Capítulo 10

2.5K 44 20
                                    

Cuando desperté la cama estaba vacía. Mi turno de hoy comenzaba al mediodía junto con Demian. Aún era temprano el reloj marcaba las 6: 51 AM. Escuché ruido en la cocina por lo que supuse que Demian estaba preparando algo, por lo que fui al baño de la habitación y me lavé la cara, quería ducharme pero el plan era hacerlo luego de desayunar. Como ya era costumbre estaba hambriento solo quería que Demian me consintiera y me diera todo lo que quería. Al salir a la cocina aún en boxers, contemplé como Demian cocinaba lucía como un experto. Sigilosamente me acerqué y agarré la cesta de pan que estaba arriba del refrigerador lugar en el cual busque algo de queso y jamón para prepararme sandwiches.

- Buenos días príncipe _ saludo con cariño_ ¿podrías esperar? Ya casi está todo listo.

- Nuuu _ dije con capricho_ Ya no aguanto.

Prepare con rapidez 5 sándwiches de jamón y queso a los que les agregué mayonesa. Cuando di el primer mordisco algo de mayonesa me manchó la cara sin darle importancia continúe masticando, iba en 3 sandwich y Demian aún no terminaba de cocinar. Cuando de pronto sonó la puerta Toc, toc.

- ¡Pedido para el señor Demian Greco! _sonó del otro lado.

El se dirigió a la puerta, confirmo el pedido girandose para dejar ver dos cajas de un restaurante italiano. Las apoyo en el sofá, tomó sus llaves y salió sin decir nada. Tardó 10 minutos en volver con 3 galones de leche. ¿Eso era para mí? Interrogue a mis adentros.

La espera no se hizo tan larga luego de terminar los sandwiches. Pero siendo sincero por primera vez en mucho tiempo eso había sido suficiente para no querer más.

- Ahora sí ¡Todo listo! _me dijo con alegría.

- Ya no quiero, mis sándwiches me dejaron satisfecho.

- No fue exactamente una pregunta _explico en tono perverso.

Me sujetó de los hombros para que me sentará en el sofá. Trajo una sogas y me amarró los brazos por detrás, haciendo lo mismo con mis tobillos, dejándome semi recostado y sin posibilidad de moverme. Me volví dócil quería ver sus movimientos, ¿que haría primero? Pensaba en iniciar con la comida italiana, por lo contrario abrió uno de los galones de leche, y lo colocó en un funnel para conectar un tubo en mi boca.

- Beberás todo sin excusa _ algo dominante y al ver mi obediencia agregó_ muy bien pequeño sigue así que falta más, mucho más.

Litro tras litro se me hacía infinita la leche, me dejé llevar porque no estaba disfrutando del todo y sería mejor si me relajaba. Cuando sentí que se terminó el líquido intenté incorporarme, de seguro me veía ridículo, todo el peso de mi estómago hizo que mis intentos de alguna manera se vieran tiernos. Demian lo notó y me ayudó a sentarme. Cuando ví 2 galones estaban vacíos, sin fijarme los había terminado. Eso logró hincharme lo suficiente, me pegó una palmada haciendo que gimiera suavemente. Cuando menos lo espere empecé a eructar, eructo tras eructo no era capaz de controlarlo. Quise disculparme porque era muy embarazoso y cuando lo quise hacer de mi salió otro eructo. Volvió a darme otra palmada en el vientre, se sentó junto a mí y abrió una de las cajas de comida italiana que estaba esperando desde el principio.

- Creo que ya te llenaste con la leche no ¿es así gordito? _ preguntó cómo retandome.

- Yo quiero, yo quiero ¡yo quiero!

- Tendrás que comerla sin ayuda _ fue lo último que mencionó dejando la comida en la mesa de centro.

Con un pequeño empujón me levanté y con gran desesperación me puse de rodillas frente a la mesa para poner mi cara dentro de la caja. Había lasaña y spaghetti, hace mucho no comía algo así, se me hacía agua la boca. Como un animal solo podía usar mi boca, manchandome entero de restos de comida. Comí la mitad quedando derrotado en el piso boca arriba en busca de eun descanso, suspiré y Demian solo observaba. Me moví balanceandome de lado a lado para ponerme de pie, antes de terminar mi acción. Demian interrumpió.

- Quiero ver cómo te ejercitas _sonrió pícaramente_ Solo un abdominal_ pidió.

- ¿Uno? Sabes que no podré... _ respondí con inseguridad, había dejado de ser el chico atlético ahora mi forma se asemeja a la de una morza en constante subida de peso_ Si lo logro... ¿que me darás a cambio?

- Estaré a tus pies toda una semana _el trato era tentador, porque cabía la mínima posibilidad de que si lograba levantarme del suelo_ Si no lo logras, será al revés.

- Trato, ahora desatame las muñecas y los tobillos.

Me desató. Una vez libre me puse en posición, mentalizandome un escenario positivo. Unooo, dooos, ¡Treees! Un quejido salió de mi boca, con todas mis fuerzas pujé pero ni estómago me estorbaba, el peso me mandó hacia atrás. Muy agitado lo intenté 2 veces más que terminaron en lo mismo... FALLÉ.

- Estuviste cerca _dijo alentandome.

- Jajaja ni cerca la verdad.

La conversación dió un giro - ¿Irás a trabajar hoy? _ cuestionó.

- Claro que iré ¿Por qué no lo haría?

- Si lo siento soy algo torpe _expreso mientras tapaba su cara con decepción de si mismo.

- Es decir tengo que ir, no es como que me super fascine la idea de asistir.

- Muy bien pues ya que perdiste, tu primer "castigo" será quedarte aquí.

Ese no era el castigo más duro o creativo que le ocurriría. Xtian tendría que holgazanear el resto del día, eso más bien lucía como un regalo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 28, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

TODA LA GRASA QUE OCULTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora