Capitulo 5: Algo pesado

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Llegado el domingo, había superado mis expectativas, pesaba 94 kilos. Mi apetito realmente se vio aumentado debido a las pastillas y tenía la constante necesidad de comer cada hora. Me sentía más pesado, decidí probarme toda la ropa que tenía. Los pantalones aún me quedan aunque cierran con dificultad, sucedía lo mismo con mi ropa interior. Algunas camisetas ya no podían contener mi vientre, las camisas de botones se rompieron o rasgaron mientras me las probaba. Era una buena señal.

Mientras me veía al espejo, ya no había rastro de lo que un día fue un abdomen marcado, estaba suave yo diría... Abrazable. Aunque mis brazos sin duda aún se mantenían musculosos. En mi rostro se hacía notorio los kilos que aumenté, estaba más cachetón de lo normal. Y bueno mis piernas no engordaron tanto como esperaba, pero sé que pronto lo harán.

Oh, por cierto se me olvidaba mencionar que el Viernes había salido al centro comercial en busca de helado. Estuve sentado disfrutando de lo cremoso que estaba lo que pedí, cuando de repente en frente de mí estaba Lilith. Parecía mera casualidad, ella también estaba allí por algo de helado, me saludo y se sentó a mi lado. Conversamos un rato, compartió conmigo su helado, siento que fue muy amable, el tan solo verla en frente de mi, me deslumbraba. Se veía muy bonita, me hacía sentir bien. Posteriormente me dijo que si es que deseaba ir por algo más, que ella lo pagaría sin problema. No quise sonar descortés, por lo que acepté. Estaba en el límite ya había saciado mi hambre en casa y el helado solo hizo que mi estómago se sintiera más pesado. Respirando suavemente, me levanté gimiendo pequeños quejidos a lo que ella respondió.

- ¿Te sientes bien? Puedo ir caminando junto a ti hacia tu casa_ sonó preocupada.

- Es solo que... Comí demasiado y pues, eh me cuesta algo de trabajo levantarme así, pero no te preocupes todo en orden_ le dije dando una pequeña sonrisita para aliviarla.

- Ya veo_ y dirigió su mirada a mi vientre, al parecer le llamó la atención, porque no quito su mirada por unos cuantos segundos_ Yo creo que puedes con más ¡De seguro! ¿O te arrepientes por aceptar mi invitación?

- !No, no claro no! ¿Cómo crees? Me estás retando y te saldrá mal_ exclamé porque hirió mi orgullo ¿como yo no iba a comer con un poco más de comida? De todas formas me llevará a comer una ensalada o algo así, eso no es nada... O por lo menos eso pensé.

Me sacó del centro comercial y tomamos un taxi, ella le mencionó al conductor una dirección que desconocí.

En menos de 10 minutos estabamos en frente de un restaurante de comida mexicana que se llamaba "La casa del sabor"

- Te va a encantar, hay una promoción de "Coma lo que quiera por 7 dólares" la comida está buenísima, he venido antes_ se veía feliz, más que todo emocionada por degustar los platillos que ofrecía el restaurante_ ¿Qué pedirás?

- Uh, creo que dos tacos... Ummm si solo eso, estará bien.

- Yo quiero unos burritos pediré suficientes por si se te llega a antojar probarlos.

En mi mente me repetía una y otra vez. Vamos solo son dos tacos, has espacio o quedarás mal. El mesero se acercó a la mesa y dejó las porciones que pedimos, pero cuando ví el plato de Lilith habían 8 burritos, ella comería 3 a lo mucho.

Esforzándome terminé lo que pedí, terminé la gaseosa, ella estaba terminando su tercer burrito cuando dijo.

- Creo que me he llenado ¿Tu no?_ ni siquiera me dejó responder_ Ya veo aún tienes hambre ¡Que lindo! Tu tranquilo, por eso pedí más.

Yo ya no podía ni con mi vida, incluso parecía que los pidió a propósito. Esas miraditas que le daba a mi vientre cada que podía, la delataron.

- No te prometo nada, pero intentaré terminarme eso_ señale su plato_ Ocupo otra gaseosa.

Comencé a tragar los burritos, sin pensar en nada, ya ni los saboreaba solo debía terminar para que vea que soy capaz. En el proceso, de forma disimulada desabroché mi pantalón, una vez así me sentí más libre y pude seguir. Di un largo suspiro, ví el plato y no quedaban más que unas migajas.

- ¡Listo, terminado!

La gente de allí ni me miraba, en general eran chicos que pesaban igual o más que yo, así que no era un problema realmente.

- Sabía que lo acabarías_ sonrió, en eso se cayó una servilleta y ella se agachó un poco para recogerla del piso, cuando se percató de mi pantalón sin abrochar, se levantó de inmediato y dijo_ T-tu pantalón ya sabes está...

- Es que_ me puse rojo de nuevo, demasiado rojo, diablos que me pasaba_ es que me estaba apretando y me sentí más cómodo, lo siento si te_ Me interrumpió.

- ¡Es que te ves muy tierno! Y estás tan hinchado..._ habló con una voz un poco seductora.

- ¿Te gusta esto?_ pregunté sujetando mi vientre

- Cre-Creo que si... ¿Puedo tocar?_ respondió con timidez, en espera de un "si"

- Pero no aquí... En mi casa estaría bien, mis padres salieron a unas reuniones.

Aceptó. Al llegar a casa subimos a mi habitación. Lo primero que hice fue quitarme la camiseta. Ella se sentó en mi cama, al girar su cabeza, su rostro estaba sorprendido.

- ¡Vamos! ya me has visto sin camiseta no es nada nuevo.

Narra Lilith

Estaba muy segura de que está vez estaba más hinchado que el miércoles. Lo que quería que entendiera es que el me gusta por como es, la forma en la que piensas, actúa... Todos los años en al primaria fui invisible para él... Queriendolo en silencio y por una simple y tonta casualidad ahora lo tengo en frente de mi y sin camiseta. Nunca me importó su físico a pesar de que en su momento era el más atlético del equipo de fútbol, ahora que se ve así, rellenito, gordo prácticamente, yo lo quería igual... Estaba dispuesta a amarlo como fuera, su peso no me importaba realmente, si él se sentía bien así, eso también me haría feliz a mi.

El no estuvo con rodeos. Se me acercó, sentí como su pesado y rechoncho estómago chocó contra mi, estaba cálido. Puse mi mano acariciando suavemente la superficie, toque sus rollos. Sin pensarlo mucho besé su cuello, me quité la camisa quedando en brasier, nos besamos un rato. El se puso encima de mi, sentí su peso, no imaginé que se sentiría tan bien.

- ¿Te sientes cómodo?

Pregunté para asegurarme de que todo estuviera bien, su respuesta fue un "si, me siento cómodo"

Su peso empezaba a incomodarme un poco, por lo que cambiamos de posición. Ahora yo estaba encima de él, espontáneamente empecé a masajear su estómago, movimientos delicados, al parecer le gustaba, su cara me lo decía.

Sus padres estaban por llegar así que tenía que irme. Me puse de nuevo mi camiseta y antes de irme, me entregó el buzo que le había prestado días antes.

- Quédatelo_ reí al responder, pues siento de licra se había estirado después de que el se lo pusiera.

- ¿Segura? Juro que lo lavé, está limpio_ me dijo intentando converserme_ En unas semanas no me quedará...

- ¡Si quedatelo! Tómalo como "regalo", ya veremos qué hacer si en unas semanas deja de serte útil.

Me despedí dándole un beso en la mejilla, sujetando con mis manos sus cachetes y dándole un abrazo para sentir su piel contra la mía. Era suave, muy reconfortante.

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Pueden dejar sus ideas o deseos en los comentarios ^^ Y recuerden que es de ayuda que voten en cada capítulo. <3 Espero hayan disfrutado del capítulo.

TODA LA GRASA QUE OCULTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora