Max Pov
—¿Ya tienes todo? —Pregunta Matt, entrando a mi habitación mientras termino de empacar mi maleta, en dos días es el cumpleaños número 22 de mi chica y la alcanzare en San Petersburgo. Es tanto el éxito como de la compañía que lograron reponerse de ese pequeño bache en Francia, pues al contrario que en España; no vendieron todas las funciones, pero lograron impresionar a un crítico ruso que les pidió dar una sola función la noche del sábado 10 de enero, justo un día antes del cumpleaños de mi chica.
—En eso estoy—respondo mientras abro el cajón de la cómoda al lado de mi cama; y saco la pequeña cajita de terciopelo beige, la abro y solo espero que a ella le guste. —¡Ahora si está todo listo! —respondo cuando guardo la cajita dentro de la pequeña maleta que tendré conmigo durante el vuelo.
—Solo espero que tu trasero esté listo para pasar sentado las nueve horas que dura el viaje—comenta mi amigo, mientras se sienta en mi cama.
—Todo vale la pena con tal de estar con mi chica, aunque sea un solo día—le respondo.
—Te admiro hermano, yo no sé si podría estar lejos de la mujer que amo por tanto tiempo y solo verla un día cada mes—comenta Matt.
—Es difícil y hasta eso; estoy yendo un día por mes porque no quiero que ella pase sola fechas importantes como su cumpleaños—le cuento—Además cuando su gira acabe dentro de dos meses; nos mudaremos juntos, lo que si es que la extraño mucho; ella me mal acostumbro durante el tiempo que estuvimos viviendo juntos en mi departamento—le cuento; extraño mucho desayunar con ella, tener a alguien que me espere cuando llegue del trabajo, despertar y verla dormir tranquilamente a mi lado, tenerla entre mis brazos después de hacer el amor.
—Ni cuando estabas supuestamente enamorado de Carlota te veías tan feliz—comenta mi amigo.
—Lose, no eres el primero que lo dice y hasta la misma Carlota me lo dijo cuando estuvo en mi consultorio el otro día; además tu tampoco te quedas atrás; Tessa te tiene comiendo de la palma de su mano—
—Y no me molesta admitirlo, lo único malo es despertar en la madrugada para ir por los antojos de mi novia embarazada—comenta— Y por la sonrisa que tienes en el rostro deduzco que tú ya quieres ser papá—
—Y no te equivocas— desde el sueño que tuve con mis pequeñas muñequitas; es lo que más deseo—Pero también estoy consciente de que para eso falta mucho; Isis es joven y además su carrera está despegando, no creo que la idea de ser madre este en su cabeza aún—
—Lo bueno que eso ya me dio una gran idea para mi regalo de bodas—comenta Matt pensativo.
—¿Qué regalo serio ese? — pregunto.
—Una buena dotación de preservativos— responde mi amigo y no puedo creer sus ocurrencias, pero la verdad si me servirían mucho—¿Qué esperabas tu? — pregunta con una ceja alzada—Una licuadora—sugiere.
—No, pero al menos una máquina de capuchino estaría bien— le sugiero.
—Lo registras en tu mesa de bodas y de ahí lo considerare —responde. Asiendo que una sonrisa se me escape, no puedo esperar para ver a mi chica otra vez. Espero que David me haya hecho el favor que le pedí; de verdad quiero confiar en él.
Isis Pov
Si pensaba que Nueva York era un congelador en invierno San Petersburgo es aún peor; lo que sí es realmente hermoso es el paisaje que invernal que nos regala.
—¡Pongan Todos Atención! —nos llama Elizabeth, estamos a minutos de salir a bailar por primera vez en Rusia—Estamos en Rusia, el sitio donde los mejores bailarines de Ballet se forman y quiero que esta compañía este a la altura de los profesionales que se formaron en este país—después de que no llenáramos el teatro en Paris, la exigencia subió al doble.
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Las zapatillas del doctor #Wattys2021.
RomanceUno pensaría que al ir a un restaurante de comida rápida nada extraño te puede pasar. ¿No? Solo entras, pides tu orden y esparas a que te la den para poder irte. Nada fuera de lo normal. Pues así pensaba yo, cuando el destino volvío a hacer de las s...