Primera Parte

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"El deber está en mi corazón" Mulan

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Shang sujetó las riendas de su caballo, se pasó una mano de forma disimulada por la frente, pero el casco le impidió un poco limpiarse el sudor de la forma adecuada.

–Saldrá bien, ella te quiere –susurró para sí mismo antes de seguir con su camino, sabía dónde se encontraba en ese momento.

–Saldrá bien –repitió con voz temblorosa. Su caballo relinchó ligeramente–. Cállate –masculló, sonrojado mientras se acercaban al lugar donde se escuchaban varias voces, entre ellas la de Mulan, la mujer a la que amaba y a la que hoy le propondría matrimonio, inconscientemente detuvo su caballo.

Respiró hondo, con los ojos cerrados, tratando de controlar los latidos de su corazón y su respiración agitada. Sabía que era la indicada, pero eso no impedía que sintiera una mezcla de miedo y nervios. ¡Incluso más que cuando se habían enfrentado a los hunos un mes atrás! Carraspeó un poco antes de armarse del valor suficiente para seguir avanzando.

-¡El general Shang! –fue lo primero que escuchó cuando llegó en el lugar en donde se encontraba, al encontrarse con su mirada estuvo a punto de ir inmediatamente hacia ella, pero no pudo hacerlo, pues fue rodeado por un montón de niñas con sonrisas enormes y gritos excitados, que no paraban de repetir su nombre con alegría.

– ¿Cómo están, guerreritas? –preguntó quitándose el casco, pero no entendió mucho de lo que le contestaron, su mente sólo estaba inundada de ella.

Sonrió con nerviosismo cuando estuvieron casi frente a frente, sólo unos metros con unas niñas de por medio de distancia.

–Su nuevo uniforme es lindo, general.

– ¿El uniforme? Sí –se quitó la pluma que le hacía cosquillas en la nariz, deseando parecer alguien serio y confiable, no quería quedar como una persona temblorosa y tartamuda–. Ahora debo cumplir con él.

–Así se hace. Eres muy valiente –su sonrisa lo descolocó por unos momentos, dejándolo indefenso. Eso todavía lo sorprendía, había escuchado las consecuencias de estar enamorado pero nunca pensó que le pasaría, ¡mucho menos con tan poco tiempo de conocerse! Pero en realidad no era así, sí, hacía un mes que se conocían, pero sin disfraces, nadie parecía recordar que habían convivido como camaradas por un espacio de tiempo parecido, lo cual fue demasiado conveniente pues ahora él no tenía que medir sus palabras sobre la guerra o estrategias cuando estaba delante de ella. Todos sabían que se terminarían casados, en especial la abuela de Mulan, que no dejaba de sonreír con picardía cada vez que lo veía cerca de ella.

–Valor –murmuró, nervioso. Era ahora o nunca­­–. Mulan, la verdad no nos conocemos mucho, pero pienso que no importa demasiado si un hombre está… -y en ese momento el valor se esfumó, cuando recordó que no estaban solos, que probablemente las niñas armarían un revuelo, pero no importaba, ¿o sí?

–Si un hombre está… – “enamorado”, ¿por qué? ¿Por qué no podía decirlo? ¿Por qué tenían las niñas que soltar risitas, poniéndolo más nervioso de lo que estaba? ¿Por qué, siendo general, se sentía tan inseguro? ¿Tan indefenso?

–¿Crees que podríamos hablar a solas? –preguntó con un poco de timidez, pero bajó la mirada cuando una niña con rostro atrevido jaló su brazo.

–Hay que ir a mi casa –le confió, descolocándolo por completo y provocando un ataque de risitas. Por suerte ella lo salvó, excepto de aquella chiquilla tan diferente, a la que tuvo que darle su casco para que los dejara.

Mulan le sonrió.

–Creo que no te lo va a regresar jamás –dijo mientras le tomaba la mano.

Él se limitó a reír, mientras una especie de corriente recorría todo su cuerpo, iniciando desde la mano que estaba unida a la de ella.

“Ahora o nunca” pensó con decisión, en el momento en que se quedaran a solas lo haría, no quería ni podría esperar más, ¿qué tal si alguien más se atrevía a hacerlo? Entonces él se quedaría completamente solo y destrozado.

Alzó el mentón. Debía de mostrar la misma valentía que ella cuando se unió al ejército disfrazada de hombre.

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Sonrió con nerviosismo, toda aquella gente los miraba con una sonrisa enorme, por suerte su futura esposa estaba a su lado.

Futura esposa. Todavía recordaba su grito de alegría y el beso ligero que siguió después.

Su sonrisa se ensanchó hasta sentir cómo partía su cara en dos. Tener como esposa a esa mujer era lo mejor que le podía pasar en la vida, más que ser general.

–Esto sí que es un campo de  batalla –le confió.

Ella le dedicó una mirada asombrada y él se reprendió mentalmente, ¿acaso no podría dejar de hablar como general por un momento? ¿No podría ser alguien normal por unos instantes? ¿Si seguía así, ella lo dejaría?

–¿Cuál es la estrategia, general? –le preguntó.

Él parpadeó, incrédulo, ¿le seguía el juego? ¿En serio? ¿Podría haber algo mejor que eso? Lo dudaba bastante.

–Dividir y conquistar –murmuró, Mulan rió, encantada y él la imitó, estaba feliz. No, más que eso. Ella era perfecta para él, nada ni nadie cambiaría eso por mucho que se esforzara.

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Miró con preocupación hacia su posición, su rostro se mostraba relajado, aunque sólo en apariencia, pero sabía que su mente estaba lejos de él, probablemente todavía pensando en la misión que les había encomendado el emperador.

Arreglar una boda.

¿Acaso había creído por un momento que ella sería la elegida?

Aunque su rostro mostró un alivio palpable cuando el emperador aclaró quienes eran las que harían semejante honor supo que no se tranquilizaría por completo.

Sólo esperaba que Mulan se distrajera lo suficiente con sus amigos, desahogara sus preocupaciones con él para que no tratara de interferir con la misión en un arranque de empatía femenina.

Le dedicó una sonrisa ligera que ella no dudo ni tardó en corresponder.

Definitivamente, era un hombre con suerte. Muchos eran afortunados al encontrar a alguien con quien compartir el resto de su vida, él había llegado a pensar que nunca conocería eso, pero ahora, con ella en su vida no se reconocía, era alguien diferente, alguien mejor y estaba seguro de que esa misión serviría para fortalecer su relación.

Nada podría salir mal.

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¡Hola!

¡He vuelto, bebé! xD

Okay, ya. Bueno, después de un "tiempito" decidí publicar por aquí la continuación de "A los ojos de Shang", si no la leen no hay problema, dado que ambas historias están basadas en las películas de Disney, pero contadas desde el punto de vista de Shang...

Bueno, la historia cuenta con tres capítulos (primera, segunda y tercera parte) y con un epílogo fruto de mi cosecha (es el más cortito), no puedo poner una fecha específica de cuándo subiré lo demás, así que estoy abierta a sugerencias.

Por cierto, en esta parte me salto varias escenas de la pelícua (al igual que en ALODS anterior), debido a un consejo que me dieron, en las otras dos procuré no saltarme ninguna (con éxito, debo decir o suponer).

¡Espero leerles pronto!

Missannie

A los ojos de Shang 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora