Capítulo 14

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Katelyn

Tras todo el poder que había descargado Wanda sobre Agatha, toda la nación, e incluso Jessica que se había quedado tras haberla encerrado en el hechizo que crearon Madre superior, mi madre e Isabella, pensábamos que Agatha había muerto. Sin embargo, al no estar del todo segura me acerqué al lugar donde había sido proyectada, y vi cómo se incorporaba lentamente. Su ropa echaba humo, y toda su cara estaba llena de quemaduras. Aunque no lo aceptara, hasta yo sabía que no tenía fuerzas ni para levantarse, pero no dije nada.
Me limité a acercarme hacia ella. Me agaché, y con fuerza, le arranqué el broche que había dicho que era mágico o algo así.
Agnes rugió con fuerza y me agarró del cuello de la camisa para ahogarme. Yo le solté un guantazo en la cara tan fuerte que me soltó, mientras que tiraba hacia atrás para que me soltara.
Al soltarme salí disparada, pues había cogido tanto impulso que me levanté y luego me caí para atrás.

– ¡Maldita niña, te voy....– gritó Agatha mientras gateaba y arrastraba su cuerpo  hacia mí con ansias de coger lo que le había robado, pero antes de que pudiera terminar, yo le interrumpí:

– ¿Qué me vas hacer?– pregunté con tono amenazador mientras fruncía el ceño con su broche en las manos.

Agatha se levantó y extendió su brazo mientras ordenaba:

– ¡Devuélveme el broche!

– ¡Oh! ¿Quieres esto?– me hice la tonta mientras le enseñaba su broche.

Antes de que me lo pudiera quitar de las manos, me di la vuelta y se lo lancé a mi madre. Wanda se acercó a mí, y le dijo a Agatha:

– Vuelve a Westview, tú aquí no pintas nada– Wanda la estaba hipnotizando con su poder de control mental (como hizo en WandaVision)

Agatha desapareció del pueblo al instante.

Wanda miró seria y se disculpó, «Perdóname por no habértelo dicho, pero no sabía si me ibas a considerar una enemiga si te lo decía».

– No pasa nada, te entiendo– le dije con una sonrisa.

– Me alegro que lo entiendas.

Pero cuando todo estaba solucionado, Wanda sabía que faltaba una cosa más, y la verdad es que tenía razón.
¿Cómo se lo iba a tomar el pueblo?

Algunas de las brujas la miraban con desprecio, otras la señalaban y cuchicheaban entre ellas, y otras exclamaban sorpendidas y asustadas.

– ¡Es la bruja Escarlata, hay que destruirla!– exclamaron algunas brujas.

Yo me puse delante de Wanda y con los brazos abiertos, grité:

– Ella no es mala, no es como decís, ella es una persona normal, ni siquiera hemos notado nosotras que tuviera algún tipo de poder.

– ¡Yo sí!– chilló Jessica.

Todos la miraron muy serios, y luego la brujas me volvieron a mirar.

– A ver... Todas sabíamos que si había venido aquí era algo bastante raro, pero, las que han visto pasar a Wanda por las calles, las que la han observado, ¿a qué no había nada raro en ella?– intenté defender a Wanda.

Algunas brujas respondieron con un tímido «Sí».
Mientras intentaba dar un discurso largo y emotivo para convencer a la nación entera de que no mataran a Wanda, mi madre, que debería estar en contra de lo que decía, me miraba con una sonrisa, y la verdad es que ya podía ver las lágrimas de emoción que estaban a punto de aparecer en su rostro.

– Ella no nos ha hecho daño, y me ha demostrado que no quiere hacérnoslo. En cambio, nosotras la hemos espiado, Jessica ha querido echarla de aquí desde que apareció, y.... ¿Ahora queréis destruirla?¡Somos nosotras las malas de la película! ¡¿No os dais cuenta?!

– ¡Pero tú no lo entiendes!– exclamó una bruja mientras caminaba hacia mí lentamente.– ¡En libros que fueron escritos por personas como tú y como yo especifican que la bruja Escarlata tiene como propósito destruir el mundo, ella es un enemigo aunque ella no quiera!– me gritó.

En ese momento reconocí a la bruja que me hablaba, y al conocerla bien, supe por cuál pie cojeaba.

– Imagínate que tu madre fuera la bruja Escarlata.... ¿Te parecería bien que la eliminaran?– le pregunté.

– No es lo mismo– respondió la bruja algo molesta.

– Sí que lo es– respondí.

Me di la vuelta y miré a Wanda, que ella me miraba con expresión serena. Se acercó a mí, y posó su mano sobre mi hombro, y suavemente dijo:

– Me iré de aquí, si ellas prometen no molestarme.

Yo sonreí, entendí que aquello era para ayudarme, y seguramente a ella le parecería más cómodo que vivir en un pueblo lleno de brujas.
Me di la vuelta y miré a todas las espectadoras.
La Madre superior se acercó a mí con gesto severo y dijo:

– Puede que tengas razón, y a lo mejor no debemos eliminarla, pero, deberá marcharse y no la molestaremos.

– Sí, Madre superior– dije con una sonrisa mientras inclinaba levemente la cabeza.

Exterior

Al atardecer de aquel día, todo el pueblo había vuelto a la normalidad, la Madre superior aconsejó al pueblo de que olvidara todo lo que hubiera pasado y que hicieran lo que solían hacer antes de que Wanda llegara.
Pero a las afueras, a la salida, estaban Wanda y Katelyn.

– Me alegro de haberte conocido,pero, he de decirte que eres muy diferente a las demás brujas– le dijo Wanda a Katelyn. Wanda se inclinó un poco más al hombro de Katelyn y le susurró en el oído– Y eso me gusta.

Katelyn sonrió y respondió con dulzura:

– Usted también es muy diferente a las brujas de por aquí.

Hubo una pequeña pausa entre las dos, y Katelyn preguntó algo decepcionada.

– Es posible que no nos volvamos a ver, ¿verdad?

– Bueno, si sales de este pueblo, ¿quién sabe?– respondió Wanda.

– Tengo que cumplir los veintidos años para salir de este pueblo, así que aún queda mucho tiempo para que salga de este pueblo– explicó Katelyn.

– Tú espera y sé paciente– le aconsejó Wanda.

Ambas sonrieron, y Wanda ascendió lentamente, alejándose en el horizonte rojizo.
Katelyn agitaba su mano despidiéndose de ella a lo lejos.

Era bastante gracioso, porque, Wanda llegó al pueblo una tarde tan bella como la que se fue......




The Scarlett WitcherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora