Bueno, estoy exagerando.
-Ayuda- pedí mientras extendía un brazo afuera del auto.
No sabía cómo bajar sin que se me vea toda la tanga y arrastrarme arriba de Mateo.
-Bajate nena, dale- Valen me apuró parado al lado de la puerta, esperando para cerrar todo.
-Ayúdame, forro- le volví a pedir mientras movía mi mano.
-Dale, Abby- Mateo puso sus manos arriba de mi cintura y me levantó un poco para bajarme de arriba de él y del auto.
-¿Ves? No era tan difícil- Valen negó con la cabeza y cuando Mateo bajó cerró la puerta y trabó el auto.
-Aja, gracias eh- hablé sarcástica mientras me volvía a bajar la pollera.
-¿Por qué te pusiste eso?- Mateo caminó al lado mío con los brazos cruzados.
-Porque se me cantó el orto- rodé los ojos.
¿Tendría que dar alguna otra explicación? Me pongo lo que yo quiera y punto.
Y eso no me hace ser menos mujer, menos decente y una regalada, como la sociedad piensa.
Las pibas somos libres wacho.
[.]
Como a las cinco de la mañana ya estábamos todos dados vuelta.
-Cooltaa- volvió a repetir Valen con voz de pelotudo.
-¡Habla bien, hijo de puta!- Dani le pegó un saqué en la nuca.
Manu repitió la acción pegándole a Lucho.
-¿Que mierda hago?- susurró Mauro mirando todo el panorama. Hoy le tocaba manejar, por lo tanto nos tenía que bancar a todos en pedo.
-Somos puutas cheeck- Malany, Milagros, Lucía y yo movimos la mano con los dedos meñique y pulgar levantados mientras grababamos una historia para Instagram.
-¡Salí!- gritó Mateo empujando a Nacho que estaba vomitando... que raro.
-Amiga de un quebrado cheeck- hice lo mismo mientras grababa a Nacho.
-Uh que rompe pelotas que estas con eso, deja de ver tik tok- Mauro me empujó y me tropecé chocando con otra persona.
Yo a todo esto seguía grabando.
-Mauro me acaba de empujar cheeck- volví a mover la mano.
-Shh...- susurró la persona con la que había chocado.
La miré y era el mismísimo rayo.
-Me caí arriba del salamandra cheeck- sonreí a la cámara del celular.
-Mucha pelotudez por hoy- Mauro me sacó el celular y lo apagó.
-Fua, Mauro- me quejé mientras daba pequeños saltitos enojadas.
-Berrinchuda del orto- sacó la lengua burlándose.
-¿Viste lo que me hizo?- abracé a Mateo.
-No tiene corazón- negó con la cabeza.
-Ya sé- hice un puchero.
-¿Quién sos?- me miró fijamente.
-Abby- susurre.
-¡No me toques!- se alejó exaltado.
-¿Eh? ¿Por qué?- pregunté confundida.
-Sos la tentación andante- me señaló.
-¿Yo?- me señalé y él asintió -ay gracias- me acomode el pelo atrás de la oreja sonriendo.
-No, vos...- otra vez me señaló acusadoramente -hoy hiciste que me duela acá- se señaló la entre pierna -¡siempre haces que se me pare!- gritó.
Yo quedé con la boca abierta sin saber que decir.
Tragué en seco y di media vuelta encontrándome a los pibes mirando atentos todo.
-¿Que mira' gil?- empujé al primero que se me cruzó.
Hoy me levanté re loco.
-¿Por qué le pasa eso?- pregunto Valen confundido. Estaban tan en pedo que no cazaban una.
-Leviosaa- Nacho imitó una varita con el dedo.
-Es magia- susurró Manu moviendo las manos.
-Ahora todo tiene sentido- Lucho asintió convencido.
-Aja- Dani asintió.
-Manga de siomes- susurre.
Milagros le susurró algo a Seven y este de despidió diciendo que iba a averiguar lo que decían.
-Ya tengo sueño eu- Mateo se refrego los ojos con los puños, muy tierno.
-Vamos a tu casa- Mauro se acercó a Valen para buscar las llaves.
-¿Tengo casa?, ah mira, no sabía- puso una expresión sorprendida.
-Que envidia- murmuró Nacho.
-Bueno, vayan antes de que les pegue un saque, dale- el más sobrio nos empujó a todos hacia la salida.
-Que ortiva que sos, Monzón- habló Dani con voz gruesa.
-Vamos- le regalé una sonrisa a Mateo. Cuando vi que no se movió y solamente me miraba lo agarré de la mano y no lo solté hasta que llegamos al auto.
Otra vez tenía que sentar arriba de él.
Capaz estoy en pedo, pero no soy ninguna boluda eh.
-No me muevo, vo' no te move' y todo bien- explicó Mateo.
Ysi pelotudo.
Pero no me muevo porque quiero, sino que porque cada dos metros te tragas un pozo.
-¡Ahh, me comí un re pozo, la concha de tu madreee!- gritó Mauro después de que todos tocamos el techo con la cabeza masomeno'.
Soy re mufa.
-Ay, ay...- se quejó Mateo.
-Perdón- susurre.
-Me estoy volviendo loco, Abby- admitió con voz bajita.
-No es mi problema- me encogi de hombros.
Además tenes novia, pedazo de gato.
Yo de las cosas no me olvido eh.
Bueno, menos la tabla del siete, tremenda pija.
-Eh, que onda wachin- me alejé cuando sentí la cabeza de Mateo apoyada en mi espalda.
-La re quedó- informó Lucía.
Ah... bueno.
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Mi Crush Es Un Pelotudo [Segundo Libro]
RomancePrimero leer el primer libro que esta en mi perfil.