Fábrica de Alfas▪︎L.S.

VI. No una Buena Idea.

La charla con su madre fue un completo caos. No la clase de caos en el que ambos peleaban, soltando gritos a diestra y siniestra, donde dejaban de hablar por días; era más la clase de caos interno en el que no podía hablar con nadie, no podía hacer reclamos y dejaba todo para su propio desastre emocional que, muy probablemente, lo llevaría al colapso.

Estuvo bien durante algunos minutos, logro manejarlo estando encerrado en el baño y obligándose a respirar. Incluso pudo actuar tranquilo estando en el pasillo de regreso a la oficina de su madre. Su calma fue completamente absorbida en cuanto la presidenta anuncio que debía acompañarla a una importante reunión. No, no es nada nuevo que Harry deba acompañarla en sus deberes y reuniones, pero justo hoy debían tener una reunión con el equipo de su madre; las mismas personas que han estado trabajando en el proyecto "alfas" por casi diez años.

Y Harry no puede estar tranquilo sabiendo que su madre va a exponer la posibilidad de robarle su género a niños.

—¿Te encuentras bien, cariño? —pregunta Génova, notando cierta acidez en el olor de Harry, dejando relucir sus nervios.

Harry levanta la mirada. La voz de su madre lo hace reaccionar y, por desgracia, eso solo lo pone peor.

Siente que no puede respirar regularmente ahora que están caminando al piso más profundo en el palacio de gobierno. Resulta que, además de ser extremadamente peligroso, el proyecto debe ser oculto. Nadie quiere que la nación se entere sobre las fallas, ni siquiera desean alertar a las otras naciones; no van a lucir débiles, y Harry está agotado de ello. Detesta pensar que, para ellos, todo se trata sobre "proteger a su nación, ponerlos como prioridad sobre tus pensamientos y opiniones" básicamente, una amable forma de decir que, no importa que deba hacer solo si es por su nación.

Eso significa que no importa lo que haga por Louis, él es parte de la nación ¿verdad? 

Trata de plasmar una sonrisa ante su pequeña respuesta caótica. No lo logra, pero al menos hizo un esfuerzo. Se mantiene recto y respira para calmar su olor, antes de poder darle una respuesta.

—Uh, sí —dice, con un tono de irrelevancia—. Solo sigo algo aturdido por la ruptura con Joe.

Harry no es el mejor mentiroso, pero sabe los momentos exactos en los que debe hacerlo. Este es uno de esos momentos; su madre se tomará un par de segundos para consolarlo, ignorara cualquier cosa que Harry pueda estar ocultando (o, como suele ocurrir, no va a notarlo en lo absoluto), y en cuanto lleguen a la reunión, todo estará resuelto en el exterior.

Solo debe mantener la calma y fingir que está de acuerdo con esta locura.

—Oh, cariño —Ella extiende su mano y acaricia el cabello rizado del omega, dándole una pequeña sonrisa—. Lamento que encontrase a su destinada.

¿Qué clase de comentario idiota era ese? Harry no estaba enamorado de Joe, en lo absoluto; no era un mal tipo, tampoco era malo en la cama, pero Harry simplemente no estaba enamorado de él. ¿Cómo podría molestarle que Joe encontrara a Sophie? Es ridículo. Los destinados siempre han recibido la importancia que merecen, incluso él está buscando un maldito lugar en el cual poder encontrarse con Louis y mantener un vínculo amistoso.

A su madre, en cambio, parece no importarle en lo absoluto.

Harry ignora sus palabras y se mantiene en silencio, buscando lucir afligido, hasta que esta finalmente sentado junto a su madre en la mesa de reuniones. No sabe si logró lucir como un omega en luto, pero a su madre parece no importarle más que lo necesario; si Harry quiere hablar, lo hará, y si no, entonces no hay que obligarlo. Todos saben eso sobre Harry. Sumerge sus dedos en el material del reposabrazos, sintiendo que las grisáceas paredes y oscuros muebles no ayudan a su intento de calma, pero es aun más difícil cuando los omegas entran a la sala y todo el lugar se llena de olores dulces, cítricos o cálidos. Dolor de cabeza, va a tener dolor de cabeza en menos de diez minutos; odia los olores de las personas.