Capítulo 9

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- Bien muchacho, más sobras están allí y puedes tomar lo que quieras es lo que acordamos.

Solo moví mi cabeza afirmando, tomando una gaseosa agrandada y una hamburguesa para dar por hecho que entendía, que tenía muy en claro el trato que venía con mi empleo en McDonald's.

Las vacaciones estaban por terminar, no había visto a Lilith por al menos un mes, habían problemas en casa. Empezaba a sentirme solo, devastado... Todo esa crisis de emociones de convirtió en otra excusa para atragantarme todos los días a todas horas, con toda la comida a mi alcancé no quedaba más que centrarme a llorar mientras metía comida a mi boca de forma desesperada. No tenía idea de cuánto peso aumenté, mi única referencia era el uniforme de trabajo que con los días me hacía ver cómo una salchicha empacada a la fuerza. Tenía un vientre que colgaba y permanecía duro la mayor parte del día debido a mi exageración con las raciones de hamburguesas.

Ya no estoy seguro de si era malo o bueno pero por más que comía no lograba llenarme, mi estómago solo se hacía más y más tenso, aunque la sensación de hambre seguía ahí. Esta noche sería igual que las demás, quedarme sentado comiendo hasta simplemente dormirme de cansancio.

¡Solo, solo solo! Me repetía a mi mismo. Cayendo lágrimas que resbalaban por mis regordetas mejillas. Hasta que sonó la puerta trasera del establecimiento. ¿Podría ser un ladrón, alguien malo, quien diablos era?

- Oh no... ¿Estás bien? _susurro una voz grave, muy masculina que estremeció mis oídos haciendo que lo identificará de inmediato. Era Demian un compañero de trabajo quien recientemente me declaró su amor y lo deje en espera de una respuesta.

Aún con comida en la boca y los ojos hinchados por el llanto logré articular unas palabras sin dirigirle la mirada.

- To-todo en O r d e n.

- Emmm, vine por mis llaves creo que las dejé en...

- La caja registradora_ completé.

- ¡Siiii, exactamente! _ exclamó con emoción acompañado de un brinco. Esa buena vibra fue la que siempre me llamó la atención.

- ¿No quieres acompañarme?_ pregunté para probar suerte.

Su respuesta fue afirmativa, no tocó nada de la comida apenas y le dió un sorbo a un gaseosa. A diferencia de mi Demian si estaba en forma, cuerpo marcado con grandes bíceps y una fuerza bastante destacable.

- Con calma _dijo con esa voz que tanto empezaba a atraerme.

- Solo e-es hambre.

Continúe en lo mío, sin muchos modales como siempre. Hasta que Demian mencionó algo que hizo que me detuviera.

- Respecto a lo del otro día... _mencionó con respecto a su declaración de amor_ probablemente solo te gustes las chic...

Mi instinto solo hizo que lo besara descaradamente. Lilith pensé por un momento. Pero Lilith no estuvo el último mes, no estaba ahora y lo más seguro es que ya no lo estaría. Me abandonó. Era egoísta de mi parte pero tenía ese deseo de enrollarme con alguien más. Aparte era mi primera experiencia con un chico, nunca me había cerrado a la idea.

- Eso es un si, creo ¿no?

- Más que un si... Despacio quiero que todo vaya a su ritmo _ afirmé_ ah, pero si me disculpas aún tengo que saciar mi hambre.

No hubo respuesta por lo que continúe. Sentí como puso sus manos en mis hombros, empezó a masajearlos con cariño y calidez.

- ¿P-puedo abrazarte? _preguntó Demian con vergüenza.

TODA LA GRASA QUE OCULTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora