Capítulo 12.

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Conclusión; soy una pelotuda.

¿Cuánto tiempo estuve para decidir eso?

Una bocha, encima era algo re obvio.

-¿Qué chota haces? -la voz masculina me sorprendió.

¿En que momento Mateo entró al baño y se puso atrás mío?

-Nada. -Negué con la cabeza.

-Capaz toda esta secuencia te parece media rara, Abby, pero... -Miró mis ojos en el reflejo.

La puta que te parió.

Apreté mis labios intentando contener cualquier emoción.

-¿Y tu novia? -me atreví a preguntar. La curiosidad puede conmigo.

-Terminamos -sentenció sorprendiendome.

-¿Y me venis a buscar para el garche de venganza? -Di media vuelta enfrentándonos.

Por favor que se vaya.

-Te vine a buscar porque soy libre. -Sonrió levemente.

-Sí... -dije no muy convencida -. A mi mucho no me cabe todo esto. -Nos señalé.

-¿Por qué? -susurró acercándose.

-Estas raro, después hablamos -di a entender que se tome el palo.

Después de una intensa bardeada se fue.

Este wacho no parece Mateo, o por lo menos no el que yo conocía.

Las personas cambian, pero no de un día para el otro.

Días después.

Me junté con los pibes para contarles todo y descargarme.

Siempre están ahí y los re quiero, pero los hijos de puta me mandaron justo a mi a comprar escabio.

¡Justo a mi!

-¡Soy mayor de edad! -volví a repetir más alterada.

-¿Documento?- me preguntó la china hija de puta.

-Me lo olvidé -contesté.

-Entonces no. -Negó con la cabeza.

-China de mierda -murmure mientras dejaba la caja de vino en su lugar.

Pero por cosas de la vida y porque el destino me quiere, me lo encontré a mi amigo Mateo.

-¡Amigoo! -lo abracé -. Che haceme un favor y comprame esto. -le di el vino en caja.

-Ahora me necesitas viste. -Sonrió y negó con la cabeza.

-Shhh -lo callé -. Toma. -Le di la plata.

-No, deja. -Empezó a caminar hasta la caja.

-Toma gil. -Frunci el ceño.

-Pago yo.

-Uh la concha de tu madre. -Suspire.

Cuando estaba pagando le dejé la plata en el bolsillo y vi como rodó los ojos.

-Gracias. -Sonreí cuando ya estábamos afuera del chino y agarré el vino.

-Para -habló cuando me di la vuelta para irme.

-¿Qué? -Giré la cabeza para verlo.

Él no dijo nada y se acercó. Lo miré confundida cuando puso su mano en mi cintura.

-¿Te pasa algo? -murmure.

-No, nada -susurró con la voz ronca. Bajo un poco su mano y me tocó el culo haciendo que se me vaya la respiración por unos segundos -. Te dije que pagaba yo. -Se separó y sonrió para después irse.

¿Qué?

Me toque el bolsillo y tenía la guita ahi.

-¡Hijo de puta! -le grité y escuché como soltó una carcajada.

Hoy esta extrañamente más simpático que ayer, son otras vibras totalmente distintas.

¿Lo invito?

-¡Eu, Mateo! -Corrí hasta él y lo agarre del brazo.

-¿Qué? -Miró curioso mi agarre.

-¿Querés venir a mi casa? -balbucee.

-¿A tu casa? -Levantó una ceja.

-O sea, están los pibes ahi, vamos -Lo estiré conmigo antes de arrepentirme.

En todo el trayecto a casa podía sentir la tensión palparse en el aire, tensión de que tipo no sé, pero tensión viste.

-Giles de mierda, nunca más me mandan a comprar -dije a penas crucé la puerta.

-Fua, Vicky, te dijimos que no traigas tu ejército umpalumpa -soltó Valen divertido cuando lo vio a Mateo.

-¿Qué bardeas gil? -saltó al toque el recién nombrado para defender sus derechos.

-¿Te sentiste tocado? -acotó Nacho.

-Uh, cierren el orto, pasa el vino -Dani extendió la mano y le di la caja.

Termidor con manaos pomelo, una joyita.

Los patee para sentarme en la ronda. Hay sillón y sillas pero los indios se sientan en el piso.

Mateo imitó mi acción al lado mio.

-¿Se quieren de nuevo? -preguntó Manu en un susurro.

Fruncí el ceño y no le conteste.

Que intente llevarme bien con él no significa que lo vuelva a querer... o que en algún momento lo deje de querer.

¿Alguna vez lo dejé de querer?

Miré mis piernas cruzadas sumida en mis pensamientos.

-¿Por qué están tan gedes con que confirmamos algo? ¿No se pueden conformar con esto? -dijo Mateo mirando a todos.

Es verdad.

Estamos todos juntos después de todo y eso es lo importante.

Seguimos acá, como antes de que se peguen.

¿Por qué no podemos disfrutar eso e ignorar el pasado que tuvimos Mateo y yo?

-Estamos juntos y eso es lo que importa ¿No? -susurré.

-Si -afirmó Mateo mirando mis ojos.

Sonreí levemente.

Él pareció sorprenderse pero me devolvió la sonrisa.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2022 ⏰

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