Misión casi imposible

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Cáncer imitaba todos los movimientos de Leo.

El Leonino preparaba un pastel. Era un experto en la cocina.

Por otro lado, Cáncer era... un completo desastre a la hora de cocinar.

La puerta principal fue abierta. Escorpio había llegado. Sabían que era él por sus escandalosos pasos.

Pronto entro a la cocina. Su ropa estaba mojada por la lluvia y sus zapatos dejaron un gran rastro de barro.

La chica se le quedó viendo. Era el hermano mayor de su mejor amigo y también un completo malhumorado y creído.

Ninguno de los dos se soportaba, su odio era mutuo.

— ¿Qué te pasó Escorpioncito? No me digas que olvidaste tu paraguas– se burló la castaña.

—Jodete– tomo una toalla que se encontraba sobre la mesa y seco su cabello.

—Mamá va a matarte cuando vea que mojaste su piso–

—No lo hará Leo. Yo soy su hijo favorito–

Camino fuera del lugar. En cuanto salió, Cáncer comenzó a insultarlo.

—Que idiota es, "yo soy su hijo favorito" que estupidez. Solo sabe hablar de él mismo y...–

—Y te encanta, ya entendí–

Su amigo rodo los ojos mientras reía y siguió preparando el pastel.

— ¿Qué? Eso jamás. No me gustan los cretinos con complejo de superioridad–

—Que seas tan testaruda me recuerda a él, son el uno para el otro...– siguió molestandola.

— ¡Ya basta! Si vuelves a decir algo como eso, voy a cortarte la lengua–

Tomó un cuchillo y lo amenazó en forma de juego.

— ¡De acuerdo! No me mates o no podré terminar el pastel–

—No lo haré, solo por eso–

Carcajearon juntos.

Leo sabía que los dos se gustaban mutuamente aunque no lo aceptaran. Por ejemplo, Escorpio siempre le preguntaba cuando vendría Cáncer para arreglarse mínimo con un día de anticipación y la chica lo buscaba con la mirada cada vez que entraba a la casa.

Ambos sentían atracción por el otro... solo necesitaban un pequeño empujoncito, y Leo se los iba a dar.



[...]



La castaña y su amigo comían galletas preparadas por él, en la cocina.

— ¿Podrías llevarle algunas a Escorpio?– pidió gentilmente.

— ¿Yo por qué? Ve tú Leo, después de todo son hermanos–

—Vamos Cans, estoy cansado por cocinar tanto– hizo un puchero.

—Lo haré, pero solo por ti–

El chico sonrió victorioso. La primera parte de su misión estaba en marcha.

Cáncer puso un par de galletas en un plato y se dirigió al cuarto del Escorpión.

Entro sin tocar la puerta, grabé error, ya que Escorpio estaba semidesnudo, solo tenía puesta su ropa interior.

De la impresión, la chica tiró las galletas del plato y se cubrió los ojos.

—Yo, es qué... no sabía y... tu estabas... Leo me envió– comenzó a tartamudear con los ojos tapados.

[Esconcer] One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora