CHAPTER NINE

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Dakota del sur

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Dakota del sur.

SELENE OBSERVABA CON UNA SONRISA A DRUIG SENTANDO EN EL SOFÁ DE LA CASA DE PHASTOS; él miraba las noticias mientras comía algunos snacks. La voz de una chica que transmitía en las noticias decía "Las extrañas rocas congeladas que forman una mano"; La pareja de Phastos se gira del sillón para mirarlos.

— ¿Ustedes hicieron eso?

—Te amo demasiado —le responde Phastos. El Eterno se levanta de golpe dándole en el camino su bolsa de papas a Selene y se marcha a la cocina, donde Thena había conjurado una de sus espadas mientras Amberly jugaba con sus poderes alzando un cuchillo en el aire.

— ¿Gracias...? —murmura Sel confundida para luego ella sentarse al lado de su marido. Druig pasa su brazo izquierdo encima del hombro de la castaña dejando un beso en la mejilla de ella. Makkari les veía asqueada por lo que Lenie le lanza un besito sacando una risa de parte de la velocista.

"Ustedes son asquerosos" —se queja la de tez morena rodando los ojos.

—Nos amas... —canturrea el de ojos azules mirando a Makkari con una sonrisa burlona—. Creo que ya deberíamos irnos, queridas.

Selene y Makk asienten levantándose del sillón. La banshee se acomoda su chaqueta de cuero igual a la de su esposo.

—Entonces, ¿Cuándo se irán? ¿Ya tienen planes? ¿Se irán pronto, verdad? —pregunta Phastos cuando ellos entran en la cocina mientras Amber le sonríe a sus padres con inocencia para luego bajar rápidamente el cuchillo con el que estaba jugando. Druig pasó por delante de su mujer y finge lanzarle algo a Phastos mientras le mostraba una sonrisa juguetona.

—Ah sí, ese es Druig y ella Lenie —le dice Phastos a su hijo—. Ni se te ocurra acercárteles.

Selene ríe y toma de la mano al amor de su vida al igual que la de su hija; siguen a Thena hacía el Domo.

—Hasta aquí llegamos, Jack —le dice Phastos a su hijo.

—Wow, pa, el Domo está muy cool —dice el niño asombrado.

—Y tú padre lo arregló solito —responde el de tez morena.

— ¿Iremos al espacio algún día? —pregunta Jack.

—Cuando consigas tu licencia de conducir lo hablaremos

Druig suelta la mano de Selene y se dirige hacia el Eterno: —Oye, Phastos, los humanos tienen suerte de que te quedes.

—Gracias —Phastos le extiende la mano—. Sé que no te gustan mucho los abrazos-... —Druig le estrecha la mano para luego atraerlo a él y luego abrazarlo.

Amberly miraba a sus padres y Makkari hablar. Al acabar, los tres se dirigen a ella por lo que la joven sin decir palabra alguna se lanza en los brazos de su madre sintiendo las lagrimas formarse en sus ojos.

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