La familia Fei era bastante conocida tanto por las sectas de cultivo como por los civiles, no solo por sus riquezas sino por su antigüedad, ya que se creía que aquella familia había sido testigo del surgimiento de la primera dinastía y su caída, así...
Las horas continuaron pasando y Fei Yuhe comenzaba a impacientarse, sabía que era primordial que Wei Ying descansara todo lo que pudiera, pero, estar horas sin hacer nada más que leer la comenzaba a desesperar por mas que amara perderse entre las hojas de los libros.
Si tan solo pudiera salir a pasear un rato sería estupendo, solo que corría el riesgo de que el niño despertara en algún momento y al verse solo no supiera que hacer.
Solo por ese pequeño detalle no se movía de la habitación eso y que constantemente pensara en que él se quedara dormido más días debido a sus heridas o que no despertara.
Tan sumida en sus pensamientos estaba que no se dio cuenta del momento exacto en el que Wei Ying despertó totalmente desorientado. Él no se sentía bien le dolía todo su cuerpo y su estómago vacío hacia pequeños ruidos que el trataba de callar apretándolo un poco, lo cual le saco un leve quejido.
Ante aquel sonido la joven finalmente se levantó del lugar donde estaba sentada y camino a la cama donde se suponía que Wei Ying estaba dormido. Al verlo despierto un suspiro de alivio salió de su boca sin poder evitarlo.
—Es bueno que despertaras ¿tienes hambre?
Sin darle alguna oportunidad al infante de contestar, salió con prisa de la habitación para buscar a algún trabajador de la posada, cuando encontró a uno le pidió comida para ella y para Wei Ying. Una vez hecho su principal cometido volvió a la habitación donde su pequeño invitado trataba de levantarse así que lo detuvo.
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Cuando Wei Ying despertó, lo primero que sintió fue dolor en todo su cuerpo, lo segundo fue la comodidad de una cama la cual no había probado desde hace mucho tiempo.
Su visión seguía un poco borrosa por lo que no podía enfocar muy bien lo que había a su alrededor, pasaron unos segundos antes de poder ver bien todo lo que lo rodeaba, parecía un sueño.
Y se sentía dentro de uno; un sueño del cual no deseaba despertar, no quería volver a las calles y tener que pelear contra los perros los cuales siempre lo lastimaban al momento de proteger la poca comida que lograba conseguir sin que la misma estuviera mohosa o dura.
Ante aquellos pensamientos su estómago rugió y recordó que no había comido nada desde el día anterior, intento hacer pequeño su estómago para que dejara de emitir ruidos tan vergonzosos. Y sin darse cuenta gracias a su estómago su salvadora se dio cuenta que despertó.
Supo que se acercaba a él por el sonido de sus pasos, cuando llego a su lado ella le dedico una suave sonrisa y soltó un suspiro como si estuviera aliviada por verlo despierto.
Le pregunto si tenía hambre, pero antes de que pudiera emitir algún sonido ella se apresuró a la salida y abandono el cuarto.
Al quedar solo nuevamente no pudo pensar de nuevo que estaba soñando y lo que le paso solo era una simple alucinación, una muy irreal ya que aún no podía digerir su suerte.
