Regreso

V.- Boda Mccall

Stiles despertó gracias a unas pequeñas manitas sobre sus mejillas.

- ¡Papi! ¡Papi! – le llamó Ángel con una tierna sonrisa mientras que Mitch y Jeremy se encontraban del otro lado de la cama viéndolos.

- Buenos días, mis pequeños. – los saludó el castaño mientras abrazaba y dejaba besos en el rostro de Ángel para después hacer lo mismo con los otros dos.

- Buenos días, bello durmiente. – lo saludó Jackson desde la entrada de su habitación.

Jackson se había estado quedando ese días con ellos, Derek los visitaba seguido al igual que Peter pero el rubio decidió quedarse al lado de su mejor amigo hasta la boda de Scott. La cual era hoy mismo así que tenía que apurarlos porque conociendo al castaño podría no ir.

- Buenos días, Jackson. A veces puedes ser una molestia.

- Así me amas. – tomó a Jeremy entre sus brazos – Vamos a desayunar porque hoy será un día muy largo para ti.

Stiles suspiró mientras tomaba a los gemelos entre sus brazos. No quería que sus hijos estuvieran con la manada pero había prometido asistir a esa boda y no los dejaría solos en un lugar peligroso. No podía, no quería y no lo haría porque se había prometido desde el momento que nacieron que los cuidaría y protegería sin importar que.

Una vez que desayunaron y los niños estuvieron arreglados se pusieron a ver la televisión mientras que los adultos se encontraban en la cocina.

- ¿Estás listo para verlos? Si te soy honesto no estoy de acuerdo en como actuaron pero no puedes seguir atascado en el pasado. – lo miró de manera seria – Tú eres la persona que más amo a cada miembro de la manada, dabas incluso tu vida por este pueblo y sus personas. Ese Stiles sigue ahí y lo pude ver cuando vivías con Luna y lo veo cada vez que estás con tus hijos. No dejes de ser quien eres por los errores de los demás y no te digo que los perdones y olvides todo pero hay algunos que no tienen la culpa. Éramos niños obligados a salvar al mundo sin importar nuestros sentimientos, tuvimos que madurar antes que los demás y nadie lo sabía. Yo sé por todo lo que has pasado y no es justo pero también quiero que seas feliz y te deshagas de ese peso sobre tus hombros. – les sonrió con cariño – Vuelve a darte la oportunidad de amar y tener una familia. Luna siempre soñó con verte de nuevo aquí y siendo parte de una manada. – le dijo Jackson.

Stiles suspiró mientras jugaba con el anillo en su cuello.

- Es difícil. Me acostumbré a mi vida solitaria y concentrándome en mis hijos que pensé que no necesitaba nada más.

- ¿Y cuándo ellos se vayan y hagan sus propias vidas? Tu estarás solo y es lo que menos quiero, mi deseo y el de Luna siempre fue que tuvieras personas a tu lado. Si somos honestos Derek te ama tanto como tu lo amas, su mirada cambio desde el momento en que pisaste el restaurante.

Stiles solo miró al rubio para después levantarse.

- Niños, es hora de irnos. – les llamó el castaño.

- No podrás ignorarlo para siempre Mieczyslaw. – le dijo Jackson.

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Jeremy movía sus pies entretenido, su padre estaba a su lado mientras acariciaba el cabello de Ángel que estaba dormido sobre su regazo mientras que Mitch se encontraba con su tío Jackson. Derek se acercó con una sonrisa y se sentó a su lado.

La ceremonia de la boda había sido aburrida para los niños pero se comportaron para que su papá estuviera tranquilo además de que estaban rodeados de extraños y no querían alejarse. Ahora ya estaban sentados y habían disfrutado de una buena comida.

- ¿Aburrido? – le preguntó Derek al menor, que lo miró con curiosidad.

- Un poco pero soy un buen niño para papá. – le respondió el menor mientras bostezaba.

- Eres un gran niños, estoy seguro de que Stiles lo agradece. ¿Quieres dormir un poco?

El pequeño sintió mientras se dejaba caer sobre el regazo de Derek quedándose dormido casi de inmediato cuando el mayor comenzó a acariciar su cabello.

- Gracias. – le dijo Stiles con una sonrisa cargada de cariño mientras miraba a su pequeño.

- Me imaginó que no es sencillo cuidar de tres niños.

- No es una tarea fácil pero ellos son todo lo que tengo y los amo. Son mis pequeñas luces, sin ellos me hubiera perdido hace mucho tiempo. – sonrió con cariño mientras seguía acariciando el cabello de su hijo – Es difícil y cuesta trabajo cuidarlos y trabajar para darles una buena vida pero con ver sus sonrisas me siento satisfecho. – le dijo Stiles.

- Ser padre te queda, veo el profundo amor que les tienes a tus hijos. Su madre debió ser alguien increíble. – comentó Derek, sabía que el tema de su esposa era algo incómodo pero quería mostrarle que respetaba a la mujer que amo y le dio vida a sus hijos. Él amaba a Stiles y quería ser parte de su vida pero en esos días se había dado cuenta que había creado una coraza en la que pocos podía entrar pero ahora le toca a él ganarse el cariño del menor como el castaño se gaño el suyo ya hace tiempo.

- Era alguien increíble, una mujer que me tenía en la palma de su mano. Te sorprenderá saber que era yo el amo de casa. – rio levemente – Luna salía a trabajar y patrullar todo el tiempo así que yo me quedaba a cuidar de Jeremy y siempre me gustó trabajar desde casa solo pocas veces salgo y cuando Ely me obliga para que salgamos todos juntos.

- Un día me gustaría conocerla. Se escucha que es una buna chica. – se rio levemente – Imaginarte como un amo de casa es algo simpático, pero siempre tuviste un don para la cocina.

Stiles sonrió mientras golpeaba levemente el brazo del lobo.

- En eso tienes razón, mañana ven a mi casa y te prepararé una comida decente.

- Es una cita.

Stiles se sonrojó levemente pero aún asintió.

Scott los miraba desde lejos con algunos miembros de la manada. El latino no pudo evitar sonreír con cariño.

- ¿Qué sucede? – le preguntó Kira viendo hacía donde su esposo miraba.

- Stiles merece ser feliz y creo que no lo había visto sonreír desde que volvió a Beacon Hills.

- No es un secreto para nadie que esos dos se gusten, hasta yo me di cuenta hace años. Cuando Stiles se fue y Derek regresó noté que algo había cambiado al no verlo ahí, todos cometimos errores y por eso perdimos a Stiles pero creo que tenemos la oportunidad de compensar todo. – le dijo Kira con cariño.

- Tal vez...