DxD Overlord: la búsqueda de Momonga para no morir en ero-world (Hiatus)

Capítulo 37: Dale un arma al rehén

"¿Estás seguro de que esta es la dirección?", le preguntó un asalariado de mediana edad a su esposa mientras la pareja se paraba frente a una puerta de acero intrincadamente forjada que parecía casi como si hubiera sido doblada de una sola pieza de metal, sin marcas de artesanos o líneas de soldadura.

"Este es el escrito en la nota que Issei dejó". La mujer respondió, sosteniendo una nota arrancada de un cuaderno con un agarre desesperado. "¡Algo le ha pasado! ¡Está actuando de manera muy extraña y había un grupo de algunas mujeres realmente sombrías con él! ¡Creo que ha sido secuestrado por la mafia o la yakuza o algo así y le lavaron el cerebro, o algo así!"

"Issei, justo en qué te has metido esta vez ... ¿Te asomaste debajo de la falda de la hija de un jefe yakuza o algo así? No puedo rescatarte de algo así ..." El oficinista suspiró resignado para enmascarar su creciente miedo mientras tocaba el timbre al lado de la puerta.

Gorou Hyoudou, y su esposa, Miki Hyoudou, definitivamente se sentían fuera de su elemento mientras buscaban a su hijo descarriado, Issei, que aparentemente se había mudado a una enorme mansión en el borde de Kuoh, en el legendario distrito "noble" que lucía propiedades bastante impresionantes pertenecientes a algunas familias acomodadas que enviaron a sus hijas anteriormente únicas y ahora también hijos a la academia de clase alta de Kuoh para personas dotadas.

Gorou había declarado que todo el establishment apestaba a nepotismo y gasto frívolo del dinero de los contribuyentes, pero había llegado a conceder su punto de vista ya que Issei, contra todo pronóstico, había logrado ingresar a la academia y demostró que el dinero no era la única razón por la que las familias acomodadas metían a sus hijos e hijas.

Sin embargo, era difícil sacudirse la sensación de vagar a un lugar demasiado caro para ellos mientras esperaban frente a las puertas de la finca 'Phenix' a que alguien los expulsara de la puerta o los dejara entrar para que pudieran preguntar sobre el paradero de Issei.

"Momon, ¿eh?" Gorou se ajustó las gafas. "Entonces, ¿obligaron a Issei a cambiar su primer nombre también? ¿Y estás seguro de que está casado ahora?"

"Según su nota, y de acuerdo con el registro de la ciudad ... Ni siquiera había pensado en comprobarlo, pero parece que el cambio de nombre es legal. ¡O lo sería, si quien hubiera decidido adoptar a nuestro hijo y que se casara con alguna mujer se hubiera molestado en preguntarle a sus verdaderos padres al respecto!" El tono de Miki era tranquilo, pero Gorou sabía que la mujer estaba enfurecida por dentro, pero ocultó bien su ira.

Una enorme puerta se abrió en la distancia y una sirvienta salió de la mansión y caminó hacia la puerta con pasos rápidos y mecánicamente perfectos.

La puerta se abrió antes de que los dos padres preocupados antes de que la criada pudiera siquiera detenerse, casi como si hubiera un mecanismo de apertura automatizado en ella, pero Gorou no pudo detectar uno.

"Buenos días, y bienvenidos a la finca Phenix. El Maestro no está disponible actualmente, así que ¿podemos ofrecer algunos refrigerios mientras nos ponemos en contacto con nuestro Señor y preguntar si es capaz de venir a su encuentro en tan poco tiempo o si es necesaria una cita?" Preguntó la criada mientras curtía frente a los dos padres, lo que provocó que Gorou se congelara por completo mientras Miki estaba igualmente aturdido.

'El... la legendaria doncella francesa kuudere! ¡Completo con cara perfecta de porcelana, figura delgada y vestido con volantes! Un poco alto para encajar en el estereotipo, pero eso lo hace más exótico, ¡no! ¡Mi mente se está deslizando, no puedo permitirme tales distracciones! La mente de Gorou había entrado en un estado de encierro, pero el 'modo papá' se activó y le hizo sacudirse el estupor. "Soy Gorou Hyoudou, y este es Miki Hyoudou, y estamos buscando a nuestro hijo, Issei Hyoudou, quien me dicen que ha cambiado su nombre a Momon Phenix. Ah, y si estás ofreciendo, nos gustaría un poco de té mientras nos orientamos. ¿Puedo molestarte para que le informes a nuestro hijo, que creo que ahora está llamando a esta hermosa finca su hogar, de nuestra presencia aquí?"