Capitulo 8

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Miko miraba a las geishas había escuchado tras la puerta a su madre, diciendo que actuaría la hija mestiza de su padre, la predilecta, ella sintió muchos celos en ese momento, así que decidio que ella saldría a bailar también como una Geisha, se fue sin escuchar más ......

En una habitación del palacio la emperatriz ordenaba a una de sus sirvientas, colocar un polvo que envenenaba al solo contacto y además deformaba a la persona
—¡¡quiero que coloquen esto en los polvos de esa perra mestiza, no quiero errores si no te mataré a ti y a tu descendencia!! (siceo)
—si, como usted diga mi emperatriz, dijo la sirviente nerviosa.
Así la sirvienta se fue y con cuidado entro y coloco los polvos, mezclandolos bien, con los polvos de arroz.
—Miko ya vestida como Geisha, la vio y<<esos son los polvos ideales >> así que se los coloco en toda la cara y el cuello, cuando se iba a delinear sintió que su cara y su cuello se quemaba y pegó un alarido, (aaaaaa) pero nadie la escucho, hasta gritó—auxilio... Y un sirviente pasaba encontrándola en el suelo con sus ojos nublados de llanto.... —Princesa, gritó y corrió a pedir ayuda...

Cuando la emperatriz iba para asegurarse de que su plan no había fallado se encontró con la escena más horrenda de su vida pues la que estaba ahí tendida y dando gritos de desesperación era su hija mayor la futura princesa cuando gritó la emperatriz "¿ pero que ha pasado? " ¿porque mi hija? Ohhh, por Dios ayuda, ayuda....llegaron las personas de su servicio y se llevaron a su hija a su aposentos, el Dr, entró para poder saber qué podía hacer por ella...

Cuando Candy salió como toda una magnífica Geisha al dar sus pasos de baile, como toda una diosa se encontró con una mirada azul, que la hizo estremecerse y acelerar su desbocado corazón pues era la primera vez que le pasaba algo así no entendía¿por que? pero sintió la mirada azul del rubio, el la miraba con devoción y estaba embelesado por tan hermosa mujer y su mirada verde como las esmeraldas pues el rubio no entendía qué hacía una chica rubia bailando ahí y vestida como toda una magnífica Geisha lo tenía hechizado, cuando otros ojos pero marrones estaba también cautivados por esa Geisha, pues la reconoció inmediatamente, no podía confundirla su rostro y mirada verde era inigualable que se dijo dentro de él<< ella es la mujer quiero para compartir el reto de mi vida>>. El emperador se dio cuenta de inmediato, que el rubio había quedado maravillado con su hija y solo pensó para así, qué tal vez podría resultar... cuando terminó la magnífica presentación el emperador le dijo al rubio, es muy hermosa verdad. Albert despertó de su perturbación y miró al emperador y con un poco de pena y agachando un poco su cabeza le contestó —si es muy hermosa. —Sabe ella es mi hija aunque usted no lo crea nadie lo sabe pues la tuve con una de mis concubinas la más bella y la ame así como la amo a ella, pero aquí nadie la querrá como tal pues al ser mestiza, es rechazada así que si usted quisiera podría hacer negocios que a los dos nos veneficie y podríamos llegar a un buen acuerdo a cambio sabe, ella podría ser suya..... al emperador le costó y dolió decirlo así pero no le quedaba otra opción pues quería que su hija en verdad tuviera una vida digna y fuera de peligros pues sabía que en su país jamás podría pasar tenía que echar sus cartas sobre la mesa . El Rubio por instinto alzó su mirada azul con el emperador y dijo— será un placer hacer negocios con usted . El emperador le dijo muy bien permítame un momento, enseguida regreso. Cuando el emperador se retiró George se arrimó al rubio y le dijo— no creo ¿que vas a hacer lo que estoy pensando verdad William? —¡¡ No digas nada George !! Solo confía en mí después te explico todo lo que quieras, pues el corazón del rubio estaba más acelerado pensaba que se saldría del pecho era una sensación que jamás había sentido esa mujer lo había cautivado como a un demente pues en realidad la quería para el.
El emperador oyó una voz conocida para él en unos de los aposentos que había alrededor de dónde se dirigía cuando se detuvo para escuchar bien lo que decían era la voz de la emperatriz que gritaba como una loca —te lo advertí que no quería equivocaciones as desfigurado a mi princesa y te dije a quien tenías que desfigurar era a la perra esa mestiza hija del emperador y que es lo que lograste echar a perder el rostro de mi primogénita, te lo advertí que si había una equivocación tu familia lo pagaría y así será. Noooo!!! Se oyó el grito ahogado de la mujer. Al escuchar todo eso el emperador mando resguardar a esa mujer primero tenía que saber bien si nada más eso la había mandado hacer la emperatriz. Luego se dirigió con su hija Candy y su hermana y al verla le dijo hija me siento muy orgulloso de ti pues lo has hecho como una digna y verdadera Geisha necesito que vayas a la mesa donde me encuentro quiero que atiendas a mis invitados especiales te espero en unos minutos Candy solo asintió pues sintió cómo su corazón volvió a desbocarse pero lo haria por que era su deber. Cuando el emperador iba de regreso sintió una gran tristeza de que por culpa de la emperatriz su hija la princesa hubiera pasado por esa aberración y eso no se perdonaría a la emperatriz así que siguió su camino, con para terminar lo que había empezado cuando regresó a su lugar George y Albert se inclinaron al verle llegar de nuevo cuando el emperador dijo aquí viene su no nombre es Candy así le puso su madre ella nos atenderá y nos hará compañía esta noche. Cuándo Candy dio el saludo y al servir el té a los invitados y volviéndose a encontrar con esa mirada azul como el cielo que la estaba mirando con devoción otra ....... Continuará

La hija del emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora