibir las flores y le respondí con una sonrisa.
—Tal vez cuando seas mayor— dije con una voz dulce agachándome para recibir las flores.
No podía creerlo, mi primera propuesta de noviazgo venía de un niño de siete años.
—¡Entonces, cuando sea más alto que tú, nos casaremos! ¡Es una promesa! — después de esas palabras salió corriendo hacia su madre, quien no podía contener la risa.
Mientras continuaba mi día, seguí ayudando con las tareas del pueblo como de costumbre. Me encargaba de trasladar cosas, hacer trabajos que requerían altura, y también de ayudar a Camilo con los niños. Siempre me resultaba fácil.
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Lo que la sangre conlleva
FantasyLa familia Madrigal y la familia Heartfilia son muy parecidas pero a la vez muy diferentes. mientras que los Heartfilia se ocultan para vivir los Madrigal relucen al hacerlo. TN una chica de 15 años que se acababa de mudar con toda su familia de los...