Capítulo 3

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FENRIR

CAPÍTULO 3

Ymir tenía la cabeza metida entre las piernas de Historia justo cuando tocaron la puerta. La rubia mostró una mueca de enojo, odiaba que las interrumpieran; la morena, indiferente, continuó en lo suyo.

Quizá Reiss también habría ignorado la interrupción, si no fuese por el detalle de que quien estaba tocando la puerta, lo hacía con mucha insistencia. Concluyó que debía ser algo importante, como para que el susodicho se arriesgara a que lo mataran por su osadía.

-¿Quién es?-. No necesitó gritar, bastó con alzar un poco la voz.

-Mikasa-.

Mal humorada, le indicó a Ymir que se detuviera.

Se levantó de la cama y se colocó una bata de seda roja. Por su parte, Ymir permaneció con la camisa abierta y una mirada lujuriosa; a Historia no le importó el estado de su ropa, sin embargo, sí le dijo que se limpiase los labios, ya que aún los tenía húmedos, la morena se limpió con el dorso de la mano y sonrió desvergonzada.

Finalmente, Reiss abrió la puerta. Su pequeña figura permitía que se viera la esbelta pero alta morena a sus espaldas, no obstante, Mikasa, al igual que el resto de la mansión, ya sabía que ese par tenía una relación bastante íntima, así que no le sorprendió la escena tan evidente.

-¿Qué sucede?-. La voz de la Reina era fría y delataba molestia. Quería volver a su asunto lo antes posible.

-Han robado otro camión-. Eso fue suficiente para apagarle la lujuria.

Ese era el cuarto camión que les robaban en las última dos semanas, y aunque no era una gran pérdida monetaria, al menos no para Titanes, a la Reina no le gustaba que sabotearan sus negocios.

Por eso había hecho una modificación en el cargamento de sus vehículos.

-¿Cuál fue?-. A sus espaldas, Ymir comenzó a alistarse para salir del cuarto.

Ambas tenían una clara idea de quién era el responsable tras sus camiones desaparecidos. Sólo tenían que confirmarlo, para poder ponerle un alto a esa situación que ya las tenía hartas.

Sí La legión insistía en buscarles, les iba a encontrar.

Y no precisamente de buen humor.

-El número tres-. La morena sonrió al escuchar eso. -Donde iba Eren-. Jaeger no sería Fenrir, pero sí era "El Cazador", y era capaz de ponerle las cosas difíciles a esos vejestorios.

-Quiero pensar que Armin le está dando seguimiento-. A la rubia no le hacía gracia la posibilidad de quedarse sin su tercero.

-El rastreador funciona perfectamente-. La propia Mikasa se lo había instalado a su hermanastro.

-Bien. Sigan el plan-. La mente de Reiss ya volaba en otros sitios, adelantándose a los posibles acontecimientos. Sí Smith quería voltear el tablero, ella lo haría girar de nuevo, a su favor, por supuesto.

-De acuerdo-. Mikasa se dio la vuelta para retirarse.

Ymir iba a salir para supervisar todo de cerca, no obstante, Historia le sostuvo del brazo. -No tardes-. Le jaló del cuello de la camisa para poder besarle. El contacto fue violento, como una especie de advertencia, y finalizó con una mordida de esas que les encantaban a ambas. -No te atrevas a hacerme esperar demasiado-. Ymir se lamió el pequeño hilo de sangre de su labio antes de que escurriera por su mentón.

-No tardaré-.

Así, la morena partió a la sala de control de la mansión.


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