Perdido en dos corazones | Draken x Mitsuya x Mikey

I ; Inicio.

Draken abrió sus ojos de golpe, un tanto exaltado y con pánico, bañado de sudor. Su mirada se topó con el techo de su habitación percatándose de que de nuevamente se había tratado de una pesadilla y entonces suspiró con pesar, talló sus ojos para limpiar la lagaña que tenía a causa del profundo sueño que se había manifestado esa noche y seco el sudor de su frente con sus manos.

De nueva cuenta y como todos los días se había despertado con aquella punzada en su pecho, era un fuerte dolor que casi podía compararse con el de una daga, era algo que curiosamente pareciera estar fuertemente incrustado en su corazón, un malestar con que el que había cargado hace ya alrededor de dos años y medio.

Estando aún muy adormilado y sin ganas de nada, se sentó en la orilla de su cama contemplando la nada y cuestionándose todo, especialmente el porqué de su existencia. Trataba de prepararse mentalmente para otro absurdo y cotidiano día de trabajo. Se encontraba a punto de ponerse sus sandalias cuando la puerta de su habitación se iba abriendo poco a poco.

—¡Oh! Ya estás despierto. — Dijo Baji, su amigo quien si apenas se asomaba a la puerta. — Venía a despertarte, tengo irme o se me hará tarde y Kazutora hará un desastre. — Ingresa por completo al cuarto para despedirse.

Draken y Baji eran roomies desde hace seis meses y muy buenos amigos desde hace dos años y medio. Habían pasado por muchos momentos de alegría, como de enojos, tristezas y frustraciones, pero a raíz de la ruptura con Mikey, el joven de cabello largo había tenido que lidiar con él y con su temperamento, que era mucho más complicado.

Había que ser sumamente delicados con el trato que se le tenía a Draken ya que, por desgracia su salud mental se encontraba totalmente en decadencia y lo peor es que no quería reconocérselo, él aún se encontraba realmente mal por la ruptura.

—Oh sí, está bien. — Responde el inestable con indiferencia mientras se levantaba a buscar su toalla de baño, para así tratar de refrescarse y quitarse la flojera y ganas de nada que traía encima. Realmente odiaba el hecho de dormir y no haber podido descasar. De nuevo, eran esas jodidas pesadillas, estaba hartó.

—Eh... Draken... — Agregó su amigo. — No se te olvida que reserve una cena para celebrar a Kazutora hoy ¿Verdad? — Le recuerda con timidez.

El alto frunció el ceño y se detuvo por un momento para mentalizarse y poder refrescar su memoria sobre qué situación había que tener en cuenta para qué su amigo organizara una cena especial y entonces recordó...

Ese día Kazutora tenía una muy importante entrevista de trabajo en una de las mejores agencias de modelaje en todo Japón. Desde hace al menos un mes había estado a prueba y finalmente había llegado el día en donde sabría si lo contratarían definitivamente o no. Era un logro importante para sus dos amigos.

—Y ¿Bien? ¿Recuerdas? — Insiste Baji con un poco más de seriedad.

—Sí, ya lo sé. No soy estúpido, ni lo he olvidado. — Responde de mala gana ante la presión. — Me voy a bañar.

Termina la conversación restándole importancia al sentir de su amigo, pues estaba demasiado ocupado en haciéndose sentir miserable él mismo, como para preocuparse por alguien más, y así era todos los días.

Estaba molesto y no con Baji, ni con Kazutora si no con toda su patética vida y su absurda existencia. Ya eran dos años y medio en el que el tiempo se detuvo para él, en donde se quedó estacando, sin poder retroceder y mucho menos avanzar hacía su futuro, estaba en un punto muerto y eso lo hacía sentir tan jodido y enojado, sin mencionar que un triste perdedor.

Lo peor, es que era por una jodida relación y miserable persona que no valía la pena.

Baji claramente se mostró desanimado ante su pésima actitud, pero no podía darse el lujo de llegar tarde a la tienda de mascotas por tratar de arreglar las cosas con él, o por tratar de animarlo. Cada vez se sentía un poco más desgastado en ese aspecto. Baji simplemente se limitó a no responder y salir de inmediato de su habitación para así tomar las llaves de su coche e irse de ahí.