Las flores restantes (2/2)

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Yeji se dirigía a la cafetería cuando casi se choca con alguien. Era una chica, que dio un respingo y se apartó del camino de Yeji como si esta fuera a atacarla. Yeji pensó que era linda y que seguramente sería una nueva aprendiz.

Unos momentos después, la chica dijo que se hallaba allí para confirmar su estatus de aprendiz. Yeji le dio las indicaciones necesarias y añadió que esperaba verla en las salas de práctica.

—Así será —dijo la chica—. Después de todo, tú serás una de las que me va a matar en el futuro. —Dicho esto, se alejó y se perdió por los pasillos.

Yeji se le quedó mirando con la boca abierta. ¿Qué había dicho? Yeji se sacudió el estupor y corrió tras la chica. Alcanzó a ver, al doblar la esquina, que la chica se metía en una habitación. Corrió y se precipitó al interior de la habitación, quedándose confundida al notar que se hallaba en la azotea del viejo edificio de JYP. En el centro, varios metros alejada de Yeji, la chica se hallaba de rodillas y frente a ella había un montículo de algo oscuro que Yeji no distinguió. Era de noche ahora, lo cual dejó aún más confundida a Yeji.

Se acercó a la chica arrodillada, con la urgente sensación de que tenía que saber quién era. Ahora tenía esa sensación, la de que la conocía, y muy bien.

—¿Estás bien...? —preguntó Yeji, pero se interrumpió al ver que el montículo eran flores ensangrentadas. Eran al menos siete flores—. ¡Pero qué...!

La chica alzó la cabeza para mirarla. Presentaba una apariencia muy diferente de la hace unos momentos. Se veía mayor, madura, y su semblante estaba cargado de tristeza. La sangre manchaba sus labios.

—¿Cómo pudiste hacerme esto, Yeji-unnie? —preguntó Ryujin.

Yeji dio un par de pasos hacia atrás, aturdida al recordar todo. Ryujin había muerto asfixiada por la enfermedad de Hanahaki.

—Ryujin...

Ryujin se puso de pie y, frente a los aterrorizados ojos de Yeji, sus labios rojos se volvieron azules y su palidez aumentó a niveles grotescos. Puntos negros erupcionaron en la cara de la rapera y sus ojos se vistieron con el velo de la muerte.

—Se supone que me protegerías —reprochó con voz muerta Ryujin—. Las líderes protegen a su equipo, pero tú me hiciste sufrir y me condenaste a morir sola y asustada.

—Es una pesadilla —murmuró en un hilo de voz Yeji para sí—. Ryujin no...

—¡Ryujin no puede creer que su unnie la haya matado sin miramientos! —interrumpió Ryujin con un rugido. Apuntó a Yeji con un dedo cadavérico—. Me obligaste a hablar con Yuna. Me obligaste a tenerla cerca, ¡a pesar de que eso iba a matarme! Pero yo te obedecí. Seguro te sentiste complacida, ¿cierto? —Ryujin sonrió amargamente—. Mientras tu noviecita estuviera feliz, ¿qué importaba que Ryujin se estuviera MURIENDO? —La voz de Ryujin era dura como la piedra—. Ni siquiera te diste cuenta de que algo iba mal conmigo. La líder solo tenía ojos para Yuna-yah. Los demás dábamos igual.

—No es real —susurró Yeji—. Ryujin no diría nada de e-esto. —Se dio media vuelta y corrió hacia la salida. Atravesó la puerta de una embestida, pero el alivio de Yeji duró poco. Se hallaba ahora en el dormitorio de ITZY—. Despierta, mujer —se dijo, pero no pasó nada.

Algo la compelió a adentrarse en la sala. Estaba muy fría e igual de solitaria. «Al menos esa cosa no está aquí...»

Yeji se sentó en uno de los sofás pequeños con un suspiro. Supuso que no tardaría mucho en despertar. Cerró los ojos fuertemente y los abrió de golpe, esperando encontrarse en su cama. No sucedió así, y ahora Ryujin estaba sentada en el sofá grande, igual de muerta que antes. El terror paralizó a Yeji en el sitio.

Degollada por el filo de un pétalo || 2ShinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora