7

289 27 1
                                    

- lo se, lo se, mucha carne y usted sin dientes.- me daba asco pensar que un anciano como éste esté pensando en meter su cosa asquerosa en mi, primero muerto.

- tengo 40 dólares, ¿los aceptas?.- se acerca a mi de una forma sospechosa, esto hizo que mis instintos se salieran de control.

- lo siento, pero de verdad yo no me dedico a dar esa clase de servicios, jamás permitiría que alguien como usted me metiera su cosa por el culo.- solo de pensarlo me daban náuseas, que por cierto llevaba rato sintiéndome raro.

- yo nunca dije que te quería penetrar, tu culo es lindo, pero funciono mas como pasivo.- el anciano me guiño el ojo de forma coqueta, solo sentí como un extraño escalofrío recorría mi espalda.

- 40 dólares es muy poco, mejor busque a alguien que se anime, porque parece que no se ha bañado un mes y no me quiero ni imaginar lo sucio que esta ahí abajo.- mi instinto seguía alerta, algo me decía que no era por la presencia del anciano, había alguien mas observando de lejos y no creo que quiera hablar.

el anciano dejo de insistir por lo que decidí empezar a buscar donde quedarme, la presencia me seguía, cada vez estaba mas cerca, intente perderlo entre los callejones del pueblo, parecía que había resultado, cuando sentí un golpe detrás de mi espalda, caí desmayado.

desperté un poco confundido, no sabia donde estaba, todo el lugar estaba oscuro y mi visión nocturna no funcionaba.

entre en pánico, cuando escucho como alguien habré una especie de puerta ocasionando que entre la luz de golpe.

un hombre de 1.90 metros entro por la puerta, no podía distinguir bien su cara, pero si veía que era atractivo, Salí un poco del trance cuando mi vista nocturna mejoro, pude ver que era lo que me rodeaba, no era nada lindo, había dagas, pistolas, balas de plata, hierva de la luna, espadas, ay no...

- cazador.- dije susurrando.

- cazador?.- vaya, veo que ya despertaste.- mi nombre es connor, y soy protector de esta ciudad, y tu ¿Cómo te llamas?

- me llamo Claire, Claire Belmont.- tal vez me había vuelto estúpido, ¿Por qué le dije mi nombre?

- Wow, te vez confundido, te inyecte hierva de la verdad, prenderé la luz, puede que te ardan los ojos.- se acerca al interruptor que se encontraba en la pared y enciente la bombilla.

- ¿Por qué me cazaste? se supone que puedo estar en los pueblos por máximo un mes.- intento forzar la soga, pero tenia un candado de plata, era imposible de romper.

- eso era hasta antes de que yo llegara, ahora ni siquiera tienen derecho a entrar en los pueblos, ustedes los lobos solo vienen y saquean, lo peor es que aun tienen el descaro de autodenominarse dioses.

- no se de donde sacaste eso, pero mi manada es auto sustentable, no necesitas de los sucios humanos.

- NO TE CREO!!!.- parecía que se estaba alterando de más, tenia que hacer algo si no quería estar en una sala de decoración.

- mire señor cazador, soy un lobo alfa que fue expulsado de su manada, así que no le hare ningún tipo de daño, si usted me deja Ir, me iré sin dar ningún tipo de molestias, ¿Qué le parece?.- espero que sepa dialogar.

- mira.- dice acercándose aun estante lleno de cuchillos.- escoge el que mas te guste, pues con ese será con el que te degollé.

- wow, wow, tranquilo viejo, dialoguemos, DIALOGUEMOS!! MIRAME, SOY DEMASIADO GUAPO PARA MORIR.- le digo nervioso.

- tienes razón, degollarte seria una lastima, mejor te abro, te saco todos tus órganos y te pongo en mi sala.- dice mientras se acerca a mi con el cuchillo mas grande que encontró en mano.

- es lo mismo que degollarme.- ay te voy san pedro.

- no, no es lo mismo, pues la diferencia es que no serás enterrado a diez metros bajo tierra, sino que decoraras mi sala.

- ah jajajaja, que bendición.- valí.

El alfa be like:


si la vida nos da limones, actualizamos.

-

Por siempre. . . Jamás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora