Extra 1

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Isis Pov

Hoy cumplimos 1 años de casados con Max, nuestro primer año de matrimonio que no cambio por nada en el mundo; a pesar de las peleas que emo tenidos por cosas insignificantes, no cambio la vida que tengo ahora con mi guapo doctor lombardo.

El timbre de la puerta suena en toda la casa y dejo de lado el libro de cocina que estaba leyendo.

—¡Ya voy! —grito para que Esther deje de presionar el timbre como si no hubiera mañana. —No estoy solo esperando a que vinieras— le aclaro a mi amiga antes de dejarla pasar.

—Vengo haciéndome pipi—contesta entrando a mi casa sin ni siquiera saludarme, veo como corre al baño y decido esperarla justo donde antes estaba. —¿Por qué tardaste tanto en abrir? —pregunta cuando sale.

—Estaba checando que cocinas y no encuentro algo que me convenza, quiero hacer algo especial para esta noche—le cuento. Veo como toma asiento a mi lado y lee la misma receta que yo estoy leyendo.

—Lástima que no tendrán acción esta noche bruja—comenta.

—¿A que te refieres con eso? —le pregunto sin entender.

—Por el periodo, yo estoy en mis días y sin faltar nos baja ambas, a pesar de lo irregulares que somos en los días siempre tenemos el periodo en las mismas fechas—dice y ahora que lo pienso estoy algo retrasa con ese asunto—Max se quedara sin postre esta noche—dice de manera burlona. —Pero mejor mueve tu trasero de ese sillón y vamos a super, tengo una mejor idea para cocinar esta noche—pide.

Voy a cambiarme y en el proceso trato de hacer cuenta, hoy es viernes y Esther empezó el lunes a menstruar, lose porque se pone sumamente irritante con los cólicos, tuvimos una video llamada para quejarnos de eso y se me paso por alto que yo debía de estar igual.

¡Necesito salir de dudas!

Termino de arreglarme y bajo hasta el primer piso donde veo a Esther en el mismo lugar que la deje.

—Vámonos—le pido y salimos en dirección a la estación de metro más cercano.

—Estas muy callada, ¿Estas bien? —pregunta mi amiga cuando entramos en el supermercado más cerca de mi hogar.

—Necesito ir a área de farmacia—le cuento.

—¿Se te acabaron los analgésicos? —pregunta refiriéndose a las pastillas que tomamos para el dolor menstrual.

—Tengo un retrasó—le cuento y mi amiga se sorprende al darse cuento de a que me refiero—Recién hoy recuerdo que tenía que haber menstruado el lunes como tú y Andrés nada que apareció este mes—

—¿Qué esperamos? —pregunta—Compremos una prueba de embarazo— dice tomando mi mano y jalando hasta el área donde se mantienen exhibidas para que la gente pueda tomar una.

—¿Cuál escogemos? —pregunto.

—Yo que voy a saber, nunca e tenido necesidad de hacerme una—responde mi amiga.

—Yo tampoco genio— le recuerdo, miro en dirección al anaquel donde están las pruebas y me siento abrumada antes las diferentes opciones que vemos. —Esta dice que es la marca más vendida—comento tomando la que su empaque es color azul.

—Hay que llevarnos está, entonces—responde mi amiga y dejo la prueba de embarazo en el carrito de super mercado —Ahora hay que concentrarnos en lo que árenos de cenar; necesitamos salsa de tomate, algo de pasta...—comienza a decir cada uno de los ingredientes a utilizar y caminos hasta conseguir cada uno de ellos.

Por suerte no tardamos mas de una hora consiguiendo los ingredientes y ya nos encontramos en mi casa.

—Dame esa bolsa y ve al baño amiga—pide Esther cerrando la puerta con el pie—Necesitas salir de dudas—Dice y tomo la prueba antes de dirigirme al baño, lee con cuidado las instrucciones de uso, dos veces para asegurarme de hacerlo bien. —¿Todo bien amiga? —pregunta Esther—Llevas ahí dentro alrededor de 20 minutos—dice sin abrir la puerta.

Las zapatillas del doctor   #Wattys2021. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora