II.- Reunión

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Stiles se miró al espejo, en la mañana le había llegado un mensaje de Scott diciéndole que tendrían un ensayo de la boda y que le encantaría verlo ahí.

Vestía unos pantalones negros ajustados a sus piernas, una camisa azul marino sin corbata. Sus hijos vestían muy parecido a él solo que con camisas de cuadros y tirantes.

- Vamos papá. Todo está bien. – le dijo Jeremy mientras tomaba la mano del mayor.

Stiles solo pudo abrazar a sus hijos, no sabía que haría sin ellos. Eran su soporte y fuerza para hacer las cosas que más temía.

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El restaurante era bastante grande y lujoso. Stiles solo suspiró al verlo así, el chofer se detuvo frente al lugar y el castaño salió con sus hijos, Ángel dormía sobre su hombre mientras que Jeremy tomaba su mano y Mitch la de su hermano.

- Señor, es un gusto verlo. ¿Viene a revisar el lugar? – le preguntó el gerente.

- Esta vez no, Tony. Vengo al ensayo de Scott Mccall. – le respondió Stiles con una sonrisa.

- Por supuesto. ¿Quiere que llevemos a los niños con los hijos de los demás?

- Por favor, ellos estarán más cómodos. – despertó a Ángel, lo dejó en los brazos de Tony y se arrodillo frente a sus hijos – Jer, cualquier cosa que suceda me llamas e iré de inmediato.

- Si papa. Tu igual, ten. – le dijo Jeremy mientras le extendía un chocolate.

- Gracias pequeño. – beso la frente de sus hijos con cariño para después levantarse – Te los encargo Tony.

- Por supuesto señor. Disfrute de su evento, puede decirme cualquier cosa y los empleados estarán felices de verlo.

Stiles asintió para después caminar hacía donde uno de los mesero lo guiaba. Su corazón comenzó a palpitar como loco cuando vio a la manada. Todos estaban ahí, su padre estaba ahí, se veía más joven que nunca con Peter a su lado. Sintió una opresión en su pecho al ver que incluso en ese momento él salía sobrando. ¿Qué hacía aquí? ¿Realmente querían verlo? Se veían tan felices que le dolía.

- ¡STILES! – exclamó Scott con felicidad mientras se acercaba al castaño.

El mencionado sonrió con su mejor sonrisa fingida y recibió el abrazo d partes del alfa verdadero. Los demás miraban al castaño como si fuera un fantasma. Él era quien más había cambiado, había crecido además de que su rostro era mucho más maduro, el niño que se fue al FBI había desaparecido ahora solo era un hombre con porte elegante y seguro de cada paso que daba.

- Hola Scott, ha pasado tiempo. – se separaron – Felicidades.

- Es bueno verte aquí, amigo.

- Hola Stiles – le saludó Kira.

- Felicidades Kira, me alegra que seas feliz. – le dijo Stiles con una sonrisa amable.

- ¡Cachorro! Ha pasado tiempo, te extrañe. – le dijo Peter con cariño.

- Lo mismo digo Peter, me alegra verte bien. – miró a los demás – Verlos bien. ¿Nos sentamos?

Stiles terminó sentado frente a Derek, quien no había dejado de verlo desde que llegó aunque el castaño trataba de evitar su mirada.

- ¿Desea algo en especial, señor? – le pregunto uno de los meseros al castaño.

- Por favor, trae el último vino que envié. – miró a Scott – La cena va de por mi cuenta.

- A sus órdenes. – le mesero se retiró.

- ¿Qué fue eso Stilinski? – preguntó Jackson con una sonrisa. Él fue la única persona con la que el castaño mantuvo contacto pero los demás no podía saberlo así que solo fingían y ya después explicarían.

- Soy dueño de este restaurante.

- ¿Desde cuándo? – preguntó Noah con curiosidad aunque tembló un poco al ver la mirada de su hijo, tan sería y fría.

- ¿Qué sucedió con el FBI? – preguntó Lydia para aligerar el ambiente.

- Después de tres años decidí salirme, tenía que conseguir un trabajo más estable así que con mis ahorros invertí en dos cosas: una empresa de seguridad y una cadena de restaurantes. Las cosas salieron bien y ahora puedo vivir con comodidad y seguridad. – les explicó mientras tomaba un poco de agua.

- ¿Seguro? Siempre estabas persiguiendo el peligro – le dijo Derek con diversión.

Stiles sonrió.

- Las cosas cambian y me gusta esta vida tranquila.

- ¡Papi!

Stiles se levantó de manera brusca sorprendiendo a todos, corrió hasta tomar a Ángel entre sus brazos que lloraba de manera desconsolada. Jeremy y Mitch tenían pucheros en sus caritas. Tony corrió hacía ellos preocupado con un pequeño kit de primeros auxilios.

- ¿Qué pasó Tony? – preguntó Stiles viendo como la frente de su hijo sangraba.

- El joven Ángel estaba jugando y se cayó pero se golpeo con la mesa donde estaban dibujando otros niños. – le entregó el kit - ¿Quiere que llamemos a una ambulancia?

- No te preocupes, yo me encargo. Gracias por cuidarlos Tony, tranquilo. Puedes volver al trabajo. – le dijo Stiles con una sonrisa amable mientras limpiaba la pequeña herida de su hijo y luego colocaba una gasa.

- Pero señor...

- De verdad esta bien, tú ve. Ellos está bien.

- Gracias por cuidar de mí – le dijo Ángel al gerente con una sonrisa.

Tony asintió más tranquilo.

- Eres muy valiente. – besó la frente del pequeño para luego abrazar a sus tres hijos – Los quiero mucho, gracias por venir conmigo. Papá siempre va a cuidarlos.

- ¿Stiles?

El castaño miró a la manada que estaba muy sorprendidos.

- ¡Tío Jackie! – dijo Jeremy emocionado mientras corría a los bazos del rubio que lo recibió con gusto.

- Ahora si estoy muy confundido – dijo Liam.

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