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Salí de la habitación de laika como pude, me dolía cada centímetro de mi cuerpo, me sentía sucio, solo quería ir a darme una ducha y despertar de este asqueroso sueño.
Parecía ser que a ambos nos dio el RUT, pero si ese fue el caso ambos hubiésemos buscado un omega, pero laika abuso de mi, ella abuso de mi.

Laika era mi mejor amiga de la infancia, nunca creí que me hubiese podido hacer algo así, realmente no encontraba justificación alguna, sabia que no recordaría nada, por lo que yo también seguiría con mi vida, pero era algo que jamás le perdonaría.

El alfa salió de la enorme mansión como pudo, pues todo su cuerpo se encontraba lastimado por culpa de la alfa que dormía plácidamente en su habitación.
Parecía que el alfa se encontraba muy lastimado por la situación, pese a esto, no volvió a derramar lagrima alguna.

Pasadas algunas horas la alfa al fin despertó de su siesta, parecía como si no hubiese nadie en casa y como era de esperarse esta no recordaba nada de lo sucedido la noche anterior, se le levanto como era de costumbre, tomo una ducha y bajo a desayunar, hoy le tocaba preparar el desayuno al joven alfa, pero cual fue su sorpresa al ser casi las 11 de la mañana y no encontrar desayuno alguno.
Extrañamente la alfa parecía molesta por aquella situación, pues ya no aguantaba que él alfa fuera tan perezoso, se dispuso a ir a buscar al alfa, pero cuando estaba apunto de subir las escaleras se encontró de frente con el antes mencionado.
- hoy te tocaba preparar el desayuno.- dice la alfa muy molesta.
- deja de molestar, mejor púdrete.- responde él alfa intentando aguantar sus ganas de llorar.
- Belmont, ya te dije que me debes respeto!!!!.- la alfa parecía claramente molesta, era mas que claro que se desquitaría con su amigo de la infancia.- si no quieres seguir mis órdenes, entonces. . . Vete.
Él alfa no podía creer lo que estaba escuchando, debería partirle la cara a aquella alfa descarada, él era el segundo alfa aquí, inclusive esta era su casa cuando era pequeño, la vida era tan injusta para él, pero él ya no iba a permitir que lo humillaran de esa forma, ya no más.
La observe por un pequeño momento, sin responder nada, subí a mi habitación, empaque todo lo que pude, cerré el que antes era mi lugar seguro con llave y volví a regresar a los escalones, Laika parecía algo confundida, aunque mas que confundida diría que esta en shock.
- dame dinero.- esas insignificantes palabras hicieron que saliera de su shock.
- ¿porqué habría de darte?.- responde.
- porque estoy en mi derecho, porque es mi derecho, porque son las reglas de la manada, pero sobre todo porque yo también soy un alfa!.- estaba enojado, estaba herido, había sido manchado por mi mejor amiga...
- tu ya no tienes derecho...
- ¡por supuesto que si! Mis pies no han tocado la salida de esta mansión.
No se qué pasó, pero de un momento a otro sentí como laika me tomo fuerte del brazo para jalarme y sacarme de la mansión.
- ahora ya no tienes derecho a nada, ¡lárgate!

Había estado muy ocupado simplemente existiendo, pero hemos vuelto. -inserta risa malvada-

Por siempre. . . Jamás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora