Conclusión; soy una pelotuda.
¿Cuánto tiempo estuve para decidir eso?
Una bocha, encima era algo re obvio.
-¿Qué chota haces? -la voz masculina me sorprendió.
¿En que momento Mateo entró al baño y se puso atrás mío?
-Nada. -Negué con la cabeza.
-Capaz toda esta secuencia te parece media rara, Abby, pero... -Miró mis ojos en el reflejo.
La puta que te parió.
Apreté mis labios intentando contener cualquier emoción.
-¿Y tu novia? -me atreví a preguntar. La curiosidad puede conmigo.
-Terminamos -sentenció sorprendiendome.
-¿Y me venis a buscar para el garche de venganza? -Di media vuelta enfrentándonos.
Por favor que se vaya.
-Te vine a buscar porque soy libre. -Sonrió levemente.
-Sí... -dije no muy convencida -. A mi mucho no me cabe todo esto. -Nos señalé.
-¿Por qué? -susurró acercándose.
-Estas raro, después hablamos -di a entender que se tome el palo.
Después de una intensa bardeada se fue.
Este wacho no parece Mateo, o por lo menos no el que yo conocía.
Las personas cambian, pero no de un día para el otro.
Días después.
Me junté con los pibes para contarles todo y descargarme.
Siempre están ahí y los re quiero, pero los hijos de puta me mandaron justo a mi a comprar escabio.
¡Justo a mi!
-¡Soy mayor de edad! -volví a repetir más alterada.
-¿Documento?- me preguntó la china hija de puta.
-Me lo olvidé -contesté.
-Entonces no. -Negó con la cabeza.
-China de mierda -murmure mientras dejaba la caja de vino en su lugar.
Pero por cosas de la vida y porque el destino me quiere, me lo encontré a mi amigo Mateo.
-¡Amigoo! -lo abracé -. Che haceme un favor y comprame esto. -le di el vino en caja.
-Ahora me necesitas viste. -Sonrió y negó con la cabeza.
-Shhh -lo callé -. Toma. -Le di la plata.
-No, deja. -Empezó a caminar hasta la caja.
-Toma gil. -Frunci el ceño.
-Pago yo.
-Uh la concha de tu madre. -Suspire.
Cuando estaba pagando le dejé la plata en el bolsillo y vi como rodó los ojos.
-Gracias. -Sonreí cuando ya estábamos afuera del chino y agarré el vino.
-Para -habló cuando me di la vuelta para irme.
-¿Qué? -Giré la cabeza para verlo.
Él no dijo nada y se acercó. Lo miré confundida cuando puso su mano en mi cintura.
-¿Te pasa algo? -murmure.
-No, nada -susurró con la voz ronca. Bajo un poco su mano y me tocó el culo haciendo que se me vaya la respiración por unos segundos -. Te dije que pagaba yo. -Se separó y sonrió para después irse.
¿Qué?
Me toque el bolsillo y tenía la guita ahi.
-¡Hijo de puta! -le grité y escuché como soltó una carcajada.
Hoy esta extrañamente más simpático que ayer, son otras vibras totalmente distintas.
¿Lo invito?
-¡Eu, Mateo! -Corrí hasta él y lo agarre del brazo.
-¿Qué? -Miró curioso mi agarre.
-¿Querés venir a mi casa? -balbucee.
-¿A tu casa? -Levantó una ceja.
-O sea, están los pibes ahi, vamos -Lo estiré conmigo antes de arrepentirme.
En todo el trayecto a casa podía sentir la tensión palparse en el aire, tensión de que tipo no sé, pero tensión viste.
-Giles de mierda, nunca más me mandan a comprar -dije a penas crucé la puerta.
-Fua, Vicky, te dijimos que no traigas tu ejército umpalumpa -soltó Valen divertido cuando lo vio a Mateo.
-¿Qué bardeas gil? -saltó al toque el recién nombrado para defender sus derechos.
-¿Te sentiste tocado? -acotó Nacho.
-Uh, cierren el orto, pasa el vino -Dani extendió la mano y le di la caja.
Termidor con manaos pomelo, una joyita.
Los patee para sentarme en la ronda. Hay sillón y sillas pero los indios se sientan en el piso.
Mateo imitó mi acción al lado mio.
-¿Se quieren de nuevo? -preguntó Manu en un susurro.
Fruncí el ceño y no le conteste.
Que intente llevarme bien con él no significa que lo vuelva a querer... o que en algún momento lo deje de querer.
¿Alguna vez lo dejé de querer?
Miré mis piernas cruzadas sumida en mis pensamientos.
-¿Por qué están tan gedes con que confirmamos algo? ¿No se pueden conformar con esto? -dijo Mateo mirando a todos.
Es verdad.
Estamos todos juntos después de todo y eso es lo importante.
Seguimos acá, como antes de que se peguen.
¿Por qué no podemos disfrutar eso e ignorar el pasado que tuvimos Mateo y yo?
-Estamos juntos y eso es lo que importa ¿No? -susurré.
-Si -afirmó Mateo mirando mis ojos.
Sonreí levemente.
Él pareció sorprenderse pero me devolvió la sonrisa.
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Mi Crush Es Un Pelotudo [Segundo Libro]
RomancePrimero leer el primer libro que esta en mi perfil.