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Tada Banri estaba siendo rechazado por una chica.

        Por el ruido excesivamente insoportable proveniente de

varios chicos a las cinco de la tarde en el Caffe Veloce, Banri

todavía estaba con la guardia baja.

        -Pero acabamos de empezar a salir...

        -Sí, aunque estar con Tada-kun es muy divertido...

        -Por eso, a partir de ahora, ¿estaría bien si fuésemos solo

amigos?

        Exponiendo su solicitud con una conversación de tres

líneas como esa, se quedó en silencio, bajando la cabeza.

        Por ninguna razón en particular, todavía tenía el

envoltorio de una pajita en su mano derecha.

        El envoltorio se mecía sin fuerza por la brisa del aire

acondicionado. Con la espalda encorvada, Banri inhaló el fuerte

olor del humo del tabaco en sus pulmones.

        La zona de no fumadores existía solamente en nombre

(¿se le puede llamar separación de la zona de fumadores a unas

plantas decorativas?); sentada en la mesa en frente de Banri

estaba Kaga Kouko.

        Dos pendientes relucían en sus orejas, sus glamurosos

labios de rosa coral se cerraban en silencio, tomando un sorbo

de té helado a través de su pajita. Abría sus grandes ojos como

si intentara atisbar la ahora decaída expresión de Banri. Tal vez

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esperando a que Banri dijera algo, con la espalda recta, colocó

el vaso que tenía en la mano en una pequeña bandeja.

       Tada Banri, sin embargo, permaneció en silencio.

       Sintiéndose incómoda después de un rato, Kaga Kouko

también bajó la mirada.

       Varios minutos pasaron, inactivos. Los dos continuaron

mirándose las manos.

       Yo soy el Banri de antes, y quiero irrumpir en este

silencio incómodo, diciendo: «esto es horrible, no te rindas, ¡haz

algo por favor!», pero no hay nada que yo pueda hacer.

       Y ahora, incluso una petición tan preparada, ¡porque este

tipo no la puede soportar emocionalmente! Cuando surgen

pequeñas situaciones tensas, su mente se desmorona, ¡porque

nunca puede ver lo que tiene delante de los ojos! O más bien,

regresó de Shizuoka hace poco, después de ver lo que había

dejado en casa, y eso,...qué desastre. Gritaría, pero nadie me

oiría.

       Porque lo sé, estoy sentado en silencio en el asiento de

Golden time Volumen 2: LA RESPUESTA ES SÍWo Geschichten leben. Entdecke jetzt