ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇ ᴀ ʜᴏᴍʙʀᴇ // 𝑺𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝑲𝒓𝒊𝒔𝒕 ♡ 3 ♡

CAPÍTULO 10

Krist se puso rígido cuando su mirada se trasladó a la misma puerta. —¿A quién trajo de vuelta con él, Earth?

 Earth se retorcía las manos juntas, mirando entre Krist y Singto por un momento antes de acercarse a la puerta y abrirla. La curiosidad estaba devorando a Krist. Se peleó con la vacilación que sentía al acercarse a la puerta. Tenía que saber lo que había dentro de la habitación. Su vida y la de Singto podrían depender de ello.

Krist caminó con cautela por el suelo y se asomó a la habitación. Quedó boquiabierto cuando vio a los dos pequeños ocupantes acurrucados en el centro de una cama tamaño queen. Él se quedó mirando. No podía hacer otra cosa, y ciertamente no sabía qué decir.

Dos pares de suaves ojos marrones lo miraron fijamente, llenos de miedo. No emitieron ningún sonido, ni siquiera un gemido, y eso fue una gran hazaña para estos pequeños seres. Krist hubiera estado gritando hasta hacer estallar su cabeza si fuera tan pequeño y se encontrara de repente con un desconocido que no conocía.

Tenían que estar aterrorizados.

—Hola —dijo Krist , su voz más suave—Mi nombre es Krist.

Sintió que Singto se movió detrás de él y oyó la inhalación rápida del hombre cuando vio a los dos niños sentados en la cama. Afortunadamente, Singto no dijo ni una palabra. Krist se movió lentamente en la habitación, no quería asustar a los niños más de lo que ya lo estaban. Cuando llegó a la cama, se sentó en el borde.

—¿Pueden decirme su nombre?—¿Podrían incluso hablar? ¿Serían lo suficientemente mayores como para hacerlo? Krist no sabía casi nada sobre cómo tratar con niños. En realidad no pasaba mucho el rato con ellos.

¿Qué edad tenía que tener un niño para ser capaz de empezar a hablar?

—Todo está bien, Fiat, Prigkhing— dijo Earth mientras entraba a la habitación —Estos son mis amigos.

Los ojos de los niños cayeron bruscamente en Earth, pero no dijeron nada.

—Este es Krist— la mano de Earth señaló a donde Krist se sentó y luego a Singto —y su compañero, Singto. Ellos están aquí para llevarnos a un lugar seguro.

El más pequeño de los dos niños, una pequeña niña, sacó el dedo de su boca. —¿Mamá?

—Uh... —Krist miró a Earth. No tenía idea de dónde estaba la madre de la niña.

—Cariño, lo siento —dijo Earth. Había un brillo de lágrimas en los ojos de Earth cuando él miró a Krist por un momento —Mamá no está aquí ahora mismo.

—Earth, ¿puedo hablar contigo un momento? —Singto le preguntó desde la puerta.

Krist se levantó y se acercó a reunirse con él cuando Earth lo hizo. Echó otro vistazo a los niños en la cama y trató de enviarles una sonrisa tranquilizadora —Ya volvemos, ¿vale?

Los niños no dijeron nada. Simplemente los siguieron observando.

Krist mantuvo su mueca hasta que se dio la vuelta y siguió a Earth y Singto a la sala principal. Él podía ver la tensión en los hombros de Singto y sabía que su compañero estaba a punto de gritar. Krist se acercó y pasó su mano por la mitad de la espalda a Singto, acariciándolo.

—Respira, bebé.

Singto respiró hondo y soltó el aire lentamente. Lo hizo de nuevo antes de sonreírle a Krist —Estoy bien, Krist. Sólo estoy preocupado.

Krist asintió con la cabeza. Estaba tan preocupado como Singto. Él dirigió su atención a Earth, esperando que el hombre pudiera tener algunas respuestas para ellos.—¿Quiénes son esos niños, Earth, y de dónde han venido? ¿Dónde están sus padres?