ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇ ᴀ ʜᴏᴍʙʀᴇ // 𝑺𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝑲𝒓𝒊𝒔𝒕 ♡ 3 ♡

CAPÍTULO 12

El corazón de Krist casi se detiene cuando escuchó un arma de fuego disparar por segunda vez. Todavía estaba tratando de llegar a un acuerdo con el hecho de que a Singto ya le habían disparado una vez, de nuevo, o algo así. Una tercera vez podría mandarlo a la tumba.

La visión de un hombre de pie a través del prado, sosteniendo un humeante rifle en sus manos, había enviado más euforia a través de Krist que miedo. Estuvo especialmente encantado cuando vio a Timmins caer segundos después a tierra antes de que Singto se estrellara contra él.

Krist se volvió cuando oyó un pequeño grito detrás de él, en ese momento, recordó a los niños. Estaban aferrándose el uno al otro, con lágrimas en sus rostros. Krist dejó a Singto y corrió hacia ellos, cayendo de rodillas y envolviendo a ambos niños con sus brazos.

—Sshhh —canturreó Krist en voz baja— Todo está bien. Ahora están a salvo.

Dioses, oró para que estuvieran a salvo ahora.

Timmins iba bien en su camino hacia la muerte, pero no estaba muerto aún, y todavía no tenían ni idea de quiénes eran todos los involucrados en el muy loco complot para vender miembros de la manada a los vampiros. Por todo lo Krist sabía, Timmins era sólo la punta del iceberg.

Krist jaló a los niños, acercándolos más, cuando sintió que se acurrucaban en sus brazos, ambos compitiendo por un lugar más cerca. Se juró a sí mismo que nunca le diría a nadie lo bien que se sentía el ser sostenido por los dos niños pequeños. Sabía que había perdido la batalla cuando levantó a Prigkhing en sus brazos y se volvió, y vio la mirada de complicidad en el rostro de Singto.

Bueno, al menos el hombre podía cambiar de nuevo a su forma humana.

Krist se estremeció cuando vio la sangre seca en el hombro de Singto. No se veía como una herida mortal, pero aun así era una herida.

¿Cuándo iba su compañero a dejar de saltar delante de las balas?

—Bueno, al menos estás vivo —espetó Krist.

Singto simplemente le arqueó una ceja a Krist.

Krist apartó la mirada de Singto cuando oyó pasos. Earth estaba caminando de vuelta con el extraño, con una expresión de alivio y felicidad junto con las lágrimas que corrían por su rostro. Él se aferraba al brazo del desconocido como si no tuviera ninguna intención de soltarlo.

—Este es Ja —dijo Earth.

—Ja Phachara– dijo el hombre mientras le tendía su mano.

Krist fue a estrechar la mano de Ja, pero rápidamente se dio cuenta de que no podía hacerlo. Tenía un niño en cada brazo. Y al igual que Earth, Krist no creía que tuvieran la menor intención de soltarlo a corto plazo. Lo tenían agarrado a muerte de la camisa.

Krist asintió con la cabeza en su lugar.

—Krist Adulkittiporn, de la manada de Wolf Creek. —Hizo un gesto con la cabeza hacia el gran lobo de pie junto a él, todavía enseñando los dientes—Este es mi compañero, Singto Prachaya.

—¿El ejecutor del Alfa Ohm?

—Si

Ja inmediatamente dio un paso hacia atrás, jalando a Earth con él. Su otra mano se apretó alrededor de la culata del rifle. Una mirada cautelosa se apoderó de su rostro mientras sus ojos se posaron en el hombre moribundo en el suelo.

—Ja — Earth golpeó a su hermano en el hombro— Ellos no están con Timmins. De hecho, me estaban rescatando de Timmins, así como al resto de la manada.

—¿Oh? —Ja todavía no parecía muy convencido.

Krist sabía que Ja estaba preocupado por su hermano, así que trató de no tomarlo a mal, pero no fue fácil. —El Alfa Ohm descubrió el pequeño complot de Timmins a principios de esta noche, cuando esa perra vampiro con la que Timmins ha estado trabajando trató de matar al compañero del Alfa.