✿; Capítulo cuatro

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Paso cuatro: Utilizar un lápiz labial para ser irresistible para tu amor.

Jungkook se encontraba sonriendo tan grandemente. Al fin, lo presentía, su método iba a resultar y al fin le seria concedido aquellos labios de fresas con los cuales fantaseaba seguido.

Aunque el peli-rojo que iba caminando a su lado pensaba que este método era el más absurdo de todos y que todo el asunto iba a terminar muy mal. Ya que su abuelita Luisita siempre le dijo “Nunca recurras a brujos” y desde siempre Taehyung hizo caso a esta frase, pero ahora la había roto por aquel idiota conejo de mal agüerito. Tembló, juraba que entraría al lugar más terrorífico de todos los tiempos.

Jungkook se veía muy tranquilo, hasta saltarín. Siempre había sido creyente a las cosas extrañas y la brujería era una de ellas. Una sonrisa diminuta se le salía de vez en cuando al mirar al miedoso de su amigo a su lado todo tembloroso, hasta llevaba una cruz, era demasiado gracioso.

—No te rías tonto mal amigo. He caído en las manos de un demonio ¡Oh sálvenme! ¡Oh mi Dios!—se arrodillo viendo al cielo por iluminación divina.

—Yaaaa, deja de ser tan exagerado. Es un lugar común como otro cualquier, ni que fuéramos a exorcizar espíritus.

—No me hables de ello, que de solo pensarlo tiemblo.

—Miedoso.

Jungkook arrastro a su amigo del brazo hasta la casita que tenía un tremendo cartel de luces que decía “Cosmo-mago”

—Jungkookie, yo nunca te pido nada, pero esta vez juro que si me dejas aquí y entras solito, prometo esperarte, pero no me hagas entrar a aquel lugar—suplico.

—No señorito, entras o entras, punto—declaro y sacando su fuerza de holk cargo al peli-rojo y se lo colgó en el hombro.

—AHHHHHHHHHHH ME VOY A MORIR, QUE DESTINO CRUEL. JAMAS LE DIRÉ A MIS DOS OPPAS QUE SON MI OBSESIÓN Y TODO POR CULPA DE UN CARA DE CONEJO—Gritaba.

Las personas se detenían a ver el extraño par tan disparejo.

Jungkook entro con un alto que temblaba ya que el lugar estaba sumido en oscuridad, solo las velitas en la mesita del fondo daban un poquito de luz.

—Buenas tardes señorita Lémur. Soy Jungkook.

—¡¡Oh, Jungkook!! Tu abuela me ha hablado tanto de ti— se levanto de su asiento y le tendió la mano y después lo invito a sentarse.

Jungkook se sentó y sentó al peli-rojo a su lado que miraba todo espantado y rezaba mentalmente con la cruz en sus manos.

—A mi también me ha comentado mucho de usted… Habla maravillas— sonrió y la bruja le devolvió la sonrisa.

—Pero lo único que me impresiona… ¿Por qué razón me necesitas? Un chico tan lindo y joven como tú no debería tener ningún problema que involucre magia.

—Bueno, se equivoca usted, tengo muchos problemas y uno de esos es no ser besado por mi novio.

La señora lo miro de manera dudosa.

—¿Has venido porqué no te a besado tu novio?... ¿Estás bromeando?

—Qué más quisiera—resoplo.

La señora se quedo viendo al chico con extrañeza. Taehyung al ver la cara de la pobre mujer llenarse de duda por el estado mental de Jungkook, hizo que se relajara y soltó una risita. Pobre mujer y pobre Jimin ¡Oh pobre todos!

El silencio reino por unos segundos hasta que Jungkook hablo.

—Por eso necesito un labial que haga mis labios irresistibles para mi novio.

La mujer suspiro resignada. Que rarito era este chico. La mayoría de las personas la venían a buscar para lograr algún proyecto en un trabajo, para amarrar a sus parejas para siempre, pero lo que pedía este chico era insólito. Ni que un beso no se lograra dándolo o pidiéndolo ¡Dios, era su novio! No un extraterrestre. Pero mejor se callo y se levanto y busco aquel labial de rara procedencia.

Jungkook esperaba a la señora muy ansioso. A su lado Taehyung negaba, rogando porque no existiera aquel labial o que se lo hubiera tragado la tierra. Pero sus suplicas no fueron escuchadas ya que la señora Lémur llego con un labial en sus manos canela. Se lo tendió a un alegre Jungkook que lo que hizo fue agarrar el labial y arrastrar al peli-rojo del brazo. Ni siguiera escucho la advertencia de la bruja.

—¡¡NIÑOOO, ESPERA AHÍ!!—grito, después hablo consigo misma—¡Dios mío! ni siguiera me dejó decirle las advertencias. Ay, que juventud más rara la de ahora—suspiro y prefirió olvidarse del alto raro para concentrarse en ver su serie de las 5.

Al día siguiente.

Jungkook estaba sentado en el mismo lugar de siempre, en el aquel gigante árbol donde solían desayunar Jimin, Taehyung y él. 

—Taehyunnie, debes ir a buscar a Jimin. Así me coloco el labial. Anda, anda.

—Todo yo, todo yo—se levanto enfurruñado.

Taehyung se dirigió al salón del peli-rubio y en la urgencia por entrar choco con alguien o mejor dicho su amado crush Yoongi. Oh dios, que cosa buena había hecho para sentir por un momentito el calorcito del cuerpecito de semejante Dios griego.

Yoongi le sonrió y Taehyung dentro de sí estaba chillando.

—¿Tae te encuentras bien? … Te ves distraído, sino me pongo en tu camino quizás te hubieras chocado de lleno con la puerta—dijo de manera amistosa.

Todo el mundo de Taehyung daba vueltas. Joder, que le pellizcaran, Yoongi acababa de llamarle Tae.

—Taehyung…

—Oh, lo siento—se rasco la nuca nervioso, sus mejillas rojitas—Estoy buscando a Jimin ¿Le has visto?

Yoongi rió un poquito.

—Si supieras... Se fue porque tenía dolores estomacales.

Taehyung se unió a la risita. Pobre Jungkook, cuando le dijera que su amorcito se había ido, no quería imaginar su cara.

—De todas maneras gracias Hyung—dijo de manera suave.

Yoongi le revolvió el cabello.

—No hay de que—y se fue.

Oh por dios le había tocado el cabello. Simulacro. Ambulancia. Taehyung estaba que se moría.

Se dio palmadas repetidas veces y suspiro como fanboy. Después de estar en un mundo rosa lleno de amor se acordó de Jungkook y la risita volvió aflorar. Pobre su amigo, el karma lo perseguía. Se dirigió por el mismo sendero que recorrió y llegando casi al árbol pudo ver como un Jungkook le paso por el lado corriendo con una manada de alumnos detrás de él gritando “BESAME DADDY” “SEMPAI, QUIERO TUS LABIOS”.

Taehyung comenzó a reírse de la desgracia ajena, pero después paro de reír y prefirió ayudar a su amigo a escapar de una violada asegurada. Por más cretino que fuera el cara de conejito, a su amigo no se lo violaban, oh no señor, sobre su cadáver.

En la noche Jungkook y Taehyung estaban como muertos vivientes desparramados en la alfombra. A pesar de todo lograron perder a esa manada de locos y Jungkook tuvo que botar el labial. Más nunca iba a los brujos a pedir ayuda.

El peli-negro momentos más tardes llamo a su lindo pastelito para ver como se encontraba. Estuvieron hablando por horas, mientras Taehyung en la colchoneta de abajo ya dormía plácidamente pensando en Yoongi.

✿; 5 maneras de lograr un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora