Cap 3: Cansada Noche de Pasión

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A pesar de estar acostumbrada a salvar vidas, esta vez Annabel cedió ante la extravagante actriz. ¿Por qué desviarse de su trabajo?

Los días transcurrieron desde aquel incidente salvando a Katherine, pero los recuerdos persistían como un eco de interacciones pasadas.

En sus suaves pantuflas, se deslizó hacia el baño, sumergiéndose en el sonido del agua y el aroma del jabón. Cada movimiento se volvió un ritual, una danza con patrones definidos.

El toque de alcohol cerró su rito, símbolo de su búsqueda constante de equilibrio. A pesar de limpiarse, la sangre derramada aún la manchaba. Cada muerte dejaba cicatrices, una búsqueda incesante de justicia para las víctimas.

Recordó la tensión en la sala de juntas, las palabras severas de sus superiores resonaban en su mente.

—Agente Scarlight, casi revelas tu identidad. Las consecuencias son claras —la advertencia de su jefa se proyectaba desde una pantalla—. Katherine Villanueva está en peligro por tu error.

Una sonrisa sarcástica jugueteó en sus labios.

—¿Por qué me asignaron la misión de ser la guardaespaldas de la princesa llorona? —cuestionó Annabel—. Chloe es perfecta para esto, es la elección ideal.

La general se fijó en sus ojos y entrecruzó los brazos.

—Annabel, ella es el elemento para avanzar la misión —confesó con un tono más personal—. Puede que no tenga habilidades o poderes como cualquiera de nosotras. Pero si la entrena, será una buena espía. Nadie sospecharía de ella, en cambio; usted es obvia.

—¿Katherine estará bien? —comentó Annabel, mientras su mente regresaba al presente tras la conversación—. Si fue testigo del asesinato de un criminal pesado de la organización, la tacharán de objetivo.

Intentó dejar atrás el peso de aquella conversación mientras el agua relajaba su cuerpo en la ducha.

—Tesouro, ¿Ya llegaste a la casa? ¿Tudo bem? —se escuchó el grito procedente de su pareja que interrumpió sus pensamientos.

Mientras el agua relajaba su cuerpo, una sensación de suciedad persistente la invadió al recordar cómo la actriz había capturado su atención, desviándola de su pareja.

—Sí, tudo bem —le mintió a su pareja brasileña.

En el trasfondo de su mente, resonaban notas discordantes de un día agitado, lleno de remordimientos. El tiempo, esa entidad implacable, no le había concedido ni un instante para crear el regalo especial que solía entregar con cariño.

—¿Cómo permití que la actriz me coqueteara teniendo una novia? —murmuró, apretando los dientes con frustración.

Mientras se vestía, los recuerdos del perturbador momento con la actriz seguían atormentándola. El tintineo del celular rompió sus reflexiones, y era Chloe, la novia que la esperaba.

Al salir del baño, se topó con ella, su rostro cálido y reconfortante, sus ojos cafés aferrándose a los suyos. La preocupación maternal de Chloe era palpable en cada palabra.

—Tesouro, você está doente? —expresó Chloe con tono maternal y preocupado—. Eu pensei que ia te perder ali por um instante, viu?... Você tá tão pálida

Chloe era de esas que irrumpía su privacidad si no le contestaba rápidamente. Sólo para asegurarse que estaba a salvo.

—Estou muito obrigada, por tudo que você faz por mim —agradeció en su lengua natal.

Chloe extendió sus labios carnosos hacia los de ella, no solo para mostrar su apoyo si no para conmemorar el amor que trascendía más allá de lo físico.

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