XXII - Consolación

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La tensión en el aire se cortaba con un cuchillo, al igual que la incomodidad.

Muchas... gracias. —Dijo T/n a Yunho, a punto de llorar.

Se agarraba la parte del pecho de su blusa, sin despegar su mirada, totalmente en shock, de Yeosang. Quien aún estaba tirado en el piso, desmayado por los golpes de Yunho.

Yunho estaba aún agitado por todas las emociones repentinas que se habían encendido dentro de él. Y al percatarse de un creciente sentimiento de tristeza, se lanzó directamente hacia T/n, y la abrazó como si no hubiera un mañana. Intentando que ni una sola partícula de su pequeño cuerpo quedara al descubierto.

T/n nuevamente quedó a su merced. Al de Yeosang, y al de Yunho.

Al sentir que su sudadera estaba empezando a humedecerse, y al escuchar los pequeños sollozos de T/n en su pecho, Yunho sintió mucha tristeza. Su dueña estaba llorando.

La abrazó un poco más fuerte, durante unos minutos más, hasta que T/n se sintió mejor, y se separaron.

Le secó las lágrimas, y le dijo que descansara. La tapó con las sábanas, y antes de salir de la habitación de la chica, montó a Yeosang en su hombro, como un saco de papas, y cerró la puerta.

Al cerrar la puerta, el semblante dócil de Yunho, cambió a uno que de verdad daba miedo. Estaba muy serio, y se veía bastante amenazante. Pero con mucha razón. Estaba enojado, enojadísimo, con el chico que llevaba en su hombro derecho.

¿Cómo podría una persona hacer semejante cosa?

Yunho salió de la casa con Yeosang, y caminó unas cuantas calles, hasta un estacionamiento privado. Lo sentó en la entrada, y volvió a caminar hacia la casa de T/n, pero se encontró a una niña que iba paseando por ahí.

La miró por unos breves segundos, y esta se le acercó luego de haber hecho lo mismo.

Te ves triste... —Le dijo la niña, mirándolo con curiosidad.

No estaba triste... Estaba intentando calmar su enojo.

...¿Quieres esta paleta? —La niña le ofreció a Yunho una paleta de color verde, con una sonrisa.

Yunho también sonrió y tomó la paleta.

Gracia- —Fue interrumpido por la voz de una mujer, haciendolos voltear, a la niña y a Yunho, en dirección a ella.

¡Hye! —Llegó la mujer hasta donde estaban, a paso rápido— ¿Qué haces? —Tomó a la niña de la mano y se la llevó— ¿Y la paleta que te regalé? —Le preguntó a la niña con cierto enojo, ya a varios metros.

¡Se la dí al chico de allá! —La niña señaló al incómodo Lightblue, aún parado sin saber qué hacer— ¡Es que no me gusta ese sabor! —Gritó la niña, un poco enojada, y haciendo un puchero.

La mayor bufó rendida, y ambas desaparecieron del campo de visión de Yunho.

¿Por qué... la niña le recuerda a su dueña? En definitiva, los niños son el tesoro de la sociedad.

Bueno... —Miró su regalo— Al menos tengo algo que darle a T/n para consolarla. —Yunho se rió y lanzó hacia arriba la paleta, agarrándola en el aire.

Iba a meter la paleta en su bolsillo para seguir caminando rumbo a la casa de T/n, pero se le ocurrió una idea al sentir que la paleta tropezó con algo: su celular.

Rápidamente volvió donde Yeosang, y le tomó dos fotos. 

Su estado era lamentable. Tenía moretones, los más visibles en la cara, y un poco de sangre salía de algunas de sus heridas.

Se agachó con una sonrisa de boca cerrada, para estar a la altura de Yeosang.

A ver si comienzas a entender... que mientras yo esté a su lado... —Observó las heridas de Yeosang, y luego sus ojos, que estaban cerrados— La protegeré a toda costa. —Dijo esta vez serio, mirándolo con desagrado, y se levantó para irse.

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Yunho llegó a casa, y al entrar en la habitación de T/n para verificar cómo estaba, la vió dormida, pero a punto de caerse de la cama. Rápidamente fue a socorrerla, y la acomodó lentamente sobre la cama.

Se quedó observándola por un rato. Se sentó en un espacio libre de la cama, y le acarició el cabello. Cuando quitó un mechón de sus ojos pudo ver cuando pequeñas lágrimas salieron de ellos.

¿Qué pasó, T/n? —Susurró— ¿Por qué ocultas tus sentimientos? ¿Por qué no me dejas ayudarte? —Preguntó, y esta comenzó a moverse— Cuéntame... ¿Puedes? —T/n abrió un poco los ojos y vió a Yunho.

T/n sintió la cara húmeda, así que se la secó como acto instintivo, y volvió a mirar a Yunho, esta vez con los ojos más abiertos.

¿Cómo te sientes? —Preguntó Yunho mientras tomaba una de las manos de T/n.

Mejor... Gracias. —Sonrió a medias, y miró las manos de Yunho— ¿Y qué pasó con tu herida? —Dijo sentándose rápidamente e inspeccionando las dos manos de Yunho.

La cabina curó mi herida, y ahora ya no es visible. —Dijo poniéndose un poco más serio.

¿Eso significa que... viste todo? —Preguntó T/n nerviosa.

Yunho le dió una mirada... como si dudara en hablar.

No todo... Cuando me estoy curando en la cabina, entro como en una especie de coma. No tengo contacto con el exterior. Y el tiempo de ese coma, depende de la gravedad de la herida. Sangraba pero no era muy grave, así que no tardó mucho. A penas terminé de curarme, abrí los ojos... vi la situación, y tuve que actuar. —Contó Yunho mirando el suelo.

Silencio...

Espero que no te haya parecido... salvaje... lo que hice. Debía defenderte. —Yunho jugaba con sus pulgares, nervioso, y T/n lo abrazó por la espalda.

No te preocupes. Gracias por lo que hiciste. Yo... no hubiese podido sola. —Reflexionó T/n mientras aún abrazaba a Yunho.

No hay de qué. Siempre estaré para ti... —Dijo con una pequeña sonrisa, más aliviado. 

Ambos conectaron miradas, cuando el más alto se volteó hacia ella.

Yunho bajó la mirada a los labios de T/n, y después de debatirse por unos segundos en si hacerlo o no, decidió que sí.

Yunho le robó un beso a T/n. Duró unos segundos, y se separaron.

Como por un impulso, Yunho inclinó a T/n hacia atrás con la presencia de su cuerpo, para volver a acostarla sobre la cama, y colocarse encima de ella, sosteniendo su peso con sus brazos.

T/n estaba expectante de lo que haría Yunho. Lo miraba a los ojos y veía esa mirada del otro día. Una mirada profunda que nadie nunca le había dirigido antes, ni como lo hacía Yunho. Sentía que con esa mirada le haría flaquear en cualquier lugar y momento, sin lugar a dudas.




Lightblue //Imagina con Jeong Yunho//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora