Sonrío por reflejo al mirarla. Ella siempre llegaba todas las tardes a la misma hora con su personalidad tan confusa y original.
Cuando la vio la primera vez tuvo una mezcla de miedo con locura y podía apostar que sus ojos lo amenazaron que sí la perdía, perdía la mejor fortuna
Y él, como el mesero amistoso y alegre que es, se acercó.
—Buenas tardes, señorita Sakura —Saludo con cortesía y un toque bromista. Ella le devolvió la sonrisa, esa que le encantaba tanto— ¿Lo mismo de siempre?
—No —nego ella— Está vez será para llevar.
Con un «como ordené» se fue. No era la primera vez que lo pedía pero en la mayoría siempre se quedaba a beber su té frío mientras charla con él como sí las conversaciones no se pudieran agotar. Ella conocía tan bien los horarios como Naruto las recetas de malteadas.
Esa chica siempre era oportuna con su bendita suerte y sus horas de llegar cuando el lugar casi estaba vacío.
—Su pedido, my lady —se lo entregó con su encantadora sonrisa y su mirada destellante.
—Gracias.
Cómo era costumbre desde yacía meses, se quedó charlando con esa preciosa y ocurrente pelirrosa. No importa que tan cortos sean los momentos, seguían pareciendo eternidades.
—Te quiero —dijo tan sincero mientras ella dejaba el dinero en la mesa.
Sakura frunció el entrecejo y lo miró como sí dijera una gran locura.
—Para eso debes conocerme —le dijo.
La miro confundido. Naruto ya la conocía y conocía muchas cosas que ella había dicho. Recordando detalles pequeños y miradas importantes.
—Pregúntame que pasaría sí me regalas rosas rojas.
—¿Qué pasa sí hago eso?
—Averígualo tú —fue lo último dicho antes de irse como llegaba, coqueta y elegante, mientras le dejaba mil preguntas.
Siendo ella una chica que no las respondía todas.
Oh dios, para aprender a quererla...
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Al Estilo NaruSaku.
HumorPorque no hay suficiente amor para esta pareja no cannon. -Situaciones graciosas. -Mención de otras parejas y personajes.